14 - Planetario

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MARTIN

Bajo corriendo de cada y Juanjo me abre la puerta de copiloto antes de subirse él también. 

— Si quieres coge mi móvil y pon alguna canción. — Me dice, dictándome la contrañsena para que pueda entrar. 

Voy directamente al Spotify y miro las canciones de su playlist. 

— Que lista más curiosa. — Comento. 

— ¿Por? 

— Tienes desde el clásico más antiguo al reguetón más actual, con pop y rock de por medio. 

— Soy un chico abierto de miras. — Bromea. 

Sin saber que poner pongo su lista en aleatorio y dejo el móvil. 

— No sé si te lo dije, pero ayer bailaste muy bien. Fue especular. — Comenta, y eso me recuerda a la foto que he visto en su habitación. 

— Gracias, fue todo un reto. La verdad es que vengo de hacer cosas super alejadas a lo que hice ayer, y me ha servido para demostrarme muchas cosas a mí mismo. Ha sido como el principio del fin. En el sentido de que he cerrado por fin la mala racha que llevaba y de aquí aspiro a mucho más.  — Sinceramente no sé no de donde me sale haberle dado una explicación tan larga. — Lo siento, cuando me suelto igual hablo de más.

— No te disculpes, es muy interesante escucharte hablar. — Dice, sin siquiera inmutarse. Sin siquiera saber que sus palabras me hacen sentir las famosas mariposas en el estomago. —  ¿De qué viene esa mala racha?

Me quedo callado, soy consciente de qué quiero que me conozca. pero tampoco quiero que piense que soy un pringado. 

— Al final se te van acumulando las cosas, y cuando no estas acostumbrado es como que todo es más grande de lo que parece y gestionarlo es más difícil. 

Juanjo tiene el ceño levemente fruncido, como si estuviera muy concentrado encara palabra que sale por mi boca. Me paro a mirarlo y ciertamente, si el Juanjo con gafas de sol ya era sexy, el Juanjo con gafas de sol y conduciendo lo supera. 

— Es complicado encontrase en situaciones nuevas y desconocidas. Es como si empezaras a aprender algo desde cero. — Comenta, al ver que no añado nada más. — Pero creo que al final todo te sirve como aprendizaje, todo tiene que ser nuevo para nosotros una vez antes de saber hacerla o gestionarla en este caso. 

Como me ponen los hombres inteligentes. 

— ¿Cantas? — le pregunto esta vez yo. 

Suelta un bufido y una sonrisa de lado se plasma en sus labios. Casi se me podrían olvidar como se respira sis que teniendo gestos tan... tan así.

— Algo así. — Responde. — Solía cantar jotas, más adelante empece a cantar un poco de todo pero era obvio que no podría vivir de cantar y eso me llevó a la ingeniería naval. 

Y pensar que este mismo chico se burlaba de la gente de artes. Aunque ahora entiendo que dijera que la gente que se dedica a ello es muy valiente. 

— ¿Por qué no podrías vivir de cantar? Seguro que tienes muy buena voz. 

— La vida es un poco más complicada que es Martín. A veces simplemente lo sabes, y no quería hacer sufrir a mis padres por causas poco seguras. A demás, hace dos años vivir por y para enorgullecer a mis padres. 

Siento que ese es un detalle mucho más personal de lo que parece. Su tono de voz ha bajado ligeramente, dandole un toque más aterciopelado. 

— Pero no todo es posible en esta vida. — Finaliza, aparcando el coche y bajando antes de que pueda decir algo. 

The Dancer - Juantin ot2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora