9.- No lo compliques

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Los días transcurrían con tranquilidad, y Taehyung se encontraba feliz. Jamás imaginó, mientras estaba en prisión, que sus sueños de juventud se cumplirían. Al salir, descubrió que la vida superaba sus expectativas. Se volvió más reconocido gracias a su arte, pasando horas en su estudio pintando, lo cual le proporcionaba tranquilidad y libertad.

Sin embargo, no todo fue color de rosa. Su pesadilla tenía nombre: Min Yoongi. Este hombre pálido representaba el constante recordatorio de lo sucedido. A pesar de los intentos de Taehyung por seguir adelante y dejar atrás ese desastroso capítulo, Yoongi persistía en buscarlo insistentemente.

Habían pasado seis años desde que Taehyung pagó caro por enamorarse de un heterosexual, siendo injustamente encarcelado y catalogado como un abusador. No entendía por qué Yoongi, después de dañarlo tanto, no continuaba con su vida y lo dejaba en paz, como él ansiaba para sanar heridas que el otro insistía en avivar.

—Deme unas rosas—, dijo Taehyung de repente se encontraba en una floristería quería un regalo para Jimin.

Observó a un chico un poco más bajo que él, con una sonrisa alegre, acercarse. —¿Algo más? —, preguntó mientras le entregaba las flores.

Era un chico bonito, y Taehyung no era ciego. Hacía años que alguien no despertaba interés en él, pero este chico era como un sol cálido. No supo cuánto tiempo se perdió en sus pensamientos hasta que el chico le habló de nuevo.

—¿Se encuentra bien? —, preguntó el chico preocupado.

—Oh sí—, salió de su ensoñación. —Solo las rosas, gracias.

—Mi nombre es Hoseok—, dijo de repente el chico sonriendo había atrapado a Tae viéndolo.

—Encantado, soy Taehyung—, respondió estrechando su mano. Pagó por las rosas y salió de la florería, pero ese chico de sonrisa cálida llamado Hoseok seguía rondando sus pensamientos.

Al día siguiente, Taehyung volvió a la florería con la excusa de comprar más flores. Charlando con Hoseok, descubrió que tenían algunos intereses en común, como el arte y la música.

Poco a poco, fueron viéndose más a menudo. Si Taehyung necesitaba flores, iba a la florería donde trabajaba Hoseok y se quedaban hablando durante horas. Otras veces quedaban para ir al cine o a alguna exposición de arte. Cada vez surgía más química entre ellos.

Después de algunas citas casuales, Taehyung se armó de valor y le pidió una cita formal a Hoseok. El chico aceptó con entusiasmo. La velada fue perfecta y, al final, Hoseok invitó a Taehyung a su apartamento.

Entre besos y caricias en el sofá, su relación se volvió más íntima. Taehyung se sintió en las nubes con Hoseok. Había encontrado a alguien que le hacía olvidar viejas heridas y le daba una nueva ilusión en la vida. Al fin, sentía que dejaba sus fantasmas atrás y miraba solo al futuro.

EL MALODonde viven las historias. Descúbrelo ahora