The Dancer - Juantin ot2023

4 - Raritos

MARTIN 

Después de la extraña escena de Juanjo hoy no me siento tan mal por la cantidad de veces que he hecho el ridículo. Esta casi que las compensa todas. 

No sé que hay peor que te pilen espiando a alguien. Cada vez que lo recuerdo se me escapa la risa. 

Decido que es momento de sacar a una nuevo Martina pasear, a uno un poco más atrevido. A uno acorde a mi vuelta a empezar. 

dm. Juanjo

te ha gustado el ensayo? ;)

Creo que es lo más atrevido que he hecho en mucho tiempo. Todo un valiente. Paso por una panadería antes de volver a casa a comprarle unos donuts a Ruslana, por tener un detalle con ella. 

— ¿Todo bien, hijo? — Me pregunta la dulce señora, mientras empaqueta los donuts. 

— Sí, ¿cómo está usted? — Pregunto yo también. 

— Muy bien. Pero tu mirada no dice lo mismo. — Me dice, sonriendo con dulzura. — Tienes unos ojos que son dos espejos. 

Espejos del alma. 

Me siento algo cohibido ante sus palabras. 

— Estoy en proceso de estar bien. — Le digo esta vez, tratando de ser un poco más sincero. 

— Todo llega, cielo, pero el tiempo es oro, oro que gastas y no vuelve. Como dijo Benjamin Franklin; "¿Amas la vida? Si amas vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida".  — Cita, con una voz tan sabia que me dan ganas de abrazarla con fuerza. 

— Muchas gracias. 

— A ti. — Se despide. 

De camino a casa no dejo de penar en lo que me ha dicho esa señora. Y cuanta razón tiene, yo quiero vivir, vivir una vida plena, disfrutar de respirar, de moverme, de reír y de llorar. Porque sentir es lo que realmente le da sentido a la vida. 

Emocionarse con una canción. Reírte con tus amigos. Llorar por un tío para después enamórate del que de verdad es el amor de tu vida. 

Y aprender de cada emoción que se siente. 

Con ese pensamiento en mente llego a casa, donde Ruslana esta buscando una película. 

— Hola amor. — Saluda. Un poco cabizbaja. 

— ¿Qué pasa?

— He discutido con Omar. — Dice, sin rodeaos. Porque Ruslana no tiene miedo, Ruslana te dice lo que siente y sabe pedir ayuda cuando es necesario. 

— ¿Y eso? — Le digo, sentándomelas junto a ella y tumbándola en mis piernas. 

— Lo he visto con una tía y me he cabreado. Porque era preciosa, no dejaba de hacerle reír y de escucharlo, y por un momento sentí que eso es lo mismo que hago yo con él, y que es muy fácil que otra persona le pueda llegar a gustar como hice yo — Explica como pueda, mientras la voz se le va entrecortando. — Y ya sabes que a veces tengo un carácter que no me lo porta ni mi madre... Y una cosa se ha ido a la otra. 

Le acaricio el pelo mientras me habla, y cuando acab le tiendo la caja de donuts, a lo que ella ríe, sonándose la nariz. 

— La clave esta en hablar, Ruslana. Llámalo o ve a su casa y háblalo con él. Omar es un gran chico, estará desesperado por hablarte. 

— Mañana, creo que hoy toca dejar reposar el tema. 

Asiento y acabo buscando yo la película, y acabo poniendo una de mis favorita "Edward scissorhands "