II - VI. Águila de sangre

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ALZÓ LA VISTA HACIA SU PRIMOGÉNITA mientras deslizaba el pincel por su ojo, delineándolo en pintura negra como acostumbraba a hacer

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ALZÓ LA VISTA HACIA SU PRIMOGÉNITA mientras deslizaba el pincel por su ojo, delineándolo en pintura negra como acostumbraba a hacer. Floki examinó detenidamente a Líljan, sentada en el tejado de la casa de sus padres mientras le daba unos últimos retoques a la veleta que su padre había hecho y esculpido con preciosas ilustraciones para regalársela al rey Horik.

Y es que pese a que el contructor de barcos tenía un don para ver más allá de la gente, no siempre era capaz de descifrar lo que pensaba su hija. Lo que le preocupaba no era saber qué le rondaba por la cabeza para mostrarse tan meditabunda, sino descubrir si su estado de ánimo era el adecuado o no para darle la noticia que Floki y Helga pensaban darle.

Ambos progenitores eran incapaces de vaticinar la reacción de su única hija. Era demasiado complicada, y por ello Floki quería ser precavido.

—Padre, tengo una pregunta —habló la joven völva, repasando con el índice una pequeña serpiente marina esculpida en una de las caras de la veleta—. ¿Cuándo matará Ragnar a Jarl Borg?

Ella no era la única que llevaba semanas esperando la ejecución del conde a manos de Ragnar. La noche en que interrogó y asesinó a aquel hombre de Jarl Borg, Líljan se reunió posteriormente con su padre, Rollo, Torstein y otros cuantos hombres de Ragnar para deshacerse del resto de hombres de Borg y capturar a este en plena noche, no sin antes haberle propinado una breve pero satisfactoria paliza al traidor por orden de Rollo.

Ragnar anunció que ejecutaría a Jarl Borg mediante el Águila de sangre, uno de los métodos de tortura más extraordinarios y dolorosos que existían. Pero el conde, aunque apresado, seguía con vida y Ragnar aún no había hecho nada al respecto.

—Cuando encuentre un nuevo aliado —respondió el constructor de barcos tras terminar con la pintura—. Horik quiere que Ragnar lo mantenga con vida hasta que tengan a un nuevo aliado que les ayude en la venganza contra Ecbert.

—Pues espero que lo encuentren pronto —suspiró la menor, y se cercioró de la mirada inquisitiva de su progenitor—. Sigo teniendo visiones sobre Jarl Borg, y no me tranquilizan en absoluto. —Hubo un silencio cuando Líljan perfiló la figura de otra bestia marina tallada en la madera—. Además, estoy impaciente por ver el Águila de sangre.

Padre e hija se miraron para dedicarse una sonrisa maliciosa. Aquel tema les resultaba mucho más interesante.

—¿Es tan extraordinaria como dicen? —quiso saber ella.

—Es la muerte más extraordinaria para quienes miran —corrigió el adulto, ampliando su sonrisa—. Para quienes la sufren es lo más doloroso que sienten jamás. Es un castigo reservado para aquellos que han ofendido a los dioses.

—Entonces, ¿Jarl Borg no irá al Valhalla?

—Irá, solo si es capaz de soportar el dolor en silencio hasta morir. Pero si grita, jamás cruzará sus puertas.

Ragnarsđóttir | VIKINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora