Capítulo XX
Eterno y mudo como el recuerdo del amor que tu me diste, silencio, tan grande tan vacío y tan muerto.
Naraku se lanza directamente contra Kagome, pero Sesshômaru lo repudio con facilidad, lanzándolo hacia atrás, para después desenfundar su katana, junto con Inuyasha y colocarse ambos delante del grupo, dispuestos a pelear.
El dominado hanyou, se levantó con destreza de un asalto del tronco contra en que había sido enviado y, con dos chispazos cegadores, a cada uno sostuvo un sable que desprendía una luz indudablemente espiritual.
-¡Si cualquiera de esas espadas toca vuestra piel os purificara por completo!- grito Miroku- ¡Os desintegrareis!
-¡Feh!- le respondió Inuyasha- ¡¿Te crees que no lo se?!- comenzó a correr hacia Naraku, con Tessaiga en sus manos- ¡Primeros solucionare esto y después te matare, Sesshômaru!
El susodicho no contesto a la burda amenaza, pero comenzó a moverse también velozmente hacia el objetivo común. Cuando las katanas chocaron, gran cantidad de chispas surgieron de los sables, quemándoles la piel.
Tuvieron que retroceder de un salto para evitar dañarse gravemente.
-Vuestro poder no es comparable al mío- anuncio la voz vacía de Naraku- Apartaros, vosotros no sois mi objetivo, no me obliguéis a mataros.
-¡Cierra el pico!- grito el peliplateado hanyou lanzándose de nuevo al ataque, esta vez consiguió hacer retroceder a su adversario y, al chocar las hojas, surgió una pequeña fisura.- ¿Por qué quieres matar a los bebes de Kagome?
-¡Por que va a ser!- contraatacó, pero esta vez Sesshômaru paro el golpe e Inuyasha clavo su espada en uno de los sables, rompiéndolo en mil fragmentos, como si de cristal se tratara- ¡Esos niños traerán la ruina al mundo, destruyendo todo a su paso en una contienda que emprenderán el uno contra el otro!
-¡No!- y esta vez hablo Kagome, que descansaba rodeada por sus amigos, completamente de piedra, que no comprendían que estaban hablando- ¡Mis hijos no serán así! ¡Yo los criare!
-¡Silencio!- exigió de nueva la joya, en boca ajena- ¡¿Qué crees que has hecho, muchachita?! ¡¿De veras piensas que los hijos de Sesshômaru y Naraku podrán convivir en paz y armonía como hermanos?! ¡He visto el futuro y lucharán a muerte durante toda su vida, para demostrar cual de los dos es más fuerte!
Y un nuevo sable surgió reemplazando al que se había roto. De una estocada, varios cabellos plateados fueron cortados, en un golpe que Sesshômaru logro esquivar de milagro. Kagome gimió, al notar la cercanía de ser mortal que había tenido. Sesshômaru, al escucharlo, la miro con incredulidad.
¡Pero bueno! Pensó Kagome ¡¿Será posible que le resultado extraño que me preocupe por el?! ¡Necio! Estoy tan angustiada por él como por Naraku y no solo por culpa de mis… bebes…
-Kagome, miko inexperta, entregame a tus hijos y liberare a Naraku y no matare a Sesshômaru. De lo contrario, ¡los perderás a ambos!
-¡Si mis hijos pierden a sus padres, será normal que se odien, no tendrán a nadie a quien superar, así que se repudiaran entre si!
-¡¿Lo comprendes ya?!
-¡No!- las lagrimas empezaron a aflorar en sus ojos chocolates, lagrimas furiosas- ¡Yo los cuidare y no permitiré que acaben con el mundo! ¡Los voy a querer, sean como sean!
-¡Eso no es suficiente!
Un mandoble dirigido al estomago de Inuyasha fue detenido por la Tessaiga, y cuando iba a cortar con el otro sable, Sesshômaru lo detuvo y volvió a la carga, haciendo que liberara a Inuyasha y teniendo que vérselas para frenar los ataques de ambos, simultáneamente, uno tras otro, mientras perdía el terreno.
Kagome temblaba sin control, solo de pensar en que mataran a Naraku y sus hijos, ambos, estaban completamente quietos, como atentos a la macabra escena. Entonces, la joven alcanzo a ver el brillo contaminado de la joya, que estaba justo a la altura del corazón de Naraku.
" Se ha contaminado de nuevo, si la purificara… ¿Mataría a Naraku? No, no, él ya la estaba purificando solo, de manera que su interior no tendría por que desintegrarse por mis poderes, ya había antes en él algo purificante y no lo mató"
Llegada a esa conclusión, tomo el arco y tenso una flecha, lista para cuando surgiese la oportunidad, esperando a que Sesshômaru e Inuyasha estuviese lejos de él, para no ser purificados.
" Mis cachorros " dijo para sus adentros a las dos presencias que se habían inquietado y no dejaban de moverse "Estaros quietos, necesito vuestra ayuda y si queréis conocer a vuestros padres al salir de ahí, más os vale prestármela" continuo, pareciera que estaba dando una orden en lugar de pedirles ayuda, pero con lo extorsionadores que habían salido, intuía que debía ser firme "Ayudarme a cargar la flecha con toda la energía espiritual que podáis" y tal cual lo pidió, ellos lo hicieron "¡Ya basta! Os estáis quedando sin poder para manteneros" y les cerro el 'contacto', evitando así que los muy animales le dieran toda su energía.
Justo cuando sintió como la flecha quedaba cargada a rebosar de fuerza espiritual, 'Naraku' repudio el ataque de los medio hermanos y los lanzado considerablemente lejos, avanzando con lentitud hacia Kagome, con un semblante terriblemente victorioso.
-Prepárate a morir- exclamo alzando sus sables- Bueno, mejor dicho, que se preparen a morir tus hijos.
Kagome se hincó con una rodilla en el suelo y prepara el arco, pero antes de poder cubrirse o algo, sus amigos se colocaron ante ella, Sango, Miroku, Kirara y Shippô, dispuestos a protegerla así les fuera de la vida, pero Kagome solo murmuro. :
-Cuando este lo suficientemente cerca, apartaros- y ellos, al ver la flecha, comprendieron.
-Vaya, honorables amigos aquellos que están dispuestos a morir por ti- alzo los sables con al intención de dar un potente y mortal golpe- ¡Morir entonces!
-¡Ahora! – grito Kagome y ellos se lanzaron a un lado y otro, mientras la flecha surcaba los aires unos segundos y se clavaba poco después justo a la altura del corazón de Naraku, que tan solo abrió los brillantes ojos unos segundos, antes de cerrar los parpados. y caer sobre Kagome a todas las luces inconscientes.
La chica lo recibió con un grito de felicidad, llorando como una loca, mientras sus dos cachorros lo festejaban parecía que bailando en su vientre contentos de haber conseguido su objetivo, como si todo fuera merito suyo.
Alzo los ojos, anegados en llanto y se encontró con una mirada de Sesshômaru, que estaba rasguñado por todas partes, con Inuyasha al lado en un estado muy similar. Les sonoro y el mayor de los hermanos mudo su mirada por una de ¿ternura?
-¡Chicos!
Todos voltearon, para ver a Shippô estando desintegrado en la nada y la Shikon no Tama flotando en el aire, con un brillo entre blanquecido y púrpura.
Deben morir… ¡Ellos deben morir!
Exclamo una voz que no procedía de ningún lugar y, antes de que ninguno de ellos pudiera reaccionar, la esfera se dirigió rápida como el rayo hacia Kagome, que permanecía sentada con Naraku en sus rodillas, sin poder moverse.
Hubo un rápido y brutal resplandor y lo último que Inuyasha alcanzo a ver fue a su hermano protegiendo a Kagome con su cuerpo mientras la besaba.
Después, todo se volvió oscuridad y el mundo perdió su color para siempre.
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Silencio (Naraku x Kagome)
FanfictionPrólogo Hola cómo estan mirando en una búsqueda de historias encontré esta historia que van a leer no es mía los créditos y derechos a su respectiva autora que creó está hermosa historia pues tiene unos de mis ship de Inuyasha favorito del cual no s...