Hola a todos! Gracias a todos los que han comentado y votado, con mi hermana nos inspiramos y sacamos este capítulo cortito
No olviden seguir comentando y votando jeje.
Rhaenyra caminaba por los pasillos del palacio junto a su esposo, pero a medida que caminaban, ella se quedaba atrás de él a una distancia ''respetuosa''.
Para ella, era una cuestión de protocolo y tradición: como mujer, creía que no tenía derecho a caminar a su lado, especialmente siendo la reina consorte. ¿Cómo podía caminar al lado del rey siendo una mujer?
Eso era lo que le habían enseñado, y eso era lo que ella hacía.
Sin embargo, Daemon notó su actitud y, cansado de aminorar el paso para que ella lo alcanzara, se detuvo de repente y se volvió hacia ella con una expresión seria.
- ¿Se puede saber qué estás haciendo?- dijo él con tono demasiado duro haciéndola sobresaltarse.
- No estoy haciendo nada mi señor- dijo ella nerviosa, confundida por la dureza en su voz de repente.
- Estás quedándote atrás a propósito, mira, si tienes miedo de ir conmigo, no lo tengas, nadie te dirá o hará nada, ni siquiera entiendo por qué tendrías miedo, solo son personas las que habrán allí- dijo Daemon sin comprender por qué una mujer que fue princesa, y ahora reina, actuaba así.
- Y-yo bueno, es mi deber como reina consorte quedarme atrás de usted su majestad- dijo ella nerviosa, retorciendo nuevamente los anillos en sus dedos.
- Basta de hacer eso ¿Quieres arrancarte un dedo? ¿De qué deber me hablas?- preguntó Daemon confundido, hastiado por no poder hablar con ella mientras caminaban hacia la sala del trono.
¿Cómo se supone que hablarían si ella iba por lo menos un metro atrás de él? ¿Debía gritarle?
- Lo siento mi señor, soy una estúpida, no sé que he hecho mal- dijo ella al borde de las lágrimas y él se sentía exasperado.
¿Qué mierda le había enseñado Viserys?
- Cálmate ¿Está bien?- dijo él tomando su rostro y haciendo que ella lo mirara, porque si volvía a bajar la mirada él iba a perder la poca paciencia que tenía.
- P-ero- dijo ella nerviosa y él suspiró para calmarse.
- Caminarás a mi lado, lo que te haya dicho Viserys o cualquier septa de mierda, ignóralo, solo cumplirás mi orden ¿Fui claro?- preguntó él en el mismo tono duro.
- Si su majestad- dijo ella haciendo una reverencia y Daemon estuvo tentado a ir y arrancarle la cabeza a alguien solo para no desquitarse con ella. ¿Una reverencia? Fue un milagro que no le enseñaran a arrastrarse de rodillas.
Pero pudo controlarse.
Rhaenyra sorprendida por sus palabras con un gesto de asentimiento y un rubor en las mejillas, ajustó su paso y caminó junto a él, determinada a no volver a cometer el mismo error otra vez.
Ella iba a agachar la mirada cuando llegó a la puerta de la sala del trono, y recordó lo que él le había dicho.
Apretando sus manos con fuerza, y tratando de no retorcer sus anillos para que él no lo notara, entró a la sala con él, notando de inmediato la mirada confundida de algunos.
Los septones que habían allí estaban escandalizados, esa era una reunión oficial con el rey ¿Por qué había una mujer allí?
No era normal, era inaudito.
Rhaenyra hizo ademán de devolverse, hasta que sintió la mano del rey tomando su mano.
- No te atrevas a retirarte sin mi permiso ¿Fui claro?- preguntó él tirando de ella hacia su lado.
ESTÁS LEYENDO
Llamas rebeldes: La unión de los dragones (Daemyra)
Romance"En un mundo de poder y tradiciones implacables, Rhaenyra Targaryen lucha contra un destino impuesto mientras es obligada a casarse con el rey, Daemon. Mientras ambos se enfrentan a sus propios demonios internos, la rebeldía de Rhaenyra choca con el...