Juniors

790 85 5
                                    

A mitad de la segunda semana algo cambió, después de su castigo diario, estaba desmayado en el piso, el doctor aún no llegaba cuando Jingyi pasaba por el lugar, mientras intentaba salir del shock al verlo en tal estado, Ming llegó y se lo llevó y el pequeño junior inmediatamente le fue a contar a Shizui, él tenía que saber.

Los dos pequeños se dirigieron inmediatamente a la enfermería y esperaron tal y como les dijo el doctor, quien luego de atender al herido salió para hablar con los niños.

–¿Qué fué lo que pasó?– el primero en hablar fue Jingyi, estaba preocupado y no lograba entender la situación, –¿el maestro Wei estará bien?– Shizui quería saber sobre su mentor.

–No sé cómo debería responder a eso, pero, ya atendimos sus heridas, seguro despertará por la tarde como siempre, podrán hablar con él si lo desean–.

–¿Podemos?– dijeron al unísono, –claro, creo que él se sentirá mejor si habla con alguien que no sea de la enfermería, suele pensar en ustedes, los jóvenes Jingyi y Shizui, ¿no?– asintieron, –entonces estará encantado–.

–Pero, ¿qué fue lo que ocurrió?– querían saber, –no estoy seguro de que podamos decir esa información, tampoco nosotros lo tenemos claro, lo que sabemos es que el maestro Wei Ying  ha venido herido desde hace una semana y media casi todos los días, bueno, más bien lo empezamos a buscar desde la segunda vez que lo encontramos desmayado en algún lugar– terminó de contar, era todo un misterio para todos lo que estaba pasando.

–Pueden esperar adentro si gustan–, los jóvenes hicieron caso y se adentraron a esperar a que su maestro despertase.

°•°

Wei Ying despertó, y mientras intentaba enfocar su vista divisó dos túnicas blancas, inmediatamente frotó sus ojos y buscó las caras de las pulcras prendas.

–Ni-niños, ¿qué hacen aquí?– su sorpresa era evidente pero una pequeña sonrisa abarcó su rostro.

–Venimos a visitar al dotorcito– dijo Jingyi con burla, –es obvio que lo venimos a ver a usted, lo vi todo tirado en el piso, queríamos saber cómo está–.

Wei Ying no pudo evitar reírse por el sarcasmo del niño, sin embargo el dolor lo hizo parar rápidamente, mientras la preocupación se reflejaba en los rostros de los presentes, luego de que se calmara un poco Shizui prosiguió.

–Maestro Wei, ¿que está pasando?, salimos un tiempo por una misión en las afueras, venimos hoy y nos encontramos con esto, ¿está bien?– preguntó intentando sonar sereno.

–No es nada, estaré bien, dejando eso de lado, gracias por venir, ya los extrañaba–, sonrió y los dos presentes se calmaron un poco.

–Tenemos que irnos, debemos dar un reporte–, dijo Jingyi con algo de pena, –vayan, no se distraigan más–.

–Mm, nosotros...¿podemos venir después?– preguntó el Lan menos Lan algo avergonzado, –¡Claro!, siempre estoy en las tardes por aquí– dijo sonriente, era lindo saber que alguien lo quería visitar, –entonces nos vemos mañana– se despidieron.

–Sabía que te haría feliz verlos un rato– el doctor sonreía, –no que quisiera que se enteren, pero me hace feliz verlos–.

¡Basta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora