Capítulo 22: Un disparo
-¡Shirômaru!
沈黙
silencio
-¡Shirômaru!- grito Nataku, segundos antes de que este descargara un ataque mortal contra el indefenso hombre y lo despedazará con sus garras.
El demonio se dio la vuelta y lo miró con furia. Esto preocupó de sobremanera al hanyou de cabello castaño y rizado. Desde que salieron del palacio de sus padres para defender la zona Este, donde algunos banidos estaban robando y asaltando aldeas, su medio hermano se había convertido en una máquina de matar.
Ni siquiera detenía sus garras cuando le suplicaban.
Sabía lo que pasaba. El de cabello plateado jamás se había sentido bien entre sus familiares, quizás por que ninguno pertenecía a su misma raza y solo en esos momentos dejaba libre su instinto de demonio completo. Nataku lo comprendía y lo aceptaba, pero más de una vez se había visto en la obligación de pararlo, cuando se descontrolaba y, con los ojos rojizos, trataba de atacar a los propios aldeanos que debía defender.
Por suerte, ese no era el caso. Ya habían terminado y, tras pasar por el poblado, en dónde les dieron las gracias y varios sacos de trigo y verduras, emprendieron el camino de regreso a casa.
Nataku, de ánimo más alegre y un poco retorcido, siempre hablando de enfadarlo o como mínimo de recibir una respuesta seca y fría, que era al parecer lo único que Shirômaru sabía decir, pero desde el principio hasta el final del trayecto, su hermano. No le respondí.
Llegaron volando al palacio en apenas dos horas, uno gracias a sus poderes antinaturales y el otro por tierra, a gran velocidad y sin quedarse atrás. Los recibió Kagome, su madre, contenta de tenerlos de nuevo con ella.
-¿Qué tal fue?- preguntaron a ambos, parándose un momento a pensar en lo mucho que se parecían a sus respectivos padres a sus veintiún años. El hanyou se adelanto para hablar con ella, peor Shirômaru se fue sin decir nada, dejando los sacos que llevaba en el suelo. La antigua sacerdotisa miró preocupada a su otro hijo, como pidiendo una confirmación a sus sospechas.
-No, no ha perdido el control- la tranquilizó- pero mató a varios de esos saqueadores incluso cuando le suplicaban clemencia. No creo que se sienta muy orgulloso.
-Si tan solo Sesshômaru viviera y pudieses enseñarle a controlar sus impulsos- se lamento ella- Inuyasha, por ser medio demonio, no puede ayudar demasiado.
-Ya aprenderá- dijo una voz a sus espaldas y los dos voltearon para encontrarse con naraku, que los miraba desde la puerta principal- Controlar sus instintos y sus poderes le costara años, incluso una o dos décadas, no tenéis que preocuparos tanto, yo. me ocuparé de él mientras tanto.
Todos callaron, el recuerdo de la última pelea entre el poderoso señor del castillo y el heredero de Sesshômaru regresó a sus mentes. Naraku había vencido al de cabellos plateados con suma facilidad y aunque este se había mostrado bastante ofendido, en el fondo sabían que lo tranquilizaba tener a alguien que le parase los pies cuando su conciencia de demonio lo dominaba.
-¿Y si hablas con él?- sugirió Kagome, cuando Nataku se hubo marchado a buscar a Inuyasha para entrenar un rato, cosa que pasaba con frecuencia por que, consciente de que su poder como medio demonio era menor al de su hermano, no Quería quedarse atrás.
-No es necesario, él lo sabe, se lo dije hace tiempo- le informó su esposo, lanzándole una mirada que la hizo temblar- ¿Nos ocupamos de otros asuntos de mayor importancia?
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Silencio (Naraku x Kagome)
Hayran KurguPrólogo Hola cómo estan mirando en una búsqueda de historias encontré esta historia que van a leer no es mía los créditos y derechos a su respectiva autora que creó está hermosa historia pues tiene unos de mis ship de Inuyasha favorito del cual no s...