Capítulo 27: Una Mujer Mecánica

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A la mañana siguiente _______ se levantó a tiempo para desayunar con Doflamingo y con Homing.

—Llevaré a mi padre conmigo al trabajo —le dijo Doflamingo, mientras terminaba su segunda taza de café y se disponía a ponerse de pie—. El Rolls que él usa no funciona bien y Diamante estará con los mecánicos todo el día arreglándolo. Si quieres salir, puedes usar el Cadillac, o si deseas un auto más pequeño, el BMW —mientras hablaba, le daba un llavero de oro con las llaves de los dos coches—. En el compartimento de guantes hay mapas. Trata de recordar que no estás conduciendo en las quinientas millas de Indianápolis.

—Gracias, lo haré —dijo, mientras recibía un beso en la mejilla, junto con una sonrisa forzada. A pesar de que él se esforzaba por aparentar estar de buen humor,

_______ pudo percibir rabia bajo la máscara de cortesía de Doflamingo. La velada anterior había estado alejado y gracias a fragmentos de conversación que escuchó entre él y Homing supuso que había problemas en las oficinas de Texas. Doflamingo debía estar preocupado por si tenía que ir allí a buscar a Rosinante. Viéndolo marcharse, tuvo la esperanza de que si él debía ir a Texas, la llevaría a ella. La idea de quedarse en aquella casa sin él la ponía nerviosa. Por mucho que se esforzaba, no lograba sentirse como en casa.

«Eso es porque no lo estás» la hizo ver la voz de la razón, mientras subía por la escalera. «Eres sólo una huésped temporal».

Ese pensamiento sólo sirvió para ponerla más nerviosa. Llegó a la habitación que sería su sala particular en el futuro y encontró a una doncella limpiando la tapicería de las sillas y del sofá que había elegido el día anterior.

—A la señora Donquixote le gustaba tenerlo todo impecable —explicó la sirvienta haciendo una pausa para retirar de su frente un mechón de cabello.

_______ forzó una sonrisa y salió de la habitación. No había ningún santuario allí, pensó desilusionada mientras bajaba por la escalera y se dirigía hacia el jardín de los rosales. Pero, por muy hermoso que éste fuera, ella no estaba acostumbrada a perder el tiempo admirando un jardín. Además, existía la posibilidad de que Vergo decidiera unírsele para otra pequeña charla.

Sin pensar adonde iría, se acercó al garaje. Observó el Rolls plateado y gris con el capó levantado. Ace había dicho que ella era una mecánica nata y _______ había disfrutado arreglando coches. Además, un Rolls no era sólo un coche, era algo muy especial. El impulso de revisarlo fue demasiado fuerte para poder controlarlo.

Los mecánicos junto con Diamante habían cubierto los guardabarros con sábanas, para protegerlos de posibles arañazos con las herramientas y de la grasa. Cuando ella se acercó, un mecánico y Diamante estaba revisando el manual con el ceño fruncido y le sonrió, forzando una expresión servicial y cortés.

—¿Puedo hacer algo por usted, señora Donquixote?

—No —respondió _______ con idéntica sonrisa cortés. Y después, dudosa, añadió—: De hecho, si no le importa, me gustaría echar un vistazo al motor. He hecho algunos trabajos de mecánica, pero nunca he visto el motor de un Rolls. 

Los dos mecánicos y Diamante se voltearon a ver ya que nunca habia visto a una mujer interesarse por los moteres, tuercas y demás cosas que podía tener un auto.

—Adelante —la invitó él, dudoso.

—Nunca he visto un motor tan limpio —dijo ella mientras admiraba, fascinada, la máquina del coche que era considerado como el mejor del mundo—. Es hermoso.

—Pero no suena tan hermoso —dijo un mecánico y volvió a fruncir el ceño—. No hemos podido localizar el problema.

—¿Me deja ver el manual? —preguntó _______.

Diamante asintió con la cabeza y el mecánico le dio el manual.

—Me gustaría poder ayudar —aseguró ella—. Puedo seguirlo, paso a paso, con el manual. De esa manera, usted no tendrá que consultarlo a cada momento. Normalmente, cuando es difícil localizar el problema, es porque es tan pequeño que ni siquiera se piensa en él. Por lo menos, eso creo yo por mi experiencia.

Los tres se miraron sorprendidos y un mecánico la miró con duda; era obvio que no sabía cómo debía manejar aquella extraña situación.

—No debemos abusar de su amabilidad, señora Donquixote —dijo Diamante con cortesía forzada. — deje que ellos traten de...

—No es ningún abuso —_______ sabía que le estaba imponiendo su presencia a aquellos hombres, pero también sabía que el no hacer nada la volvería loca poco a poco; y, además, con toda honestidad, aceptaba que quería trabajar en aquel coche—. Trabajar en un Rolls será un honor —dijo ella y antes de que rechazaran su ayuda, preguntó a un mecánico—: ¿Tienen un mono extra? 

—En el guardarropa, allá —le señaló.

—Gracias —y en menos de cinco minutos regresaba vestida con el mono y leía el manual, mientras los mecánicos volvían a inspeccionar el motor paso a paso. Diamante miraba de lejos sorprendido. Al principio, los mecánicos siguieron reaccionando con cortesía, pero incómodos con su presencia; sin embargo, al poco rato, cuando ella mostró su genuino interés en la mecánica, los tres se relajaron y Diamante se retiró de ahí.

Estaban tan concentrados en su trabajo que no se dieron cuenta del paso del tiempo ni del momento en que Baby5 se acercó para llevarle comida a los mecánicos.

—Señora Donquixote —dijo Baby5 mirándola con sorpresa—, pensé que había salido a pasear.

Enderezándose y mirando por encima del capó, _______ respondió con una sonrisa a la expresión preocupada del ama de llaves.

—Diamante me ha permitido ayudar con el Rolls a los mecánicos.

—Diamante y estos holgazanes no debió haber abusado —la mirada de Baby5 iba de _______ a los mecánicos y la expresión de preocupación aumentó.

—Fui yo la que abusó de su paciencia —aseguró _______—. No estoy acostumbrada a permanecer cruzada de brazos y además me encantan los coches. El hecho es que al permitirme ayudarlos me ha salvado de un ataque de aburrimiento.

—Le prepararé la mesa para que coma —dijo Baby5 mirándola, dudosa.

_______ la detuvo.

—No, por favor. Mejor, ¿podría traerme un emparedado? Todavía tenemos mucho trabajo, y me estoy divirtiendo mucho como para dejar que continúen solos.

Durante un momento, Baby5 estuvo a punto de poner alguna objeción pero le pidió un favor y la necesitaban y aunque que saltaba a la vista que no estaba de acuerdo con que una de las damas de la casa trabajara bajo el capó de un automóvil. Sin embargo, como lo haría cualquier ama de llaves de oficio, dijo:

—Por supuesto, señora Donquixote. 




Muchas gracia por leerla y darle apoyar. Los quiero mucho y por cierto en estos días estaré subiendo la historia de Law que comenzaré, gracias, los amo 💖🦩💖

Al Mejor Postor - Donquixote Doflamingo X READER 💗🦩🍋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora