Prólogo

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La velocidad del vehículo era impresionante mientras se abría paso por la oscura y solitaria carretera a las afueras de la ciudad

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La velocidad del vehículo era impresionante mientras se abría paso por la oscura y solitaria carretera a las afueras de la ciudad.

—¡Detente, Jimin! —gritaba Amy, desesperada en el asiento trasero, con las manos atadas y el rostro bañado en lágrimas que caían sobre el viejo tapizado del auto robado.

—¡Cállate! —gritó Jimin, con la mandíbula apretada. Escuchaba las lejanas sirenas de las patrullas acercándose cada vez más mientras conducía erráticamente, tratando de mantener el control con una herida profunda en la pierna que no dejaba de sangrar.

Finalmente, estacionó el auto en ruinas y chirriante en un desolado paraje desierto, bajando a la fuerza a una aterrorizada Amy y metiéndola entre los escombros de una vieja construcción abandonada.

Caminaba agitado y cojeando, con el cabello sucio pegado a la frente por el sudor y con un fuerte dolor punzante en la pierna.

—Mierda —murmuró, sentándose en el polvoriento suelo de cemento con un arma temblorosa entre las manos ensangrentadas.

Su teléfono sonó en ese momento, y al contestar escuchó la angustiada voz de su madre al otro lado.

—Jimin... —susurró ella entre sollozos contenidos—. Jungkook descubrió todo, hijo. Por favor, entrégate y no lastimes más a Amy. No tienes salida.

Jimin colgó la llamada, incapaz de soportar la culpa y la desesperación. Se volvió luego hacia Amy, que yacía en el suelo con la ropa sucia y rasgada.

—¡Todo esto es culpa tuya! —le gritó, fuera de sí.

Amy negó entre lágrimas, implorando:

—Jimin, entrégate. Ya no tiene sentido seguir huyendo. Se descubrió toda la verdad...

—¡No, no lo haré! —respondió Jimin, apuntando a la chica aterrorizada con su pistola mientras gruesas lágrimas caían por sus mejillas.

Fue entonces cuando Amy rompió a llorar desconsoladamente y suplicó:

—Por favor, Jimin... no yo me mates. Yo... estoy embarazada.

Jimin se quedó paralizado al escuchar esas palabras, procesando la impactante noticia con los ojos muy abiertos. En ese momento, sintió cómo varios policías lo rodeaban rápida y sigilosamente, obligándolo a soltar el arma. Lo esposaron sin que pudiera oponer resistencia, derrotado.

Mientras lo llevaban a rastras hacia la patrulla, alcanzó a ver a Jungkook correr desesperado hacia una magullada Amy para abrazarla con fuerza, acunándola entre sus brazos.

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