Chapter 10: Capítulo X
Capitulo X
Eterno y mudo como el recuerdo del amor que tu me diste, silencio, tan grande tan vacío y tan muerto.
¡Naraku se estaba volviendo bueno! ¿Por que? ¿Por que sus sentimientos habían cambiado? ¿Por que la quería?
-Umm...Naraku...¿Me quieres?
Él no respondió, se quedo unos momentos en silencio y volvió a atraer los labios de la chica hacía los suyos. Una vez acabo el beso, no parecía dispuesto a dejarlo ahí y la tumbo en el suelo, sobre la hierba fresca.
Miro a la chica que había bajo él. Kagome parecía haber comprendido y aceptado lo que él deseaba de ella, a pesar de que un ligero temblor la sacudía.
-Tranquila, no te haré ningún daño.
Kagome no le respondió, únicamente le paso los brazos por el cuello y le dio un corto beso, como dando su autorización.
Volvió a depositarla en el suelo con cuidado, mientras sus manos viajaban despacio hacia la parte trasera del kimono y deshacía el lazo que sostenía el conjunto.
Le bajo el kimono con cuidado, dejando al descubierto su hermoso pecho, cubierto por un ligero sostén que desapareció minutos después.
Mientras sus manos seguían bajándole el kimono, muy lentamente, su boca se entretuvo con sus senos y atrapo uno a uno sus pezones, succionándolos, lamiéndolos y acariciándolos con su lengua.
La chica simplemente se dejaba hacer, emitiendo pequeños gemidos de vez en cuando.
Cuando le hubo quitado completamente la ropa, se separo de su cuerpo y la miro de arriba abajo.
Un leve rubor cubría su rostro, mientras que trataba de cubrir sus pechos con sus manos.
-No me mires, por favor.
La alzó, tomando sus manos, la guió en el mismo recorrido que él había tomado, pero en su cuerpo.
Kagome se dejaba guiar, mientras sus manos deslizaban el kimono de Naraku y dejaban al descubierto su bien formado cuerpo, completamente desnudo.
-Naraku...
-¿Si preciosa?
-Eres...Muy guapo.
El demonio se sorprendió. ¿La miko le estaba diciendo que le gustaba su cuerpo?
-No más que tú.
La tumbo de nuevo y recorrió con su lengua el cuerpo de ella, le gustaba el sabor de su piel y los leves escalofríos que la recorrían.
Cuando los labios de él contactaron con su sexo, Kagome gimió desesperada. Aquello jamás lo hubiera imaginado, el placer recorría su cuerpo y gemía sin control.
Naraku decido acabar con aquella delicada tarea y se posiciono sobre ella.
-Al principio dolerá, pero el dolor se vuelve placer en un determinado momento.
-No importa, quiero que lo hagas, quiero que...seas el primero.
A él no le sorprendió la confesión, si Inuyasha había sido lo suficientemente idiota como para dejarla a su merced, lo más probable era que nunca jamás hubiese visto su cuerpo, seguro.
Lentamente fue introduciendo su miembro en el interior de la chica.
Al principio le dolió. Mas de lo que nunca habría imaginado. Naraku no se movía para nada y solo cuando estuvo seguro de que el dolor había remitido comenzó a moverse lentamente en ella.
Kagome hacía lo posible por no gritar de dolor y él por contenerse.
Al ver que no disminuía, comenzó a acariciar el cuerpo de ella, sus pechos, su piel y su sexo, mientras continuaba con un ritmo lento.
Funciono, Kagome comenzó a jadear suavemente y a medida que aumentaba la velocidad de las embestidas, los jadeos se volvieron gritos de puro éxtasis.
No duro mucho mas, Naraku se encontraba en el límite de si mismo y al poco estallo dentro de ella, en un suave orgasmo que los agoto por completo.
Cuando al fin normalizaron sus respiraciones, el demonio la atrajo hacia el y la estrecho en sus brazos, mientras la arropaba con su kimono y ambos caían dormidos profundamente.
Faltaba poco para el amanecer cuando Naraku abrió los ojos, extrañado por una vez de despertarse y sentir una tibia calidez junto a el en lugar de la usual frialdad que rodeaba su castillo.
Miro a la joven dormida en su pecho, Kagome parecía un ser frágil y delicado, aunque, recordó que su carácter en ocasiones contradecía perfectamente su aspecto.
Con tranquilidad, la despertó suavemente, con besos fugaces y dulces caricias. Ella abrió los ojos y le sonrió y sintió que, de pronto, salía el Sol y eso que seguía siendo de noche.
La tomo entre sus brazos y la llevo volando hasta un pequeño arroyo cercano en el cual se podía limpiar y después la acompaño hasta el pozo, en donde ella le explico algo referente a que su hogar estaba al otro lado.
Se despidieron con un largo beso, quedando en encontrarse la próxima luna llena, justo cuando el sol comenzaba a salir y cierto humano volvía a ser hanyou.
No dijeron nada más, era innecesario, ella salto al pozo dirigiéndole una ultima mirada y el se fue convertido en humo.
Pero la vida en ocasiones es caprichosa y ninguno de los dos intuía que tal vez algo se les había escapado, tal vez Naraku había dejado irreversiblemente algún rastro de él en Kagome.
Algo había cambiado en ella, ahora era una mujer, pero no solo eso era lo importante y muy pronto, lo sabrían.
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Silencio (Naraku x Kagome)
FanfictionPrólogo Hola cómo estan mirando en una búsqueda de historias encontré esta historia que van a leer no es mía los créditos y derechos a su respectiva autora que creó está hermosa historia pues tiene unos de mis ship de Inuyasha favorito del cual no s...