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Capitulo XVI

Si pudiera encontrar una razón, que me ayude a entender, que no vas a volver.

Un sentimiento extraño se apodero de ella aquella mañana, al despertar. Se encontraba en la cama de su habitación/prisión, tumbada y con las sabanas cubriendo su desnudez.

Recordaba perfectamente lo ocurrido la noche anterior con Sesshômaru y suponía haber caído rendida a los brazos de Morfeo después del cansancio que le había producido. No había ni rastro del youkai en la habitación, aunque no le sorprendió.

¿Qué diablos le había ocurrido? Ella amaba a Naraku. Entonces, ¿por que todo su cuerpo le había pedido a gritos que lo dejase hacer lo que había echo? Su propio cuerpo le había entregado el control a Sesshômaru, negándose a obedecerla. ¿Por qué?

¿Y el demonio? ¿Qué diantres le pasaba? ¡Era Sesshômaru, por Dios! ¡Las tres veces que le había oído hablar fueron para expresar lo muy patéticos /inútiles/ débiles/ repugnantes que eran los humanos! ¡Que los odiaba! ¡¿Qué hacía acostándose con una mujer humana, perteneciente a la raza que más despreciaba?! ¡Pero donde se había metido la lógica en su vida desde que se enamoro de Naraku?!

Se levanto algo ofuscada, sin llegar a aclarar sus pensamientos. Sesshômaru estaba raro, pero raro, raro.

Y cayó en la cuenta de algo. Por primera vez comprendió lo que acababa de pasar. Había permitido que el asesino de su hijo la tomase, había dejado que Sesshômaru la hiciese suya.

Su bebe… Sus piernas flaquearon y cayo al suelo de rodillas, temblando ligeramente, mientras las lágrimas que aun no habían sido derramadas corrían libres al fin por sus mejillas.

Que inútil que era. Realmente una inútil. Ni siquiera había sido capaz de proteger a su propio hijo.

Concentro su poder espiritual, como antaño, cuando el aura del pequeño le respondía indicándole que no estaba sola, de una forma inútil, pues ya sabía que no estaría allí. Ya lo comprobó antes, su bebe estaba muerto y…

Pego un brinco cuando sintió que un aura respondía a la suya. No podía ser… Si la otra vez no lo sintió… ¿Que había pasado?

Confundida, se sentó en la cama con los brazos alrededor de su vientre, concentrándose totalmente en el aura que le respondía.

Le asalto la idea de que el lugar del bebe de Naraku lo hubiera ocupado un hijo de Sesshômaru y todos sus músculos se tensaron ante el pensamiento, pero se relajo al minuto siguiente, aquella aura era la misma que la de Naraku, no era un hijo del frío Taiyoukai…

De nuevo la misma incógnita, siempre repitiéndose la misma pregunta… ¿Qué había ocurrido?

Volvió a dar un respingo cuando presintió algo más. No, no podía ser. Aquello era imposible, habría sido una confusión… O al menos todo su ser rezaba para que así fuera. No quería ni saber que podía ocurrir en el caso de que…

El apuesto Taiyoukai Dueño y Señor de las Tierras del Oeste paseaba intranquilo por uno de sus jardines, un espectáculo digno de ver, sin duda. Él era un demonio frío, sin escrúpulos a la hora de matar, preciso y despiadado que no toleraba ningún fallo en su presencia, aun menos un ser débil… Aun menos un humano.

Silencio (Naraku x Kagome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora