8. Culpa

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- Hola. - murmura con una sonrisa cuándo me ve a medida que camina con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones. - ¿Cómo has estado?.

- Hola. - susurro con una leve sonrisa cuándo nuestras miradas no se despegan del otro, porque él tenía una mirada tan hipnotizante que a veces sentía que me perdía en ella. - Yo... estoy bien ¿y tú?.

- Bien. - responde para lamer sus labios y terminar acercando su mano a mi mejilla para acariciarla. - Estás hermosa.

- Charles. - murmuro rodeando los ojos fastidiada ante el sentir que realmente no lo dice en serio provocando que sonría divertido. - ¿Qué haces acá?.

- Vine a verte antes de irme. - se separa levemente sacando la mano de mi mejilla sintiendo su ausencia para finalmente suspirar. - Aún hay tiempo, si me quieres acompañar.

- Quiero mi vida.

- ¿Que?

- Yo quiero mi vida, me gusta como es y yo no la quiero cambiar, ni por ti ni por nadie. - explico algo angustiada ante la sensación de vacío pero aún así me mantengo firme. - Y sé que hacer esto implica que tenga que ir detrás de ti y yo solo, no quiero abandonar quien soy y lo que he logrado por ninguna persona, no quiero ir detrás de alguien sin saber si voy a recibir lo mismo.

- No pretendo que lo hagas. - contesta con un brillo en los ojos y si creo conocerlo diría que podría ser de orgullo, aún así, no estoy segura de si realmente conozco a Charles. - Quiero que esto sea real, así que olvida el jodido contrato y las presiones, solo quiero que seamos tú y yo nuevamente, y como tú irás por mí, yo prometo ir por ti.

Y en algún momento, le hubiese creído porque siempre había una parte de mi que creía ciegamente en él, aún así, Charles había roto tantas promesas con anterioridad, me había dañado tanto que simplemente no podía.

No podía entregar mi corazón y confianza a quien la había roto totalmente sin ningún remordimiento.

- Necesito pensarlo.

- Aunque estemos separados, no significa que te dejaré de lado o me olvidaré de ti. - asegura mirándome seriamente provocando que trague grueso ante sus palabras como si fuesen un juramento. - No te dejaré ir.

- Suerte con ello.

No ver a Charles durante un tiempo ha sido lo mas raro que ha pasado en mi vida, porque de una u otra forma me estaba acostumbrando a su presencia, aún así, mi vida había vuelto a una tranquilidad absoluta que agradecía. No obstante, a pesar de su ausencia física en mi vida, había conseguido la forma de entrometerse en ella a través de constantes mensajes y aunque al principio había hecho caso omiso a sus mensajes de buenos dias y su resumen del día, se volvió algo tan rutinario e íntimo que terminé haciendo lo mismo; tan así, que en ocasiones terminábamos en videollamadas o solo llamadas telefónicas si es que el tiempo de Charles lo permitía.

Y no podía estar más confundida, porque él antes hizo lo posible por sacarme de su vida a pesar de yo querer estar en ella y ahora hace lo posible por involucrarse en mi vida.

¡No tenía ni un jodido sentido!.

¿Qué sucedía con él?.

Apoyo mi cabeza en mi mano a medida que veo a Pascale moverse de un lado a otro con una sonrisa, amaba verla cocinar porque me traía grandes recuerdos de infancia, siempre era bueno regresar a nuestro orígenes.

- ¿Por qué sonríes tanto?. - pregunta Pascale posando sus manos en su cadera divertida, provocando que ría suavemente para negar con la cabeza y volver a enfocarme en mi dibujo. - Desde que llegó Charles te veo más feliz.

Say Don't GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora