Se encontraba en su propio departamento, el cual había adquirido hace poco. Habían pasado tres días y faltaban apenas dos días para su boda. En los últimos tres días, se había mantenido escondido; no quería ir a la mansión hasta el día de la boda. No era por Hanni, ella se mostró comprensiva e incluso parecía entusiasmada. Era por Jungkook, a quien había dejado en aquel departamento tal y como él lo hizo en su pasado, espero muchas cosas de Jungkook odio desprecio, pero para su sorpresa, este lo había buscado sin parar: llamadas, mensajes, incluso había ido a ver a Tae un par de veces en su búsqueda. Por eso esconderse era la mejor opción.
Ahora solo debía ocultarse dos días más y, una vez casado, ya no habría ni sentimientos ni remordimientos. Sólo sería él y Hanni, junto con toda la fortuna que poseería. Pero a veces, nada es tan fácil en esta vida.
Nuevamente tendría que cruzarse con Jungkook a la mañana siguiente, ya que tendría una reunión para dejar delegaciones durante el mes en que se iría de luna de miel con Hanni. Desafortunadamente, Jungkook estaría en esa reunión. Solo esperaba que, después de todo, se hubiera cansado y le permitiera seguir adelante con todo.
La reunión se llevó a cabo en las empresas Jung. Durante el proceso, que demoró un par de horas, Jimin explicó a los socios todo lo que dejaría pendiente. Se sorprendió de no ver a Jungkook en la reunión, pero era lo mejor, ya que a la mañana siguiente se casaría.
Al terminar la junta, se despidió de todos y se dirigió a su oficina, cansado, sabiendo que el día siguiente sería aún más agotador. Al llegar allí, lo que menos se imaginó fue encontrarse con el mismo Jungkook en su oficina. Al verlo, Jimin intentó salir corriendo, pero fue atrapado por Jungkook, quien cerró la puerta, impidiéndole escapar.
Lo miró fijamente con una mezcla de dolor y angustia.
Jungkook susurró con voz rota: — ¿Por qué, Jimin? ¿Por qué te fuiste y me dejaste?
Jimin, con voz cargada de ira, le gritó: — ¡Suéltame! ¡Estás loco!
— Esa noche, ambos confesamos nuestros sentimientos —dijo Jungkook desesperado—. Te dije que te amo, y tú también lo hiciste.
Jimin rió sarcásticamente.
— Entonces, ¿tenía que quedarme ahí a tu lado y ser tu amante? Dime, Jungkook, ¿esperabas que me quedara callado mientras seguías tu vida feliz con Amy? ¿Nuestros encuentros serían solo los fines de semana?
— No, Jimin —gritó Jungkook—. Yo te elegí esta vez. Yo te elijo esta vez. Démosle una oportunidad a lo nuestro.
Entonces, Jimin explotó en llanto e ira.
— ¡Ya basta! —dijo con voz temblorosa—. Eres tan cínico, Jungkook. Quieres una oportunidad. Te las di en el pasado y jamás me elegiste. Desde aquel primer beso que compartimos, sabes que yo estaba consciente de lo que hicimos aquella vez. Solo esperé algo de ti, Jungkook, solo esperé que me dijeras algo, al menos un "¿por qué me besaste?", pero preferiste callar porque te avergonzabas de lo que sentías por un hombre. Muchas veces tuviste la oportunidad. Muchas veces te di la oportunidad de aceptar lo que sentías por mí, y ¿Qué hacías cuando tus sentimientos por mí crecían? Cuando empezabas a dudar, ibas y buscabas una nueva novia para apagar lo que sentías por mí porque te avergonzaba admitirlo.
— Jimin, tú... Siempre supiste que te amaba —preguntó Jungkook, también angustiado.
— Por supuesto, Jungkook. Claro que lo sabía. ¿Cómo no darme cuenta? Siempre estuviste celoso, nunca dejaste que me acercara a ningún hombre. Lo notaba por la forma en que me mirabas, cómo me abrazabas. Nunca fuiste normal conmigo. Y eso siempre lo hacía más difícil para mí —respondió Jimin, con una mezcla de dolor y resignación en su voz.

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EL MALO
FanfictionCuatro años después de traicionar a Jungkook por dinero, Jimin sale de prisión para enfrentar a su pasado. Jungkook, ahora con una familia, advierte a Jimin que cualquier amenaza hacia ellos no quedará impune. -No te preocupes, Jungkook -susurró Jim...