Llamas rebeldes: La unión de los dragones (Daemyra)

Capítulo XVI

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Cuando el rey sacó a la reina del palco real donde se había desmayado, sus hermanos observaron a Criston Cole retirarse del lugar con calma.

Ellos lo conocían, ellos habían confiado en él una vez...al igual que Rhaenyra.

 Para Daeron, el menor de todos, el hombre no significaba nada. 

Pero para los tres mayores, aquel individuo representaba el mismísimo demonio reencarnado.

Aegon el mayor, había visto a su hermana sufrir cuando ese hombre estaba en su vida. Nunca pudo protegerla, era demasiado pequeño, y en ese tiempo su madre lo envenenaba contra Rhaenyra, pero ahora no era pequeño, tenía 14 años, ya podía defender a su hermana. 

La mirada de Aegon ardía con un odio frío mientras observaba a Criston alejarse. Su mandíbula se tensó y sus puños se apretaron con fuerza, temblando de ira contenida. 

Helaena y Aemond, conscientes del peligro que representaba la ira de su hermano mayor, se apresuraron a contenerlo, sujetando sus manos con firmeza para evitar que se lanzara hacia abajo del palco real.

Aegon gruñó de frustración, luchando contra el agarre de sus hermanos mientras su mente bullía con pensamientos de venganza. 

Se sentía impotente nuevamente, no entendía que hacia ese hombre allí. No debería estar allí. 

Él apenas tenía tres años, cuando Criston Cole ingresó en la vida de su familia. 

Un simple miembro de la guardia de la ciudad, demasiado insignificante para muchos como para que alguien lo recordara.

Pero los que sabían el secreto, si lo recordaban.

Incluso la traidora de su madre había mantenido el secreto, tal vez un despojo de empatía hacia su hermana, o un poco de decencia que dudaba que ahora tuviera si Criston Cole estaba de regreso.

Su regreso solo podía ser obra de los Hightower, a Aegon no le quedaba duda, tampoco a Aemond y Helaena.

Su hermana tenía 9 años, y todos decían era demasiado curiosa, su hermana no tenía una madre que la guiara, la reina Aemma había muerto hace un tiempo, y su traidora madre se había metido por los ojos del rey urdiendo su traición. 

Las historias no contaban con detalles sobre los primeros encuentros entre Rhaenyra y Criston, pero dejaban entrever una relación que había comenzado como una simple protección y había evolucionado hacia algo más turbio y preocupante.

 A medida que Aegon crecía, había escuchado las discusiones de su madre con su padre, referidas a Criston Cole.

Su padre siempre había sido un idiota, incluso para que su malvada madre, le advirtiera algo que él jamás vio. 

Todo era un secreto, la corte, el reino, muy pocas personas supieron de esos tiempos turbios en la familia Targaryen.

Solo los más cercanos a Rhaenyra, solo los que estuvieron con ella e incluso al resto de la familia le fue ocultado.

El actual rey jamás se había enterado, no era como si pasara mucho en el palacio después de todo. Rhaenys Targaryen tampoco, eran familia, pero no debían saber esos secretos, fueron las palabras de su madre cuando se mostraba preocupada por esa situación.

Cada relato alimentaba la creciente sensación de inquietud en el corazón de Aegon. A pesar de su juventud, podía percibir la tensión en el aire cada vez que Criston Cole se encontraba cerca de su hermana. Su padre por supuesto, ciego, sordo y despreocupado, solo decía ''Criston la está protegiendo, tal vez un día lo nombre guardia real''