Confusión

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Xichen había llevado a Wei Ying a la enfermería para ser atendido, después de unas horas el joven estaba inconsciente en una de las camas del lugar con sus heridas vendadas, se veía tan frágil, le recordaba a su pequeño hermano herido, la situación era similar.

Recuerda haberse enojado tanto con el joven porque por su culpa habían lastimado a su pequeño hermanito y estaba sufriendo tanto, pero ahora, la situación se había invertido, y esta vez, en verdad era Wangji quién le impuso aquel castigo.

No lograba comprender, ¿qué era lo que le había hecho cambiar de parecer? ¿Ahora ese pequeño joven merecía ser herido?, entiende que tiene cosas por las cuales pagar, pero se aclaró que con todo lo que hizo su deuda había sido saldada.

Incluso cuando intentó irse, Wangji lo invitó a la secta en contra de todos prácticamente, él y su tío lo habían aceptado, los juniors lo querían y, aunque era un bromista de primera, jamás había puesto en riesgo la integridad de la secta.

No había hecho nada por lo que este castigo fuera justificado considerando lo duro que fué y el que nadie, aparte de los ancianos, haya sido informado.

Necesitaba una explicación, así que salió del lugar para ir en busca de su hermano, quién a pesar de que había pasado un tiempo desde que supo que la charla con su tío había terminado, en ningún momento fue a ver al que llamaba su esposo.

Le habían dicho que lo vieron dirigirse a su cuarto, así que se direccionó allá, cuando entró, se encontró con el de ojos dorados, sentado tranquilamente meditando.

–Wangji– llamó –¿tienes un momento?– el más pequeño asintió, se dispuso a entrar y sentarse frente a él. –Yo, lo siento por molestarte, pero quería saber el porqué del castigo del joven Wei– estaba nervioso, no quería pelear con su hermano por esto, debe tener una razón.

Pero, él no se inmutó, –había que castigarlo– fue lo que dijo, –pero, ¿por qué?– su hermano lo miró fijamente y su fría voz resonó en el lugar –porque lo merece–, y eso, simplemente lo desconcertó más.

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