Say Don't Go

22. That Way

Pero los amigos no miran a
los amigos de esas manera...

Las náuseas y el vómito se habían convertido en mi peor enemigo.

Enfermarme e ir al doctor no estaba dentro de mis múltiples planes de estar en Mónaco, aún así, habían sido situaciones que habían pasado y lo único que esperaba, es que terminaran pronto.

Comer cosas vencidas no había sido la mejor idea.

A pesar de ello, tenía un buen doctor o más bien enfermero y es que Lando se había preocupado de cuidarme en todo momento sin dejarme sola.

— ¿Sabes? — murmura Lando tendiéndome agua después de haber estado vomitando. — Nunca había tenido una cita así, es diferente.

— Eso no me hace sentir mejor. — me quejo tapando mi cara avergonzada provocando que ría. — Lo siento, esto no estaba planeado.

— ¿Estás segura?

— ¡Claro que sí! — murmuró indignada empujándolo suavemente logrando que sonría divertido. — No me levanté y dije "hey, hoy voy a vomitar terminando mi cita con Lando porque eso es muy divertido y romántico".

— No dije que la estuviera pasando mal o algo. — murmura casi riendo para besar mi frente y alejarse. — ¿Tienes sopa? Te haré una sopa.

No era una buena táctica de conquista estar enferma y que él viera cómo vomitaba, pero si era una buena táctica la de que él me cuidara.

Por lo que, cuando salió en busca de más remedios y cosas para que pudiera comer, no pude estar más agradecida de ser su amiga o lo que sea que fuéramos.

Nuestra relación seguía sin ser definida, podría decir que somos amigos pero nuestros coqueteos jamás se iban.

¿Los amigos se coquetean?

Frunzo el ceño extraña cuando siento la puerta sonar, Lando había salido hace un rato pero se había llevado mis llaves, a pesar de ello, no me queda otra qué abrir cuando tocan nuevamente. La sensación de náuseas no desaparece y me empiezo a sentir mal por ello, intento apoyarme lo más que puedo en la puerta a medida que la abro, intentando no caerme. A pesar de ello, cuando Charles me mira con una sonrisa junto a unas flores en la puerta de mi casa, las náuseas vuelven a inundarme, que termino corriendo al baño para botar toda el agua que tomé.

¿Por qué a mí?

Se sentía si como tan solo con la presencia de Charles eliminara por mi boca todo lo malo, como si mi cuerpo estuviera enfermo y su presencia intentara sanarlo. Charles no se despega de mí sujetando mi cabello, a medida que me consuela diciendo que todo estará bien, aún cuando lo único que quiero es que se aleje de mí.

No es lo más romántico acompañar a una persona a la medida que ella vomita, aunque Charles era experto en eliminar el romanticismo con solo respirar.

¿Por qué pienso en romance con este idiota?

No había nada romántico entre Charles y yo.

— ¿Estás bien? — pregunta Charles sin soltar mi cabello a medida que yo asiento como puedo. — No me esperaba que me recibieras así.