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La noche en La Bresh estaba llena de luces parpadeantes, risas contagiosas y la música más vibrante que mis oídos habían escuchado. Como siempre, estaba detrás de la barra, mezclando cócteles y compartiendo sonrisas con los clientes que venían a disfrutar del evento.
Entre la multitud, había un chico llamado Juani. Desde el momento en que se acercó a la barra para pedir otro trago, sus ojos chispeaban con una mezcla de diversión y coqueteo. Sus halagos sobre mi apariencia me hicieron sonrojar, y su charla animada agregó un toque extra de energía a la noche.
La primera vez que se acercó a la barra, su sonrisa era contagiosa y sus ojos brillaban con una chispa traviesa que no pude ignorar. Mientras preparaba su trago, nuestras miradas se encontraron y supe que la noche sería interesante.
― Hola ― dijo Juani seductoramente, inclinándose ligeramente sobre la barra. ― ¿Qué me recomiendas para esta noche?
Le ofrecí algunas opciones, y mientras hablábamos, sus elogios sobre mis habilidades como bartender y mi apariencia me hicieron sonreír tímidamente. ― Cualquier cosa que tú recomiendes será perfecta― agregó con un guiño juguetón.
Entre mezclar tragos, compartimos anécdotas y risas. Juani tenía ese don de hacer que cada conversación pareciera única y especial. Sus halagos, aunque ligeros, estaban llenos de sinceridad y suavidad.
― Debo admitir que eres la bartender más encantadora que he conocido ―, me dijo con una sonrisa pícara, mientras se acercaba un poco más a la barra.
Sus palabras hicieron que mi corazón latiera un poco más rápido. Era obvio que estaba coqueteando, pero lo hacía de una manera tan amable y divertida que era imposible no disfrutar de su compañía.
A medida que avanzaba la noche, nuestros intercambios se volvían más juguetones y nuestras risas más sinceras. Juani parecía realmente interesado en conocerme, y su atención me hizo sentir especial en medio del bullicio de la fiesta.
Cuando llegó el momento de cerrar la barra, Juani se despidió con una promesa de volver a visitarme pronto. ― Esta noche ha sido increíble gracias a ti― dijo con una sonrisa radiante antes de alejarse entre la multitud. ― ¿ Aunque podría pedirte algo más? ― preguntó, con una mirada traviesa en sus ojos.
Intrigada, le pregunté qué necesitaba, y él simplemente extendió su teléfono hacia mí. ― ¿Podrías darme tu Instagram? Me gustaría seguir conociéndote,― dijo, con una expresión esperanzada en su rostro.
Su solicitud me tomó por sorpresa, pero no pude evitar sonreír ante su sinceridad y valentía. Tomé su teléfono y le di mi nombre de usuario de Instagram, agregándole una nota divertida sobre la noche que habíamos compartido.
― Claro, será divertido mantenernos en contacto ― le dije, devolviéndole su teléfono con una sonrisa.― Estoy segura de que encontrarás muchas fotos de cócteles y noches en La Bresh
Juani agradeció con entusiasmo y prometió enviarme un mensaje pronto. Con un gesto de despedida, se alejó entre la multitud, dejándome con la sensación de que esta noche había sido solo el comienzo de algo especial.