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Chapter 11: Capitulo XI

Capitulo XI

Como quema este dolor del silencio, que llena cada espacio en mi

cuerpo, como duele este silencio de amor.

Decir que aquello era una catástrofe era decir poco. Kagome se sentía como si de pronto, se hubiera armado el holocausto, el Apocalipsis o el fin del mundo sobre ella.

Y por algo tan insignificante como un color.

¡Pero como diablos había podido ser tan descuidada! Bueno, estaba claro que nunca hubiera imaginado que en su primera "cita" Naraku pretendiese llegar a tanto. No. Ella lo había sabido. En algún rincón de su corazón había deseado aquello, por más que su mente se negase.

Estaba embarazada.

O eso, o la maldita prueba de embarazo que tenía en sus manos estaba rota y el color era el incorrecto.

Suspiro. No valía la pena preocuparse por eso. Se limito a tranquilizarse y seguir con su equipaje, Inuyasha había vuelto de la otra época y ya estaba exigiéndole que regresara.

A la mañana siguiente la joven tomo su mochila y se encamino hacia le pozo.

Cuando Inuyasha había ido a buscarla ayer le había pedido tres días más, pero ahora prefería volver inmediatamente.

Dudaba mucho que el hanyou pudiese detectar el olor del bebe que crecía en su interior, pues aun no era mas que una partícula microscópica, pero de todas maneras, había comenzado a tomar medidas al respecto, como bañarse durante dos largas horas con aromas de melocotón y usar una colonia que oliese a la misma fruta.

Salto al pozo y enseguida pudo notar la luz azulada que indicaba que estaba viajando en el tiempo.

Al llegar al otro lado, suspiro y comenzó a trepar por las enredaderas a toda prisa.

Si no se equivocaba, su madre, su hermano y su abuelo respetarían su decisión de tener al niño. Pero a sus amigos de la época Sengoku no les sentaría nada bien, de forma que decidió no decírselo. Podría tener al niño en el otro mundo y que ellos nunca lo supieran.

No. Inuyasha podría cruzar el pozo y averiguarlo. Y entonces todos se enterarían de igual manera. Además que nueve meses de embarazo no iban a ser fáciles de ocultar. Los primeros cinco meses tal vez, pero los cuatro últimos seguro que no.

En fin, suspiro, por lo menos durante los primeros cinco meses no les diría nada, luego ya pensaría e algo y...

Naraku. Por Dios, no había pensado en él y eso que también era su hijo. ¿Como se lo diría a Naraku? Aun ni siquiera estaba segura de que la amase.

Suspiro de nuevo y decidió que más adelante ya solucionaría las cosas. Tendría a su hijo, aunque a nadie le gustase y ella lo querría como a si vida.

Y estaba segura de que su familia la apoyaría.

Llego a la aldea de la anciana Kaede y fue calidamente recibida por sus amigos.

Inuyasha, en cambio, con su típica gran delicadeza de siempre, le anuncio que partirían de inmediato. La verdad es que todos estaban más clamados desde el ataque de Naraku, pues suponían que al no haber dado señales de vida antes, era solo para sorprenderles y pillarles confiados.

Silencio (Naraku x Kagome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora