Llamas rebeldes: La unión de los dragones (Daemyra)

Capítulo V

Hola a todos! ¿Qué decir? A mi corazón de pollo, editar este capítulo lo ha destruido.

¿Han visto  a Davy Jones sacarse el corazón? Eso quiero hacer con el mío y tal vez así no me duela tanto este capítulo. 

Mi hermana, aquella loca de m...... que me manda el capítulo y riendo me dice edítalo, me ha destrozado con este capítulo.

Así que el que quiera venir conmigo para tirarle tomates, estaré avisando el día y la dirección :C jajaj

Yo hago todas mis historias desde el drama psicológico, pero mi hermana tiene esa obsesión por hacernos amar algo, y luego romperlo. 

No en serio, me duele el alma con este cap.

Es altamente probable que yo sea demasiado llorona ante este tipo de capítulos, es probable que el primer consejo que les di que no se enamoraran tanto de Daemon, no lo haya seguido yo y me hubiera dejado llevar.

Puede que esté exagerando porque a mi me duele este cap en serio jaja pero me comentan para saber si yo exageré o no.

No olviden comentar  y votar.

A ver si la loca de mi hermana nos soluciona esta trama cuando se inspire con comentarios :C

Ya voy preparada para la porquería de segunda temporada con este capítulo.... si alguien sintió el sonido de algo romperse, fue mi corazón. 

Hermana; I HATE YOUUUUU!

A pesar de que la rutina de Rhaenyra se había vuelto un poco más complicada con los días, ella esperaba los encuentros en la biblioteca con Ser Erryk. 

Ella antes de él no tenía amigos, solo había vivido con su padre y sus hermanos, pero ahora, podía decir que tenía un amigo.

Alguien que entendía su pasión por los libros, y mucho mejor aún, por los dragones.

Rhaenyra solía leer los libros en voz alta, y él encantado por la dulce melodía de su voz mientras leía, no podía evitar sentirse ansioso por compartir un momento así con ella cada vez que podía.

 Para él, no había mayor deleite que perderse en el mundo de los libros en compañía de Rhaenyra, compartiendo cada emoción, cada suspiro, cada destello de imaginación.

Él solo podía pensar en lo afortunado que era el rey, estar casado con ella debía ser la mayor bendición del mundo, y sin embargo, él nunca había visto al rey compartir un momento con ella en la biblioteca. 

Era tanta su devoción por ella, que Ser Erryk comenzó a tomar el riesgo de conseguir para la reina libros que no estaban permitidos para ella, para ninguna mujer. Libros sobre conocimientos antiguos, a los que solo los hombres tenían acceso.

Por supuesto, ella no sabía el riesgo al que él se exponía al conseguirle esos libros, pero él lo hacía con gusto, motivado por el deseo de verla feliz y satisfecha en su búsqueda de conocimiento y entretenimiento. 

Cada libro que conseguía para ella era un acto de amor clandestino, una muestra de su devoción y compromiso con su bienestar y felicidad. Una muestra de lo enamorado que estaba de ella, aunque sabía que su amor jamás sería correspondido.

 Cada momento junto a la reina era un regalo precioso, una oportunidad para demostrar su lealtad inquebrantable y su amor apasionado, incluso si eso significaba desafiar las normas establecidas y enfrentarse al peligro que acechaba en las sombras del palacio