10. Alejar.

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Mi cabeza no para de doler y mis ojos aún se encuentra hinchados luego de anoche, no tengo el mejor ánimo para salir pero aún así­, me había comprometido a hacer mi trabajo bien, por lo que, aquí­ estaba alistándome para salir a desayunar antes de que Charles se fuera. Bajo en silencio con mis lentes puestos mientras lo espero mirando mi celular, a pesar del bonito día de ayer, sus palabras me afectaron mas de lo que creí­a.

¿Por qué pasaba del "siempre volveré a ti" al "no te enamores de mí­"?.

¿Por qué decir esa estupidez?.

¿Soy tan indeseable?.

— Hola. — es lo primero que murmuro cuando se estaciona fuera de mi hogar y me subo a su auto, notando como me mira con una sonrisa alegre para entregarme unas flores. — Gracias.

— Dije que no te iba a regalar más pero me acostumbre. — asiento dejando las flores en mi regazo y mirando por la ventana sin ganas de seguir una conversación. — ¿Estás bien?.

— Si, solo cansada.

No giro a ver su reacción pero no contesta y el viaje se hace en absoluto silencio mientras estoy hundida en mis pensamientos catastróficos. Cuando llegamos, me bajo rápidamente para continuar mi camino sin esperarlo, aún así­, me detengo fuera del lugar para terminar esperándolo porque se supone que somos una pareja feliz y porque en parte, me sorprende notar que es mi cafetería favorita.

¿No notan la felicidad que reboso?.

— Pensé que te gustaría­ comer aquí­. — murmura mirando su celular mientras yo asiento en silencio. — Nos están sacando fotos.

— Por supuesto.

Respondo para entrar en el lugar luego de un gran suspiro y fingir mi mejor sonrisa, busco una mesa algo alejada de las ventanas y finalmente me siento.

— ¿Estas enojada conmigo?. — pregunta frunciendo el ceño mientras yo niego con la cabeza sin quitar mi sonrisa porque no quiero que nos saquen una mala toma y se armen malos rumores. — ¿Por qué parece que si?.

— No todo gira alrededor de ti Leclerc.

Respondo borde para comer un poco de mi desayuno cuando me lo entregan, pero la verdad es que no tengo hambre, por lo que dejo casi todo y solo me tomo mi café.

— ¿No vas a comer?.

— No tengo hambre, gracias. — tomo mi celular ignorando su presencia para luego dejarlo a un lado y buscar efectivo en mi cartera. — ¿Cuánto era lo mí­o?.

— No es nada, yo te invité.

— No soy tu novia, ni tu cita ni nadie en tu vida mas que tu compañera de trabajo. - comento dejando algunos billetes encima de la mesa para finalmente suspirar mientras el solo alza su ceja algo molesto. — Ya has pagado mucho, es mi turno.

— Si estás tan inconforme con esto, ¿para qué aceptas?.

— Porque dijiste que necesitabas ayuda.

— Ay que caritativa. — responde entre dientes provocando que rodee los ojos mientras mi cabeza empieza a doler un montón. — ¿Sabes? Si vas a andar con esta jodida actitud cada vez que salimos, mejor no me ayudes.

Ambos mantenemos la mirada fija el uno al otro sin decir nada, trago duro ante sus palabras hasta que finalmente asiento para pararme lentamente con la intención de salir pero rápidamente soy detenida por un grupo de fans que nos esperan afuera. Sonrío amablemente a medida que intento pasar notando como Charles está a mis espaldas siendo tan amable como siempre y aunque estoy tentada a dejarlo solo por ser un idiota conmigo, solo me subo al auto a esperarlo cuando él lo abre para mí porque si vamos a terminar esto, por lo menos lo voy a terminar bien.

Say Don't GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora