5 - Belleza infinita

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Narra Edgar.

Muy extrañamente desperté con calma, o al menos hasta que ví que estaba recostado de un pecho. Pecho el cual sé que conozco.
Palpé con cuidado en la oscuridad, sin duda ya sabía de quién era el pecho. Sonreí con felicidad, me recosté en él un rato más y tomé una foto.

El flash pareció despertarlo, guardé mi teléfono y me dijo un clásico: "buenos días, Eddie". Como casi siempre hace. Acomodé su camisa y lo abracé con cuidado, luego me levanté y me senté a su lado para que él igual pudiese recostar su espalda del sofá.

Fang: Hola, lindo... eh... ¿amaneciste bien? — Tallaba su ojo intentando despertar correctamente.

Edgar: Sí, Fang, desperté bien. ¿Y tú?, parece que no mucho, eh. — Reí suave y me levanté para ir a buscar mi cepillo dental a mi bolso. Fui abrazado por la espalda con firmeza — ¿Fang?

Fang: Edgar. — Abrazaba mi espalda con firmeza, pero suavidad al mismo tiempo. Recostó su cabeza de mi espalda y así me siguió hasta el baño — Deja de moverte...

Edgar: Pareces gay. — Reí nuevamente, mirando su cara cansada a través del espejo — Pero si yo sólo camino, usted es el chico que está pegado a mi espalda.

Fang: Maestro del kung-fu, no un chico normal. — Cruzó sus brazos en mi pecho y al yo terminar de cepillarme. Le dí paso a él, que aún seguía dormido — Mh...

Edgar: Anda, hazlo. No te va a pasar nada, sigues dormido, pero nada — Dí unos golpes en su espalda y salí del baño a la cocina — Y será mejor que te apures si quieres desayunar.

Fang: No me obligues a salir sin toalla, Ed. — Oí desde el baño, sonreí y preparé unos cereales hasta que él llegó. Se sentó a mi lado y comimos un rato hablando de la película de ayer, él no tocó el tema de que dormí sobre su pecho, eso fue raro.

Digo, siendo una persona tan curiosa como él, yo hubiese preguntado el por qué. Pero no parecía afectarle, se veía más feliz que de costumbre. Levantó su cabeza hacia mí y por fin preguntó.

Fang: ¿Por qué hiciste todo esto? — Decía mientras comía cereal con los ojos entrecerrados. No sé si es su cara perfecta, su mirada asiática o que está medio dormido y es bobo... pero es extrañamente lindo — ¿Edgar?

Disocié por unos minutos perdido en su rostro, él sonreía y masticaba en silencio el cereal. La pregunta me hizo volver al mundo.

Edgar: Fang, eh... yo... — Pensé en una respuesta válida, no supe qué más decir. Callé y miré a otro lado. Desde el rabito del ojo pude observar que de sus ojos cerrados, abrió uno para verme, eso me causó risa — No es nada, Fang, estaba pensando en algo. ¿Pero a qué te refieres?

Fang: Dormiste en mi pecho, dejaste que te abrazara, que te tocara el pelo, hiciste desayuno para ambos, me alentaste... eh... creo que es todo. — Dió una cucharada más a su boca y tragó — ¿Por qué?

Edgar: Yo... — Miré de nuevo su rostro con los ojos cerrados e inconscientemente sonreí. Su rostro era perfecto — No lo sé, Fang. Cosas del momento y ya.

Seguí comiendo en silencio, él no dijo nada y terminó de comer. No sé qué poder tienen los chinos que aún con los ojos cerrados, caminan y hacen cosas con ellos así. Una cosa así como Naruto cuando era pequeño.

Limpió ambos platos y yo me acerqué para recostarme del mesón a su lado. Giró a verme y me dió una risilla confiada. Me senté sobre el mesón y quise platicar un rato más.

Edgar: ¿Cómo lo haces?

Fang: ¿Hacer qué exactamente? — Seguía lavando los platos, me daba una que otra mirada por el rabito del ojo.

Edgar: Lo de hacer cosas con los ojos cerrados. — Le abrí un ojo con firmeza. Puse sentir su rostro, era suave como peluche y de tes blanca. Lo hacía ver hermoso — Ugh... eh..

Traté de disimular y miré a otro lado, crucé mis brazos y volví al mesón.

Fang: Bueno, ¡en realidad no está cerrado! — Levanté mi ceja como diciendo: "¿a qué te refieres?" — Verás, yo no cierro el ojo. Está entrecerrado, lo que me permite ver lo que hago o lo que pasa. Pero como soy asiático, cuando se entrecierra, parece completamente cerrado. Por eso la ilusión.

Edgar: Pareces profesor de primaria.

Fang: Profesor para el alumno más lindo del instituto.

Dió una sonrisa seguro de sí mismo. Se acercó a mi y me abrazó encima del mesón. Recostando su cuerpo de mi, sólo me quedó abrazarlo de vuelta y acariciar su espalda (por instinto).

Edgar: ¿Ahora qué te pasa, gay? — Hizo un quejido bajo.

Fang: Tengo sueño, ¿y si volvemos a dormir? — Negué con mi cabeza y lo recosté de mi hombro un rato. A los minutos lo muevo para ir a recoger mis cosas ya que recién pensé, y me dí cuenta que aún tengo trabajo y debo ir — A dónde vas, no me abandones.

Edgar: Iré a trabajar, se me hará tarde. — Fuí al baño a cambiarme a ropa normal, a los 10 minutos salí y me despedí de Fang casi corriendo. Sentí un jalón del brazo que me atrajo hasta él y su pecho — ¡Fang! ¿¡Qué te pasa-

Fang: Noté cómo me veías en la mesa. Lo noté porque también lo hago, ¿y sabes qué?, tu belleza es infinita. — Mis mejillas eran rojas y empecé a trabar me. Una sonrisa salió de su rostro y me miró con picardía — Tan infinita como un mar en el que me gustaría perderme por siempre.

Mis mejillas estaban muy rojas, sin embargo, no pasó de un simple agarre con un abrazo. Abrió la puerta y me despedí con la mano, estaba intentando calmar el shock que me dió por eso. Cuando me calmé alejado de él, seguí a mi trabajo junto a mi hermana y la caja registradora.

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Amo escribir historias gay 😭. Los amo, byee 🤫🧏

~Te Amo Más Que A Nada~ - (FANG X EDGAR 🔞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora