esteban kukuriczka

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Pamela & Esteban


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Hace unas semanas, Esteban y yo estábamos en medio de los preparativos para nuestra boda. Todo estaba girando tan rápido a nuestro alrededor que apenas podíamos encontrar tiempo para respirar. Entre la selección del vestido, las decisiones sobre el lugar y la interminable lista de invitados, me sentía abrumada y agotada.

Una noche, después de un largo día de coordinar detalles y tomar decisiones, llegué a casa completamente exhausta. Mis nervios estaban a flor de piel y mi mente estaba llena de preocupaciones sobre si todo saldría bien. Pero cuando entré por la puerta, me sorprendió el aroma tentador que inundaba la casa.

Allí, en la cocina, estaba Esteban, con un delantal y una sonrisa radiante. Había preparado mi comida favorita casera, aunque sabía que no era precisamente un chef experto. La simple vista de él en la cocina, con tanto esfuerzo y cariño, me llenó de una calidez reconfortante que había estado anhelando en medio de todo el caos.

Cuando entré por la puerta y vi a Esteban en la cocina, con su delantal manchado y una sonrisa nerviosa pero contagiosa en el rostro, me detuve en seco. Mis preocupaciones y el estrés de los preparativos de la boda se desvanecieron por un momento, reemplazados por una oleada de asombro y gratitud.

―Esteban, ¿qué estás haciendo? ―pregunté, mis ojos ampliándose con incredulidad mientras lo veía moverse de un lado a otro entre ollas y sartenes.

Él se volvió hacia mí, con una expresión entre divertida y triunfante.― ¡Sorpresa! ―anunció, sus ojos brillando con emoción. ― He decidido que hoy es el día en que necesitas un descanso total de toda esta locura de la boda. Así que pensé en sorprenderte con una cena hecha con amor

Mis mejillas se calentaron con una mezcla de sorpresa y gratitud.― No puedo creer que hayas hecho esto por mí ― dije, sintiendo cómo mi corazón se llenaba de felicidad.

Él se acercó y me envolvió en un abrazo cálido. ― Te lo mereces, Pam. Has estado trabajando tan duro y me di cuenta de que necesitabas un momento para relajarte y disfrutar ― dijo suavemente.

Nos sentamos juntos a la mesa, donde había preparado mi plato favorito. Mientras probábamos la comida, mis sentidos se inundaron con los sabores reconfortantes que solo él sabía cómo combinar. Cada bocado era como una caricia para el alma, recordándome que, incluso en medio del caos, podíamos encontrar momentos de paz y conexión.

― Esteban, esto es increíble― dije entre bocado y bocado, incapaz de contener mi admiración. ― No solo por la comida, sino por todo el esfuerzo que has puesto en esto. Realmente significa mucho para mí

Él sonrió, su mirada encontrando la mía con ternura. ― Pam, tú significas el mundo para mí. Y aunque sé que no soy un chef profesional, quería hacerte sentir especial y amada

No se trataba solo de la comida, sino del gesto genuino y desinteresado de Esteban por hacerme sentir amada y cuidada en medio de todo el caos.

Esa noche, compartimos risas y conversaciones que no tenían nada que ver con la boda. Fue un recordatorio tan necesario de que, más allá de los detalles y las preocupaciones, lo que realmente importaba era el amor y la conexión que compartíamos.



















-mar

ONE SHOTS. cast lsdlnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora