34 - Estrella

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JUANJO

— ¿Te quedas a dormir. — Le pregunto a mi novio, después de haberlo llevado a cenar.

— No sé. ¿Quieres? — Responde, lanzándome una de esas miradas pícaras que me encantan. 

— ¿Tú que crees? — Le pregunto de vuelta, poniendo mi mano sobre su muslo. Siento como se tensa y esa chulería se desvanece ligeramente. 

— Que lo estas deseando. 

Sonrío asintiendo, a la vez que deslizo mi mano un poco más arriba. Muy cerca de su entrepierna. 

— Se conduce con las dos manos en el volante. — Dice con tono nervioso, cosa que me hace sonreír aun más. 

— Cuando te saques el carné hablas. — Le respondo, pasando mi mano por su entrepierna. Suelta un jade de sorpresa y yo aparto la mano para cambiar de marcha. — Pero bueno, si tanto te preocupa no las moveré del volante. — Me burlo, tratando de no reírme de su cara de indignación. 

— Es la segunda vez que me dejas así hoy. — Se queja, cruzándose de brazos. 

Suelto una risita y me encojo de hombros.

 — Que guapo estás cuando te enfadas.  — Rueda los ojos pero alcanzo a ver la comisura de su labio alzarse.

Poco después nos encontramos subiendo hacia mi casa, con Martin aun haciendo pucheros por, según él, jugar con las emociones de Martincito.

 — No me puedo creer aun que tu pene tenga nombre. — Vuelvo a reírme, tumbándome en la cama. 

Rueda los ojos y se tumba encima de mi, escondiendo su cara en mi cuello. Lo abrazo por la cintura, acariciándola bajo la ropa. Creo que no hay nada más suave que la piel de Martin, sobretodo en esa zona. Sin darse cuenta — o eso espero — su muslo queda justo encima de mi entrepierna, generando fricción cada vez que se mueve un poco. 

Trago con fuerza, tratando de pensar en las cosas que mas asco me dan para que no se mi amiguito sin nombre el que se despierte. 

Martin va dejando besos en mi cuello,  que no me ayudan mucho, y empiezo a pensar que lo hace a propósito. 

— ¿Te pasa algo? — Me pregunta, tan cerca de mi que la calidez de su aliento en mi cara que me d aun escalofrío. — Te noto tenso.

— Quizás es por tu pierna en mi polla. — Le respondo, quizá algo bruto. A veces hay que dejar fluir lo que uno quiere decir.

Suelta una carcajada y se incorpora, quedando a horcajadas sobre mi, para darme da un beso en la comisura del labio. 

— Que basto eres. 

Me encojo de hombros, sin despegar la vista de él. Cosa que igual hace que pierda un poco más la habilidad para filtrar pensamientos. 

— Verte desde aquí me pone. — Susurro, acariciando su cadera y levantándome un poco para llegar a sus labios.

— ¿Debería ser yo quien te deje con las ganas? — Susurra, después del pequeño beso.  Muevo su cadera sobre la mía en respuesta, generando fricción entre nuestras entrepiernas. 

— No sé si Martincito estará de acuerdo. — Le respondo de la misma forma, haciendo que se vuelva a sonrojar. Tampoco dejo que conteste cuando me lanzo a su boca para besarlo con pasión. Me devuelve el beso con ganas, moviendo su cadera cada vez más. 

Suelta un pequeño gemido sobre mis labios que me hace desconectar del todo de mi parte racional y le quito la camiseta para besar húmedamente sus pezones. 

The Dancer - Juantin ot2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora