Capítulo Veintitres

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POV: CYRUS

Aquella joven descarriada me estaba sacando de mis casillas. Daba igual lo que hiciera, siempre conseguía salirse con la suya, ni siquiera aquel mercenario había podido acabar su trabajo limpiamente. Mientras la observaba desde mi ventana, ella paseaba por los jardines, su pasatiempo favorito desde que llegó al castillo, no había hecho más que inmiscuirse en los asuntos del rey. No podía permitirlo. Su cara ovalada y sus ojos almendrados me recordaban tanto al rostro de Beatrice Dubois, pero era imposible... Damien Bonaire se había encargado de que todos los Dubois murieran aquella mañana tragados por el candente fuego. Era cierto que la primera vez que vi a Rose tuve un pálpito, y la historia que contaban en el castillo sobre que el cuerpo de la pequeña princesa nunca fue encontrada me vino a la mente, pero si eso fuera cierto, el trono de Henry Bonaire estaría en peligro. Incluso tuve que ensuciarme las manos con la vieja de Lady Brown para que no abriera la boca sobre los Dubois. Aún tenía la sensación de que sabía algo importante, pero nunca lo sabría con certeza.


......

-Brindo por un trabajo bien hecho -dijo el rey Damien Bonaire con una copa dorada entre sus dedos elevándola en el aire.

Acababa de volver del castillo de los Dubois con buenas noticias. Nuestro castillo no estaba del todo mal, pero con los Lores de nuestro lado, los Bonaire serían los nuevos monarcas y tendrían todo tipo de lujos en el castillo real.

-Y por mi más fiel consejero y amigo.

Nuestras copas chocaron y el ruido resonó por toda la sala.

Camille se encontraba a su lado sentada tranquilamente en su trono. Nos miraba dulcemente mientras que su cabello rubio reposaba sobre uno de sus hombros en unas perfectas ondas.

-Qué así sea -respondí antes de llenar mi boca con aquel glorioso brebaje.

El trabajo había salido tal y como lo habíamos planeado, y nadie en el castillo de los Dubois se había percatado. Sabíamos exactamente cuando los tres Dubois se meterían en la misma habitación, así que les encerramos, y prendimos la sala, lo demás fue coser y cantar.

-Ahora, con los Lores de nuestro lado, seremos los próximos reyes, mi linda flor -dijo Damien a Camille besando una de sus manos.

Ella asintió y se dejó besar.

-Y tú, mi gran amigo, estarás a mi lado en todo momento, gobernaré Vértice contigo a mi lado, y mi Henry, cuando crezca, lo hará de igual manera.

-Brindo por ello -elevé de nuevo mi copa.

Damien elevó su copa imitándome y volvimos a brindar. Las risas y las carcajadas siguieron a la orden del día esa mañana, a pesar de que Camille estuvo bastante callada durante la mayor parte.

Pronto la noticia del incendio en la torre del castillo real se esparció como la espuma por todo el reino. Todo el mundo se enteró de la muerte de los Dubois, a pesar de la historia que algunos contaban de que no encontraron el cadáver del bebé. El reino tenía que decidir, y los Lores por unanimidad eligieron a los próximos monarcas: Los Bonaire.

......


En ese momento, llamaron a mi puerta con ímpetu y repetidas veces, sacándome de mis pensamientos más profundos.

EL LINAJE ESCARLATA  -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora