Alessia y Charles son mejores amigos desde pequeños, pero cuando un corazón roto hace que Alessia se aleje de los Leclerc, el destino los vuelve a unir.
"¿Es una locura pedirte que finjas ser mi novia?"
Wow, ¿qué puede salir de bueno de esta petició...
Le sonrío levemente a Mia cuando me entrega el itinerario de Charles con las instrucciones a seguir, había decidido juntarme con ella sin que Charles supiera porque realmente lo que menos quería era verlo.
- Así que aceptaste. - Comenta Arthur burlesco cuando me ve saliendo de la oficina de Mia. - No pensé que realmente fueras a hacerlo.
- No me dejaste mucha alternativa, o ¿si?
- No realmente. - Murmura feliz para pasar su brazo por mi hombro y besar mi cabeza. - Gracias.
- Deberás comprarme cajas de fármacos para los dolores de cabeza que me hará pasar tu hermano.
- No puedo creer que seas su novia. - Susurra a medida que caminamos hacia su auto.
- ¡No soy su novia!. - Respondo alterada provocando que alce su ceja. - Es falso...
- Eres su novia.
- Falsa.
- Tu adolescente interior debe estar saltando en un pie. - Me molesta divertido logrando que bufe. - Esa adolescente enamoradisima de él.
- Mi adolescente interior se está golpeando la cabeza contra una pared de ladrillos. - Contestó subiéndome al lugar del copiloto mientras Arthur ríe divertido para subirse al lado del piloto. - Es en serio Arthur.
- La pasarás bien Alessia.
- ¿Es sinónimo de que sufriré mucho?
- Charles es un buen novio...
- ¿Has sido su novio?. - Preguntó divertida para molestarlo logrando que me mire de reojo antes de encender el auto. - ¿O te has golpeado la cabeza antes de venir?
- ¿Por qué lo dices?
- Charles y su historial de estar con las mejores amigas de sus ex novias. - Respondo como si fuese obvio mientras conecto mi celular a la radio para poner música. - Agradezco no tener mejor amiga.
- Tienes mejor amigo...
- Sería raro que Charles se metiera con su hermano ¿no?.
Ambos reímos divertidos y disfrutamos de la música a medida que viajamos de vuelta a Mónaco, miro el itinerario de Charles con curiosidad pensando en cómo iba a hacer para encajar mis tiempos en la cantidad de cosas que tenía que hacer.
¿Cómo podía ayudar a alguien que solo había jugado conmigo?
Muerdo mi labio nerviosa por todo lo que siento que me depara el destino, pero aún así, lo acepto porque debo demostrarme y demostrarle a Charles Leclerc que no es alguien interesante en mi vida.
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Frunzo el ceño a medida que respondo los correos del trabajo, levanto levemente la mirada cuando noto como Charles me mira divertido para posteriormente volver mi vista al teléfono.