Prólogo

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Hola a todos! Acá una nueva historia, y esta vez es la historia que les dije que dejé que escribiera mi hermana con total libertad de escritura, sin todas las trabas que le pongo siempre, ya saben que está medio loca y le gusta escribir cosas oscuras.

Por supuesto, la edición es mía, porque ella solo escribe ideas y soy yo la que termino haciendo que parezca historia jaja

Como advertencia, decirles que está basado totalmente en lo que fueron los siglos XVI Y XVII donde la mujer ni siquiera tenía derecho a mirar a los hombres a los ojos, y su labor principal era doméstica y si era posible manteniendo silencio.

Por supuesto, Rhaenyra será la mujer rebelde que sufrirá un infierno por estas reglas, y les advierto, que será un camino duro.

No esperen amabilidad de Daemon en los primeros capítulos, tal vez al final de este un poco. 

Pero él tendrá un papel congruente con la época en que se basó, para él que la mujer sea sumisa, es como debe ser porque lo criaron así, como a todos los demás en esa sociedad. 

Obviamente, eso cambiará a futuro en la historia, pero será un cambio lentito.

Con esas advertencias, les sumo la advertencia de que será una historia desgarradora.

Como sugerencia, sean conscientes con la época en que se basó, así cuando pidan que escribamos algo, no se van a terminar decepcionado cuando no se pueda poner. Porque yo sé como son jaskdajskdja me la han hecho varias veces jaja.

Sin más que decir, no olviden comentar y votar.

Besos y abrazos.

El aire enrarecido de la torre  parecía cerrarse alrededor de Rhaenyra Targaryen mientras luchaba desesperadamente contra las garras de los guardias de su propio padre. Su corazón latía con fuerza, el miedo y la furia entrelazados en su pecho mientras se resistía con todas sus fuerzas. No podía permitir que la encadenaran a un destino impuesto por otros, un destino que la reduciría a poco más que una moneda de cambio en el juego de poder de su familia.

Los ojos de Rhaenyra destellaban con determinación mientras pateaba y forcejeaba, sus gritos de protesta resonaban en las frías piedras de la torre. Pero por más que luchaba, sabía en lo más profundo de su ser que sus esfuerzos eran en vano. En aquel mundo implacable en el que había nacido, las mujeres no tenían voz ni elección. Estaban destinadas a ser piezas en el tablero de ajedrez de los hombres, sacrificadas en matrimonios políticos y sujetas a las voluntades de sus padres y esposos.

Su mente se aferraba a los recuerdos de un pasado que parecía desvanecerse rápidamente en la bruma del tiempo. Recordaba la gloria perdida de su casa, los días de esplendor en los que los Targaryen reinaban sobre los Siete Reinos con el poder de sus dragones. Pero esos días habían quedado atrás, eclipsados por la traición y la intriga que habían consumido a su familia.

El rostro de su padre, Viserys, se materializó en su mente, una sombra de lo que una vez fue. Había perdido todo su poder y dignidad al casarse con Alicent Hightower, una mujer cuya ambición no conocía límites. La familia Hightower había arrebatado a los Targaryen su posición dominante en la corte, dejándolos reducidos a meros espectadores en su propio reino.

Pero entonces, como un rayo de esperanza en la oscuridad, surgió la figura de su tío Daemon. Un hombre del que apenas sabía nada, un extraño que había llegado montado en un dragón desde las tierras lejanas de Pentos para reclamar lo que consideraba suyo por derecho de sangre. Daemon Targaryen había desafiado a las fuerzas que oprimían a su familia, desafiando al mundo junto a Caraxes, su dragón.

Llamas rebeldes: La unión de los dragones (Daemyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora