Cuatro meses después, ________ estaba de pie casi en el mismo sitio donde había visto por primera vez el Jaguar. Sin embargo, esta vez nadie describiría el coche que estaba frente a ella como una pieza de chatarra. Ahora funcionaba a la perfección, lo acababan de devolver con la tapicería nueva y el exterior recién pintado, pulido y encerado.Su obra maestra estaba terminada. Sonriéndose a sí misma, recordó que fue Vergo quien había dado pie a que la familia empezara a referirse al Jaguar en términos de obra de arte.
—Doflamingo, empiezo a creer que necesitas cuidados psiquiátricos —dijo Vergo mientras se sentaban a la mesa para cenar el mismo día en que había llegado el Jaguar—. Me niego a admitir delante de mis amigos que mi hermano le haya enviado una ruina a su esposa y que ella se haya sentido fascinada con el regalo. Toda la tarde he estado pensando mucho en ello, y he llegado a la conclusión de que lo más sensato será decirles a todos que ________ ha decidido dedicarse al arte avant-garde y que el Jaguar es un proyecto que ha decidido convertir en fuente para adornar el jardín de los rosales.
—Me agrada la idea de ser considerada una artista —había dicho ________—. Puedo cambiar las herramientas por boinas y, si no estoy de humor para ser sociable, la gente se explicará mi comportamiento diciendo que es parte de mi temperamento artístico.
—Siempre había creído que las mujeres no necesitaban ninguna excusa para explicar sus estados de ánimo —dijo Doflamingo con sequedad—. Pero te estas comportando como una, haces mucho drama por un regalo para mi esposa, estoy seguro que Rosinante no se comportaría como tu.
Como Vergo había estado observando a su hermano con mirada irritada, ________ movió la cabeza enfadado.
—Y lo dices justo ahora que yo había dejado de pensar que eras un machista incurable —dijo ________ con exasperación exagerada.
—Siempre es una estupidez darle a una mujer un trabajo para hombres—advirtió Vergo molesto — a ti te gustan las mujeres femeninas, ella no tiene nada...
Dedicándole a su hijo una mirada que parecía decir «no estoy interesado en escuchar tus puntos de vista sobre los hombres», Homing levantó su copa hacia ________ y dijo:
—Propongo un brindis por el temperamento artístico. Le irá muy bien a ________.
Y desde ese momento, se convirtió en broma familiar la idea de que ________ aspiraba a ser escultura.
_________ regreso a la realidad, acariciando con cariño el coche, ________ sintió un poco de pena de que ya estuviera terminado. Muchos recuerdos felices lo relacionaban con Doflamingo.
Sonrió al recordar el brillo de diversión en los ojos de Doflamingo cuando llegó a casa después de trabajar el día que había enviado el coche. ________ se lo agradeció profusamente.
—El mantenerte feliz, ________ —había dicho él—, es una empresa única.
Y después, fue maravilloso el interés de Doflamingo por su proyecto. ________ había esperado que él ignorara sus actividades, ya que había satisfecho su necesidad de sentirse ocupada.
Una mañana, una semana después de la llegada del coche, Doflamingo se levantó de la cama y le arrojó unos vaqueros y una camisa, mientras le decía:
—Ya es hora de levantarse, mi señora mecánica —le ordenó—. Quiero ver lo que has estado haciendo —y entonces, él también se puso unos vaqueros, desayunaron y la acompañó al garaje, donde dedicó toda la mañana a hacerle preguntas y a ayudarla.
Después de eso, para sorpresa de ________, Doflamingo se había dado tiempo libre, reduciendo en ocasiones su horario de trabajo, para ayudarla en el garaje.
Pero el recuerdo más vivido y el que más significaba para ella, fue el del día en que había pensado darse por vencida con la reconstrucción del auto. Algunas veces, la reparación no había sido tan fácil como había supuesto. Pero en aquella ocasión en concreto, se sentía frustrada y estaba a punto de arrojar las herramientas y concederle la victoria al coche.
Doflamingo llegó a casa y la encontró en su sala, arreglada y vestida para asistir a una de las fiestas de Vergp.
—Pareces sentirte muy infeliz —le dijo, cogiéndola de la barbilla y dándole un ligero beso en la frente—. Iremos al cine y después a cenar. De esa manera, ambos escaparemos de una noche aburrida.
—No se trata de la fiesta de Vergo —le confesó, yendo hacia la ventana para mirar el jardín de los rosales con el fin de que Doflamingo no notara su expresión de fracaso—. Es el coche. Me enfrento con un obstáculo insalvable.
—No lo creo —obligándola a volverse hacia él, la miró con horror burlón—. Esta no puede ser mi ________.
________ escucho eso, ¨Mi ________¨.
—Adivino que lo próximo que me dirás es que has decidido aprender a jugar al bridge y practicar el balanceo de tazas sobre tu cabeza. ¿Y qué le diré yo al jardinero? A él no le hará feliz la idea de deshacer el centro del jardín de las rosas para dejarle espacio al «coche fuente».
Ella lo miró, molesta:
—¡No le encuentro la gracia! —dijo, añadiendo frustración a la fiereza de sus palabras.
La expresión de Doflamingo se hizo seria.
—Entonces, es mejor que analicemos la situación.
—Analizar no ayudará en nada —suspiró con resignación—. La pieza nueva, la única que pude encontrar que pudiera servir, no ajusta, y aunque hubiese ajustado, no podría sincronizar el coche.
Cogiéndola por el brazo, la sacó de la habitación y llegaron hasta el vestíbulo.
—Un Donquixote no se da por vencido sin luchar a muerte.
Ella estuvo a punto de recordarle que sólo era una Donquixote temporal, pero las palabras se negaron a salir. En vez de ello, dijo con tono cortante:
—Luchamos, pero triunfó el Jaguar.
—Eso fue sólo el primer combate —le aseguró él, mientras bajaban la escalera y se dirigían hacia la puerta principal.
Dándose cuenta de que no lograría nada con sus protestas, ________ cerró la boca y lo acompañó en silencio hasta el garaje. Cuando entraron, él encendió la luz y frunció el ceño al ver toda clase de herramientas esparcidas alrededor del coche.
—Ponte el mono —le ordenó él quitándose la chaqueta y arrojándola hacia el BMW—. Después me enseñarás cuál es esa pieza que no ajusta.
Lo obedeció de mala gana.
—Bien, ahora dime cuál es esa pieza —ella se lo dijo y Doflamingo observó ese repuesto tan poco cooperativo.
—Debe encajar allí —le dijo ella, señalándole una parte del motor.
—¿Así? —le preguntó él intentando insertar la pieza.
—No, así —le quitó la pieza, la giró y le mostró cuál era la posición exacta—. Pero no se puede.
—Por supuesto que se podrá. Si otras personas pueden reconstruir estos autos viejos, tú también puedes —le aseguró sin ninguna duda—. Empieza a pensar en algún invento y yo telefonearé a casa para que nos manden algo de cenar.
________ se le quedó mirando, incrédula, mientras él levantaba el auricular del teléfono del garaje y llamaba a la cocina.
—Y tráiganos caviar y champán, inmediatamente —terminó—. Necesitamos alimentarnos bien. ¿Postre?, no, ese... me encargare de dárselo yo a mi esposa
________ volteo a verlo y le saco una sonrisa y Doflamingo colgó.
Muchas gracias, espero que les guste y no olviden VOTAR, aproximadamente quedan 2 capítulos para concluir esta bonita historia, si quieres más historias con este personaje, háganmelo saber que con gusto escribiré más, solo denme tiempo para organizar las ideas, por esa razón no olviden seguirme para que les llegue la notificación de una nueva historia de Doffy 🦩💖💖🤞🏻
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Al Mejor Postor - Donquixote Doflamingo X READER 💗🦩🍋
FanfictionPara __________, el casarse con el arrogante desconocido era la única manera de saldar la enorme deuda con la que se veía presionada por el cruel alcalde del pueblo. Para Doflamingo, era la única forma de lograr el control total de los negocios de l...