Sᴜ ᴄʀᴜᴇʟ ᴏʙsᴇsɪᴏ́ɴ ᴇs ᴇʟ ᴠɪʀᴜs ᴍᴀ́s ʟᴇᴛᴀʟ.
Es difícil huír con un pasado persiguiéndote.
Ella creyó que ese horrible pasado junto a él había quedado enterrado, olvidado y perdido.
Ella jamás imaginó que lo volvería a ver otra vez para atormentarla...
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Alondra Parviainen
—Sé que me estás evitando, otra vez estás huyendo de mí, lo que no entiendo es por qué, Alondra. ¿Tienes miedo, preciosa?—Musitó apacible para caminar hasta mí con intenciones muy perversas, puedo sentirlo.
—¿Q-Qué haces aquí? Tú no puedes estar aquí. Vete, por favor... No te quiero ver, no quiero hablar contigo.—Le supliqué poniéndome de pie para alejarme de él. Estoy temblando de nervios y miedo.
Miré de reojo a Bella que aún duerme tranquila, pero me parece extraño que no despierte por tanto murmullo.
—No te preocupes por tu querida Bella. Ella está dormida, no despertará en unas largas horas, o quizás, hasta mañana. Estámos tú y yo solos.—Me mostró una jeringa vacía, pues el contenido se lo inyectó a Bella para dormirla.
—Eres un maldito, te odio... ¿¡Qué le hiciste a Bella!? ¡No te atrevas a lastimarla o yo misma te mataré!—Me acerqué enojada hasta él y empecé a golpearlo en su pecho duro con mis dos manos hechas puño.
—Quieta, tranquila, calladita...—Cody agarró mis dos manos y me encarceló contra la puerta detrás mío. Sollocé asustada al sentir su enorme cuerpo tan pegado al mío.
—No lastimes a Bella... Hazme lo que quieras a mí, pero a ella déjala en paz.—Supliqué hipando del miedo. Mi rostro está a escasos centímetros del suyo.
Él negó lentamente.
—No voy a lastimar a ninguna de las dos, ni mucho menos a tí, Alondra. Eres el amor de mi vida.—Soltó lentamente mis manos para tomar entre las suyas mi rostro lloroso y evitar que desvíe mi mirada de la suya. Su forma tan cariñosa de hablarme y mirarme me asusta.
—Aléjate de mí, no te quiero cerca. No vuelvas a tocarme. Vete, no te quiero ver, no quiero que me hables.—Susurré cerrando mis ojos con mucho miedo y trataba de quitar sus manos de mi rostro.
—Quiero estar contigo otra vez...—Susurró ronco y buscaba mis labios para besarme.
«No me está escuchando».
—S-Suéltame...—Giraba mi rostro y apretaba mis labios para evitar contacto con los suyos. Al rechazar besarlo, sus labios bajaron peligrosamente por mi cuello y hombros mordiéndome suavemente. Me alerté tanto cuando sus manos intentaban bajar los tirantes de mi vestido y sostén.—¿¡Qué no entiendes que no quiero que me toques!?—Perdí la paciencia y lo empujé con todas mis fuerzas. Cody parece desconcertado mientras yo soy un mar de lágrimas.—NO me toques, NO me hables, NO quiero hablar contigo, NO te quiero ver. No es NO.—Le recalqué con voz dura y fría, soltando más lágrimas de golpe.
