Sᴜ ᴄʀᴜᴇʟ ᴏʙsᴇsɪᴏ́ɴ ᴇs ᴇʟ ᴠɪʀᴜs ᴍᴀ́s ʟᴇᴛᴀʟ.
Es difícil huír con un pasado persiguiéndote.
Ella creyó que ese horrible pasado junto a él había quedado enterrado, olvidado y perdido.
Ella jamás imaginó que lo volvería a ver otra vez para atormentarla...
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Cody
TIEMPO ATRÁS A SU EDAD DE 13 AÑOS...
Desde que tengo memoria, siempre fuí un hijo no deseado y un estorbo. Nunca supe quién fue mi padre y mi madre era una prostituta, ella siempre estaba demasiado ocupada para preocuparse por mí y pasar tiempo conmigo. Me dejaba por días, a veces semanas, así que pronto me acostumbré a estar solo, nunca tuve amigos. Un día, llegó un trabajador social y me llevó lejos de mi madre irresponsable para llevarme a un orfanato. Al principio, no me importó mucho, de hecho, era la oportunidad perfecta para comenzar desde cero y comenzar a socializar con otros niños de mi misma edad, pero no sé por qué todo salió mal, a nadie le caí bien y todos me intimidaron. Tenía miedo de sentarme en la silla y no hablar con nadie. Me acostumbré a la idea de que yo no era normal y que no encajaba en ningún lado. De repente, un día me dijeron que preparara mi maleta porque íba a ser adoptado. Yo estaba realmente sorprendido.
«¿Quién adoptaría a un niño de 13 años?»
La gente prefiere niños más pequeños y más lindos. Además, yo soy un bicho raro. Me sorprendió aún más cuando me trajeron a ésta casa tan grande y lujosa, más de lo que había visto. Las calles son hermosas y con jardínes, es un vecindario muy hermoso.
Me instalé en mi nueva casa y conocí a mi nuevo padre. Es el científico y jefe en un gran laboratorio que estudió el comportamiento de un virus. Debido a su trabajo, tampoco podía pasar mucho tiempo conmigo en casa, así que comencé a despertar viejos fantasmas del pasado. Para evitar ésto, comencé a mostrar interés en sus investigaciones, e incluso comencé a ayudarlo en su propio laboratorio que tiene en el sótano. Me explicó cómo funcionaba todo y el increíble poder destructivo del virus.
Justo como él, comencé a llevar un diario de trabajo dónde dibujaba bocetos y escribía fórmulas.
En éste mismo momento, estoy sentado en la banqueta de mi casa con mi libreta, estoy estudiando y escribiendo fórmulas.
—Hola.—Estaba tan sumido en mi mundo que me sobresalté al escuchar la voz de una niña llamarme.
Su voz es tan suave y dulce que permanecí tenso y paralizado. No creo que me esté hablando a mí. Después de todo, ¿Quién querría hablar con un bicho raro como yo?
Ni siquiera me molesté en mirar a esa niña, así que decidí ignorar su llamado y continué concentrado con mis fórmulas.
—¡Hola, hola!—Casi caigo de espaldas cuando esa niña se inclinó hacia mí gritándome en la cara. Me molestó muchísimo.
Finalmente, me digné a mirarla con temor... Sus ojos color ámbar me miraban con tanta ternura que me asustó.
«Nunca había a una persona con ese color de ojos tan extraño, parecen dorados, pero lucen muy bonitos y únicos».
Es una niña muy bonita. Su piel es blanca y sus mejillas tienen muchas pecas, su cabello es muy bonito, es una melena ondulada de tono cobrizo claro.
Ella era muy hermosa. Ella era muy dulce. Ella era... Alondra...
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Alondra Parviainen
Cuando sus bonitos ojos verdes se enfocaron en mí, pude apreciar su hermosa mirada amarga.
—¿Hola? ¿No hablas?—Le pregunté a ese niño solitario que pareció hipnotizado y nervioso al verme.
Al ver que no me contesta, tomé su libreta para mirar lo que escribía tan concentrado.
—¿Qué es ésto?—Pregunté un tanto confusa al ver muchos números que no entiendo.
Sin decirme nada, me arrebató de golpe la libreta dejándome aún más confundida por su comportamiento nervioso.
—¿Eres nuevo en el vecindario? ¿Cómo te llamas?—Le pregunté mientras lo veo guardar su libreta apresuradamente.—Mi nombre es Alondra Parviainen. Vivo aquí en frente de tu casa, cruzando la calle. Espero que nos llevemos muy bien.—Me presenté estrechando mi mano hacia él de forma educada.
Ese chico sólo se quedó mirando mi mano y luego me miró a mí con indiferencia para después entrar a su casa y cerrar la puerta dando un fuerte portazo.
—¡Sí, claro, mucho gusto en conocerte!—Exclamé con total sarcasmo a la nada.
«Quedé como payasa de circo», pensé con una sonrisa forzada debido a que ese chico no aceptó mi saludo y me dejó con la mano estirada.
Suspiré derrotada y me retiré de esa casa para irme a la mía.
«¿Quién será ese chico? Nunca lo había visto por aquí».
💉💉
—¿Qué tal tu día en la secundaria?—Me preguntó mamá mientras servía la comida y papá leía un periódico.
—Perfecto, mamá.—Contesté mientras ella ponía un plato humeante de macarrones con queso frente a mí.—Oye, mamá, hoy conocí a un chico. Creo que es nuevo en el vecindario—.
—¿Ah, sí? ¿Y quién es? ¿Cómo se llama?—Preguntó mamá sirviendo el plato de papá y el suyo.
—No lo sé. No me dijo su nombre, ni siquiera fue capaz de contestarme el saludo.—Conteste cabizbaja y recordando sus ojos amargos e indiferentes.
—Creo que es el hijo adoptivo del científico.—Comentó mi papá dejando el periódico de lado para comenzar a comer.
«¿Hijo adoptivo?»
—Lo sacó de un orfanato y lo adoptó como hijo hace un par de semanas.—Informó disfrutando de su comida mientras mi mamá y yo lo escuchábamos con atención.—Deberías seguir intentando ser su amiga. Tal vez es muy tímido o tuvo años muy difíciles en el orfanato, cariño—.
«Papá tiene toda la razón».
Lo noté un tanto temeroso y tímido. Tal vez tuvo años muy duros y lo demostró con ese frío comportamiento hacia mí. Debe ser muy feo no tener papá y mamá.
¿Irá a la misma secundaria que yo?
Si es así, voy a perseguirlo.
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Cody
—Alondra Parviainen. Una chica muy linda y simpática, ¿No lo crees, Cody?—Me encogí de hombros de manera indiferente ante el comentario de mi “padre”.
Él sólo sonrió ante la ausencia de mi respuesta. Se ha acostumbrado a mis respuestas ausentes. No soy un chico abierto o expresivo, soy de pocas palabras.
Después de comer con mi “padre” y hablar sobre esa chica Alondra, decidí encerrarme en mi cuarto, me encierro en mi mundo, en mi mente.
Me dejé caer sobre mi cama y estampé mi rostro contra la almohada recordando sus ojos ámbar/dorados que me miraron con tanta ternura. Nadie me había mirado y hablado con tanto cariño (aparte de mi “padre”, claro). Debido a que no recibí afecto y cariño de parte de nadie, me sentí incómodo con esa niña tan dulce.
¿Por qué me habló?
¿Quién en su sano juicio se acercaría a un bicho raro como yo?
Esa chiquilla debe estar loca para querer relacionarse conmigo. Es simplemente absurdo e ilógico.
«No quiero que esa chica se me vuelva acercar. No quiero a nadie cerca de mí».
