Capítulo 3: Cinismo

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 De repente, oyó pasos en el pasillo y se volvió hacia la puerta, justo en el momento en que el cuerpo musculoso de Donquixote Doflamingo bloqueaba la entrada.

—¿Me buscabas? —preguntó con voz seca.

—He venido a traer el estuche de afeitar —respondió, secamente mientras las gafas rosas de Doflamingo recorrían su esbelto cuerpo únicamente cubierto por la bata. _______ se sintió inquieta y se puso a la defensiva—. El cuarto de baño es una propiedad común y mis hemanos se sienten con el derecho de inspeccionar todo lo que ahí se deje. Sin embargo, su habitación es privada y ellos no pueden entrar en ella.

Él seguía observándola. Sin las manchas de grasa, los inusualmente grandes ojos dominaban el rostro que Doflamingo juzgó más atractivo que bonito. La nariz era pequeña y los labios carnosos. Era el tipo de rostro que inspiraba instinto de protección en un hombre mayor, como era su padre, pensó con cinismo. Pero en voz alta, dijo:

—Salta a la vista que no sientes el mismo respeto que tus hermanos hacia mi intimidad.

Había un tono en su voz que le sugirió a _______ que pensaba que ella había estado fisgoneando entre sus cosas. Se puso tensa e indignada.

—Antes de entrar llamé a la puerta. Como no respondió nadie, entré y dejé el estuche en la mesilla de noche. Ahora, si me disculpa, saldré. Pero él no se movió; continuaba obstruyendo la salida.

—¿Es habitual en ti entrar en la habitación de los huéspedes, llevando sólo una bata?

La manera en que lo dijo hizo que sonara vulgar y los ojos de la chica despidieron fuego.

—Sólo intentaba ayudar. Sin embargo, tratándose de usted, en el futuro trataré de reprimir ese impulso. ¡Ahora, quítese de mi camino!

Él siguió sin moverse.

—Mi padre está muy impresionado contigo.

El tono de su voz resultó ofensivo y _______ se ruborizó.

—Tu padre fue un caballero en todo momento, y si no te quitas de mi camino, empezaré a gritar.

La sonrisa cínica con la que la había estado observando se profundizó, mientras se movía un poco para dejarle paso.

Ella se vio obligada a rozarlo para poder salir y el contacto indeseado le produjo una fuerte sensación de intranquilidad que la hizo temblar cuando por fin llegó a su habitación y empezó a secarse el cabello. Empezó a sentir apetito y, poniéndose unos pantalones vaqueros y una camiseta, bajó y entró en la cocina.

—Ya me iba a acostar —dijo Harriet llevándose una mano a la boca para esconder un bostezo, al ver entrar a su hija—. Pero si tienes hambre, te preparé algo.

—Puedo hacerlo yo —repuso _______ rechazando el ofrecimiento poco sincero—. Pero quiero que el señor Donquixote salga de esta casa mañana mismo.

Harriet frunció el ceño.

—Me doy cuenta de que tú ganas la mayor parte de nuestro dinero, pero yo contribuyo con lo que dejan los huéspedes, y el señor Donquixote ya ha pagado una semana por adelantado... y los gemelos necesitan ropa nueva para el colegio.

—No confío en ese hombre —protestó _______.

—Pues a mí me parece todo un caballero —murmuró Harriet y la alarma empezó a reflejarse en su rostro.

Observando la expresión de su madre y sabiendo que Harriet llegaría a una conclusión equivocada, _______ añadió:

—No he querido decir que pueda asesinarnos a todos durante la noche. Lo que he querido decir es que me hace sentir incómoda.

Al Mejor Postor - Donquixote Doflamingo X READER 💗🦩🍋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora