5. Juntos

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Volver a estar en la vida de Charles era absolutamente raro, en especial porque ya no era la vida tranquila que antes solía tener, parecía que Charles tenia miles de planes sin descanso alguno. No obstante, a pesar de ello intentábamos congeniar nuestros tiempos y después de unas semanas, aquí me encontraba de nuevo.

- ¿Este es tu departamento?. - Pregunto a medida que entro con cuidado mirando a mi alrededor curiosa. - Se ve grande... y tiene muchos trofeos.

- Si, son todos los que he ganado... -  Responde cerrando la puerta detrás de mi y me giro a mirarlo sin saber que hacer. - Puedes sentarte o hacer lo que quieras, intentare no demorarme.

Asiento en silencio para ver por donde se va, miro a mi alrededor sin saber que hacer asi que me dispongo a dejar mi cartera en el sillón y mirar con mayor detalle la decoración, paso mi dedo por el mueble para saber hace cuanto no limpia, no obstante, me sorprendo cuando todo se encuentra reluciente.

Seguro le vienen a limpiar...

Noto como en una esquina hay un mesa llena de fotos y me acerco a ellos para ver varias fotos de Charles cuando pequeño, la familia Leclerc, Charles y su padre, Jules y ...

¿Charles y yo?

Tomo con cuidado la foto con temor de botar el resto para admirarla, no puedo evitar sonreír divertida al notar como ambos nos encontrábamos de espalda tocando el piano como si solo fuéramos los dos contra el mundo y nada más existiera.

Continuo caminando por el pasillo en que se fue Charles con el cuadro en la mano, para terminar en otra sala junto a un gran piano blanco, sonrio emocionada para acercarme dejando el cuadro encima del piano y empezar a tocar teclas al azar. Me siento con cuidado acomodándome mejor en el asiento para empezar a mover mis dedos a un ritmo lento dejándome llevar por el sonido, cierro mis ojos disfrutando la sensación que me envuelve hasta que un escalofrío se inserta en mi cuerpo provocando que la melodía quede ahí.

Suspiro algo nerviosa pensando en la cantidad de tiempo que no había podido tocar un piano y la tristeza me inunda.

- ¿Estas lista?. - La voz de Charles a mi espalda me asusta provocando que salte levemente para girarme a verlo rápidamente. - Perdón, no quería asustarte.

- Esta bien.

Murmuro rápidamente parándome para volver de donde venia y terminar en el living tomando mi cartera, miro a Charles de reojo quien me mira curioso pero no dice nada y lo agradezco absolutamente, lamo mis labios nerviosa afirmando mis manos en la correa de mi cartera y termino sonriendo levemente cuando abre la puerta principal para invitarme a salir primero, cosa que hago rapidamente.

En el mundo de Charles me sentía jodidamente perdida, desorientada y tan torpe...

- Entonces... - Susurro mirándolo de reojo a medida que caminamos hacia el ascensor. - Primero iremos donde tu madre, luego saldremos a cenar y ...

- Nos divertiremos. - Concluye feliz provocando que suelte un suspiro cansada. - ¿Qué?

- Tu diversión me asusta un poco...

- No es nada malo... - Insiste con una sonrisa mirándome por el espejo del ascensor cuando entramos en el. - Me gusta tu vestido.

- Gracias. - Es lo único que puedo murmurar sintiendo como mis mejillas se van sonrojando, teniendo que fingir ver mi celular para ocultar un poco mi rostro. - La otra semana no podré acompañarte y quizás la siguiente tampoco.

- ¿Por qué?. - Pregunta interesado, notando cuando levanto la mirada como se acomoda su cabello en el espejo del ascensor.

- Debo ir a ver una obra a Nueva York. - Respondo restándole importancia mordiendo mi labio nerviosa al pensar que el viaje en ascensor se me hace infinito.

Say Don't GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora