17. Dañada

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Siendo sincera no recuerdo como llegue nuevamente a Mónaco, al parecer me había dado una crisis de pánico en la oficina de Mia que a penas recuerdo y solo había aceptado que alguien me viera si tan solo Charles no se enteraba, creo que fue asi porque no obtuve ni un mensaje o algo de parte de él, aunque tampoco es que tuviera la oportunidad dado a que había decidido bloquearlo de todos lados. En lo que a mi me respecta, había despertado en un hospital en Mónaco después de transportarme en camilla y con sedantes, aun asi, había logrado cancelar aquel contrato y ya no tenia nada que me uniera a Charles Leclerc.

Bueno, solo su familia.

— ¿Sabés el susto que me dio cuando me dijeron que te iban a traer sedada a Mónaco? — murmura Arthur asustado tomando mi mano mientras Pascale, mamá y Lorenzo se encuentran detrás de él dándole su espacio. — ¿Qué mierda ocurrió?

— Cariño, no es momento. — susurra Pascale empujándolo por los hombros para alejarlo de mi y mirarme con una sonrisa. — Tranquila cariño, estas en casa al fin.

Asiento desorientada por el efecto de los fármacos, me siento jodidamente perdida y sedada pero la verdad, temo que el efecto se pase y vuelva a sentir aquel horrible dolor que había vivido.

¿Charles siempre había sido así de cruel?

¿Siempre estuve tan cegada?

Me sentía una idiota y no me podía repudiar más de lo que ya lo hacía.

— Alessia. — la voz de mamá me hace girar a verla, notando preocupación en sus ojos. — Todo estará bien ¿Sí?

No digo nada para cerrar los ojos nuevamente en un intento de descansar, me dolía todo el cuerpo y mi mente estaba en blanco pero sentía que pesaba.

Detestaba tener que vivir esto, más bien, el poder que le había dado para tener que terminar así.

Arthur me toma en sus brazos para ayudarme a sentarme en el auto, el camino a casa es silencioso y aunque insisto en que puedo estar en mi casa, ellos se niegan al menos que me quede con alguien.

Deseo estar sola, ¿Cómo es tan difícil de entender?

Dentro de todas las opciones, Arthur se queda conmigo en mi departamento y mamá junto a Pascale se comprometen a venirme a verme de vez en cuando.

— ¿Qué fue lo que pasó Alessia? — susurra Arthur tomando mi mano cuando me encuentro comiendo en la cocina. — Yo solo quiero entender, es decir, estabas bien...

— Solo fue por el estrés del trabajo.

Respondo simplemente porque no quiero arruinar la imagen que tiene Arthur de su hermano, no es justo para él, no quiero provocar algún conflicto entre ambos porque ellos son tan unidos que no soportaría que dejaran de serlo por mi culpa.

Porque todo esto es mi culpa.

¿Por qué creer que Charles se fijaría en alguien tan común?

Sonrío levemente cuando se me queda mirando sin creerme, aún así, lo ignoro y sigo comiendo en silencio, escuchándose solamente el sonido del cubierto.

— ¿Sabes? Pensaba en volver a vivir en Londres. — susurró con una sonrisa fingiendo que todo estaba bien mientras él solo frunce el ceño. — Es que, extraño estar allá.

— Pero querías volver de Londres...

— Me equivoqué, solo quiero volver. — respondo tajantemente para finalmente suspirar. — ¿Me ayudarías?

— Por supuesto que sí.

Susurra suspirando para besar mi cabeza provocando que cierre mis ojos sintiéndome protegida, cuando termino de comer dejo mi plato para irme a acostar porque solo quiero olvidarme de todo y eso hago cuando cierro mis ojos.

Say Don't GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora