LOS LABIOS DE LA JOVEN ERAN TAN DULCES como el vino que podía saborear en ellos, y a Dahlia se le antojaban igual de embriagadores. Atrapaba todos y cada uno de los suspiros que escapaban de esos labios entre los suyos mientras movía la mano bajo la falda de la sajona, ocultas en la penumbra de aquel pasillo desolado en el que se habían reunido tras escabullirse del festín en tácito acuerdo.
A la Ragnarsđóttir los hombres cristianos de Inglaterra le parecían aburridos y mediocres, pero sus mujeres eran demasiado bellas. No había podido resistirse.
Presionó un poco más a la joven contra la pared al unir aún más su cuerpo al suyo, deleitándose en su calidez y haciéndola jadear. Abandonó sus labios, inflamados por cómo los había estado besando, para bajar por su mentón hasta su cuello, depositando besos en los puntos exactos para arrancarle más suspiros a la sajona.
—Dahlia, tienes que...
La repentina aparición de Líljan hizo que la joven se apartase de la Ragnarsđóttir para bajarse las faldas y huir avergonzada de allí de inmediato.
—¡Oh, lo siento! —se apresuró en decir Líljan al descubrir lo que acababa de interrumpir—. Perdóname, no sabía...
—Está bien —Dahlia hizo un gesto con la mano, restándole importancia—, seguro que su marido la estaba buscando.
—No quería interrumpir nada, pero me han pedido que te buscara. La princesa loca va a decir unas palabras y quiere que todos estemos ahí para oírla. Incluso los que no entendemos su idioma.
La Ragnarsđóttir frunció la nariz, extrañada; sabía que con «princesa loca» Líljan se refería a la princesa Kwenthrith, era el apodo que le habían dado los nórdicos a causa de su comportamiento en los campamentos. ¿Qué estaría tramando ahora?
El festín se prolongó hasta caer la noche, cuando al fin se relajaron los festejos. La mayoría de asistentes que aún se tenían en pie habían abandonado el salón del rey Ecbert y tan solo una reducida parte de la corte permanecía allí, sentada o tumbada sobre alfombras y pieles que se habían dispuesto por el suelo junto a los bancos, bebiendo sus últimas copas ahora que la música había cesado.
Acompañada por Líljan, Dahlia se quedó junto a Ragnar, que se mantenía en pie apoyado sobre un pilar de la estancia.
—Mi querido hermano —comenzó la princesa Kwenthrith, sentada junto a su hermano en el centro de la estancia—, mi querido Burgred, ante todas estas personas, ante el rey Ecbert de Wessex, el rey Ragnar y el rey Aelle de Northumbria, he de decir que he hecho las paces con mi pasado.
Mientras servía una copa de vino para su hermano y luego otra para sí misma, continuó:
—He superado a toda mi familia y la violencia que ellos me infligieron —posó una mirada significativa sobre Burgred—, y ahora al fin estoy libre de la ira, y a salvo de mis pesadillas. —La princesa compartió una mirada con Ragnar, y Dahlia sintió que había una verdad oculta en sus palabras que solo ellos dos conocían—. Al fin sé quién soy —sentenció volviendo a mirar a su hermano—. Por eso, querido, celebremos nuestra alianza y bebamos por mi victoria sobre mis agresores.
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Ragnarsđóttir | VIKINGS
Fanfic❝Hay cinco Ragnarsson en el mundo, pero Ragnarsđóttir, solo una❞ ―Ragnar ¿Cómo habría sido la historia si una hija de Ragnar Lothbrok hubiese vivido para cambiarla? ═════════════════ ➤ FanFic de la serie "Vikingos"/"Vikings" ➤ No es necesario haber...