Capítulo 22

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   --Ya no voy a seguir con esto.-- Dejó su espada sobre la mesa. --Mi promesa fue a Cregan Stark, no a ti, sacrificas hombres por tu estúpida venganza, dime quienes protegerán al pueblo cuando ellos vengan buscando cobrarse lo que haces.-- Varios hombres asintieron. --Estás sola en esto, Sigrid, retiraré a mis hombres y enviaré un cuervo a la capital para informarle todo lo que estás haciendo en su ausencia.--
  
   --No te atrevas, él me dejó a cargo.--
  
   --Te dejó a cargo para cuidar, no para mandar, no eres Lord Protector, eres la hija de uno que está bajo la mano de los Stark.-- Las arrugas en la frente del anciano evidenciaban su molestia al hablar. --Doscientos noventa hombres fueron sacrificados en tu búsqueda.--
  
   --¡Salvé a doce niños!-- Refutó.
  
   --¡No lo hiciste por eso, solo buscas matar demonios de hielo!-- Le gritó frente a todos. --No uses eso como excusa, mujer.--
  
   --No lo hago.-- Dijo sinceramente. --Esos niños no merecían el final que iban a darle, los reclutan para su ejército invencible, ya tienen decenas de caballos, lobos y osos, no les daré niños.--
  
   --Salvas a niños dejando a otros huérfanos.-- Hubo un silencio, Sigrid sabía que tenía razón. --Dejaste un mínimo de doscientos noventa hijos sin sus padres que los protejan a ellos y a sus madres.--
  
   --Yo cuidaré de sus familias, se los debo.-- Aseguró.
  
   --¡Salvaste doce niños pero ellos se hicieron con más de veintisiete!-- Se exaltó. --Tus números están por debajo de lo esperado.--
  
   --¡¿Dónde estabas tu mientras yo los enfrentaba para salvarlos?!-- Ella se exaltó el doble. --Te sientas a criticar mientras te mantienes caliente frente al fuego, con comida y vino en tu estómago cuando soy yo quien los enfrenta y casi siempre sola porque tus hombres me abandonan a mitad de camino.-- Endureció su mirada. --¿Sabes lo que hice durante todo el tiempo que tú permaneciste frente al fuego con tu joven esposa chupándote la verga? Yo estaba matando líderes blancos, llevo ocho de ellos en mis números y decenas de sus soldados muertos. Yo sola lo hice, así que no intente criticarme cuando no hizo nada por mejorar la situación. Sí, al principio buscaba a Asura, pero luego emprendí una labor más grande, una labor que usted ignoró por cobarde.-- El viejo Lord no dijo nada, solo la miró. --¿Quiere enviarle un cuervo a Cregan? Hágalo, pero le informo que en unos días partirá a Dorne para su primera junta política con la princesa Rhaenyra.-- Levantó una ceja. --No crea que mi Lord Protector y yo no tenemos comunicación, omito cosas porque él se encuentra resolviendo otras que son trascendentales para nosotros y todo el Norte, pero no actúo a espaldas de Cregan.--
  
   --Yo no retiraré a mis hombres, Milady,-- Intervino el viejo Blackwood. --pero le exijo considerar prevenir más que atacar, también pierdo hombres y niños, considero que deberíamos actuar junto a los guardianes del muro. La guardia nocturna sabe como enfrentarlos, dan testimonio hace años de sus avistamientos y todos lo creíamos cuentos de terror. Mi hijo mayor forma parte de ellos, envíele un mensaje, acuerde una reunión y trabajemos en conjunto, hacerlo sola empeora la situación para todos, más bajas significa menos protección y ante un ataque de los caminantes blancos estaremos en desventaja.--
  
   Sigrid asintió, esa era una mejor forma de hacerle ver su error.
  
   --Vayamos por la guardia nocturna, entonces.-- Los miró.
  
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     Baela era de las muchas personas que odiaba al príncipe Aemond Targaryen, tenía claro que estaba a favor de la usurpación, cosa que la afectaría a ella en el futuro, pues era la prometida del legítimo heredero de Rhaenyra, le pese a quien le pese. Pero aunque su odio por él era inmenso, el amor por su mejor amiga lo era más y cuando tuvo que aconsejarla le dijo que actúe con suma prudencia.
     
    Todos estaban enterados de los sentimientos de Cregan por Aly, no era nada nuevo porque él no lo disimulaba, pero la dorniense parecía desentendida de tal cosa y ahora que ya no ignoraba sus sentimientos debía actuar de manera inteligente.
     
    Jace le aconsejó lo mismo a su amigo y aunque para él era muy difícil, lo hizo por ella, porque no quería generarle problemas cuando ya tenía demasiados. El Velaryon lo amaba como a un hermano, en todos los años que le faltó Aly, fue él su único amigo y si tenía que desatar una guerra contra una parte de su familia -parte desagradable y poco amistosa- lo haría pero si podía evitarlo también.
     
   Pese a que Aly era princesa de un reino independiente y próspero que no dependía económicamente de sus relaciones con la realeza vecina, debía mantener discreción en ciertos asuntos, así como mostrar razonamiento y sensatez. Era evidente que fueron contadas con los dedos de una sola mano las veces que lo hizo durante sus diecisiete años, aún así, esto era un tema serio que involucraba traición, desacato y una posible guerra por "infidelidad" cuando los acuerdos y tratados especificaban seguridad por unión matrimonial. Por tales motivos, intentaban actuar con normalidad frente al público y evitaban ser vistos a solas, aunque Cregan muriera por tenerla como ese día que la besó.
  
   Pero los dioses juegan con fuego y los pusieron a prueba al cruzarlos en los pasillos solitarios sólo para provocar caos. Él miró a los lados mientras avanzaba con tranquilidad, notó que nadie estaba allí como para verlos. Ella negó con la cabeza, caminando hacia él.
  
   --Aly...-- Susurró al tenerla frente a él.
  
   --Creg.-- Soltó ella en un suspiro.
  
   --Te ves hermosa.-- Le dio el cumplido con palabras apenas audibles para que nadie más lo escuche, a lo que ella le regaló una sonrisa y respondió con un "gracias". --Yo...-- Se rascó la nunca y volvió a revisar que nadie estuviera cerca. --tengo que decirte algo.-- Se acercó nervioso. --Quiero decirte algo.--
  
   --Yo también.-- Intencionalmente, su dedo meñique tocó el dorso de la mano de Cregan.
  
   Era la mas sacrificada prudencia que podían mostrar, realmente a Cregan le costaba y ella se veía demasiado ilusionada con él.
  
   Oyeron voces provenientes de un pasillo cercano y el norteño rápidamente la metió en una de las habitaciones. Acorraló a Aly contra la puerta mientras sostenía el picaporte con una mano para que nadie pueda entrar. Su aliento impactaba en el rostro de la princesa, la miró a los ojos y ella sintió que perdía la fuerza de sus piernas. --Quería decirte que...--
  
   No le permitió hablar y lo besó, cosa que Cregan siguió sin protestar, ella le acariciaba el cabello de la nuca mientras se perdía en sus labios, él, por otro lado, se contenía de hacerle mil cosas, quería tocarla, lamer su cuerpo, dejar sus labios marcados en ciertas partes, entrar en otras... pero todo a su tiempo. La sujetó por la cintura y bajó un poco mas, ella no se negó a lo que hacía, así que mantuvo las manos donde ella se lo permitió. Sus glúteos cabían muy bien en ese par de manos tan grandes. Cuando Aly se quedó sin aire, rompió el beso. Su pecho subía y bajaba mientras sus frentes estaban apoyadas la una sobre la otra. Le sonrió y Cregan suspiró.
  
   --Perdón por interrumpirte, moría por besarte otra vez.-- Se sonrojó.
  
   --Bésame las veces que creas necesario, no me opondré a eso.-- Le acarició la mejilla.
  
   --Cregan,-- Aly lo miró y pasó saliva. --¿tu quieres...-- La voz de Aemond al otro lado los alertó, estaba hablando con Criston en el pasillo y no parecían tener intenciones de irse. Ella se asustó y Creg le tapó la boca con una mano.
  
   --En cuanto se vayan, tu sales primero y yo esperaré un largo rato así te evito problemas, ¿sí?-- Preguntó y ella asintió.
  
   La voz de Aemond se oyó más cerca y Cregan giró la cabeza, dejando su cuello con algunas venas marcadas expuesto para Aly, quien rápidamente se acercó a dejar besos, nunca hizo algo así pero se había visto demasiado tentada. Él suspiró y cerró los ojos, con ambas manos sobre el trasero de la morena, presionó su cuerpo contra el suyo. Ella volvió a sus labios y lo miró a los ojos. --Creo que ya puedo irme.--
  
   --Justo cuando deseaba que te quedes...-- Suspiró.
  
   Se asomó a la puerta y vio el pasillo vacío. --Es momento de hacer mi escape maestro.-- Le regaló una sonrisa de ojos achinados y en sus labios dejó varios besos fugaces antes de irse, ambos sintieron que esto era demasiado bonito para ser real, sobretodo él.
  
   Cregan esperó un largo rato, o así lo creyó él y cuando sintió que fue suficiente, abrió la puerta para irse discretamente pero se encontró con Aemond bloqueando la salida, mirándolo como si no ignorara nada de lo que pasó en ese lugar.
  
   Sería un día particular...
  
   --Aún recuerdo la época en la que tu y yo éramos grandes amigos.-- Comenzó el peliplata.
  
   Aquello le resultó gracioso a Cregan. --No recuerdo haber sido amigo tuyo.-- 
  
   --En cambio yo lo rememoro... fue cuando comenzaste a meterte en donde no debías, como haces ahora. Ambos sabemos por qué estás aquí.--
  
   --¿Por qué estoy aquí?--
  
   --Buscas recuperar lo que dices que te robé.--
  
   --Mírate, Aemond, no eres capaz de quitarme nada realmente.--
  
   --Te pedí amablemente que te alejes, que no te metas en mi camino.--
  
   --No sé de qué hablas.--
    
    --Alysha no se irá de aquí, menos contigo.-- Lo miró. 
   
    --Muchas pretenciones para alguien que se estancó en el título de 'prometido', es ella quien debe decidir lo que quiere.-- 
   
   Aemond lo miró. --Aly es mi chica.-- Dijo aquello con posesión.
   
    Cregan sonrió de lado y negó. --Bueno... ahí está la diferencia, no necesito que ella me pertenezca, me basta con ser suyo.--   
  
   --Aún así, ella siempre será mía.-- Atacó.
  
   Cregan volvió a sonreír, Aemond le parecía bastante cómico. --¿De verdad crees que ella te pertenece? Vamos, Aemond, decir eso es no conocerla.--
  
   --Me ha dejado claro en más de una ocasión cuanto desea ser mía, cuanto me necesita... a mi, nunca te nombró a ti en todos estos años.--
  
   --¿Y te enorgullece que deba repetirte y suplicarte que la necesites de la misma manera?--
  
   --Tu no sabes nada de mi ni de cuanto puedo desearla. Ella es pura, dulce, buena y yo estoy...--
  
   --No necesito que me cuentes tu vida, no eres de mi interés, solo ella.--
  
   --Deberías regresar al Norte.-- Aquello sonó a amenaza.
  
   --No tengo pensado regresar, no ahora.--
  
   --Ella me eligió.-- Lo miró con un rostro serio y tenso.
  
   --¿Lo hizo?-- Respondió Cregan, con una sonrisa sobradora en el rostro.
  
   Aemond se acercó a él y lo sujetó de la camisa. --De ser necesario te lo voy a hacer entender por las malas.--
  
   Cregan miró las manos del príncipe. --Quítame las manos de encima, lo digo por tu bien.-- El príncipe tuerto lo sujetó con más fuerza y el Lord lo sujetó de la misma manera, guirándose y estampándolo contra la pared. --Un cielo de fuego puede caerme encima y no lograrás doblegarme, permaneceré a su lado hasta que sea ella quien me pida que me aleje y aún así permanecería en la oscuridad, protegiéndola.--
  
   --Apártate o aquí comienza la guerra entre el dragón y el lobo.--
  
   --Fue por su deseo que me convertí en asesino y es por ella que mis manos están manchadas de sangre.-- Lo soltó y se alejó hasta la puerta. --La guerra con un dragón no intimida al lobo.-- 
  
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   El poder iba a cegarlo, no podía estar más complacido con el nuevo destino de su familia y, ahora que la corona le sonreía, luego de ganar la guerra solo tendría un obstáculo para ser el padre de la reina.
  
   El juego por el trono nunca se detendría.
  
   --En cuanto tu hija se case con mi nieto necesitaremos que, como muestra de tu lealtad a la nueva familia que ella pertenecerá, pongas tu entero ejército a nuestra disposición, la corona no subsistirá sin huestes y Denisse será parte de la realeza.-- Consideró Otto.
  
   --Ponga a mi hija en los registros de la realeza y tendrá todo el poder del león con el dragón verde.-- Le aseguró Tyland. --Pero no crea que Casterly Rock se someterá ciegamente a la voluntad de Aegon.-- Caminó hacia la ventana mientras sostenía su copa en la mano. --Financiar una guerra es muy costoso, yo puedo hacerlo, pero no será por amor a la familia, necesito una motivación.--
  
   --Dime tu precio.-- Otto arrugó la frente.
  
   --Primero que nada, Casterly no pagará impuestos a la corona ya que seremos familia y no creo que algo así desarrolle el amor fraternal y la confianza.-- Sonrió.
  
   --Imposible, es el orden establecido y hacer tal diferencia haría que otros reinos se revelen y no estaremos en condiciones de afrontar una rebelión luego de la guerra.--
  
   --Usted es un hombre inteligente, sabrá como arreglar las cosas para que eso no suceda.-- Subió y bajó los hombros. --La segunda cosa que quiero es la cabeza de Cregan Stark.-- El Mano lo miró confundido, ¿qué asuntos podría tener Tyland con el Lord Protector?
  
   --Si voy a hacer algo así, merezco saber las razones.--
  
   --Su padre asesinó al mío en la batalla contra los Manderly, hace muchos años, Rickon era un mocoso hábil y mi padre se confió, se atravesó el estómago con su espada, poniendo fin a la presencia del león en el Norte. Fui personalmente a reclamar el cuerpo de mi padre y me respondió "los caídos nunca mueren en el Norte" y me obligó a regresar, cuando su hijo tomó su lugar, le ofrecí la mano de mi hija Denisse para hacer las pases y recuperarlo, pero el mocoso insolente de Cregan Stark dijo que no le interesaba ninguna mujer que pueda ofrecerle y no iba a devolverme a mi padre, "los muertos no son fáciles de cazar aquí" me respondió.-- Dijo lleno de rabia. --Él y Rickon se burlaron de mí, de mi padre, de mi hija y de toda mi familia, quiero acabarlos y recuperar el honor Lannister, un lobo no puede hacer que el león retroceda.--
  
   --Sin embargo, lo hizo.-- Observó Otto. --Dos generaciones, casi tres, en las que el lobo mantiene al león haciéndole reverencia.--
  
   --Tenga cuidado con lo que insinúa.-- Le amenazó.
  
   --No puedo garantizarle eso, todo el reino entrará en división y si puedo asegurarme a Cregan Stark, lo haré.--
  
   --Por favor.-- Soltó una risa burlesca. --El mocoso no va a traicionar a Rhaenyra por más que su hermana esté al otro lado de la línea, es un hombre de palabra. Además, es alguien muy unido a Jacaerys Velaryon.--
  
   --Strong.-- Corrigió Otto.
  
   --Da igual, no va a traicionarlo, y la caprichosa de Dorne, esa niña estúpida lo tiene loco, si ella apoya a la puta, entonces él irá ciego a su lado.--
  
   --Sin embargo, Ceryse ya jugó una carta muy particular con él... está embarazada y se lo informó, esa hermandad entre Cregan y Jacaerys no durará mucho, su hermana lo necesita, él lo sabe. Por otro lado, Alysha odia a Daemon Targaryen, no se mantendrá demasiado tiempo del mismo lado, no saben convivir, ella no está dispuesta a cohabitar con él y no pensó en eso cuando aceptó el bando equivocado. En cuanto las asperezas, asuntos personales y rencores comiencen a tomar protagonismo, la atraeré al reclamo de Aegon.--
  
   Tyland sonrió. --Debe darle más motivos que Daemon Targaryen para que Alysha rompa su palabra, es capaz de soportarlo durante toda la guerra solo para matarlo al final.--
  
   --Eso lo sé, pensé el varias maneras de atraerla a nuestro reclamo ya que mi nieto no hizo lo único que se le exigía. En caso de que soporte la convivencia con Daemon, existe una manera más dolorosa de atraerla, la única que casi la aleja de este lugar por decisión propia hace muchos años... El amor es lo que la hace fuerte, eso mismo puede destruirla y ahí es cuando apareceré para darle contención y cariño paternal que le faltará, seré su nuevo soporte emocional, un padre que la aconsejará.-- Tomó una respiración profunda. --Rhaenyra perderá su aliado mas poderoso, por consecuencia quedará debilitada, en ese momento ganaremos la batalla más importante y no habrá compasión para ella ni sus bastardos. Yo tendré a Dorne anexado a la dinastía Hightower... bueno, Targaryen, necesito explotar su economía para poder restaurar Poniente después de la guerra, y usted personalmente puede cortarle la cabeza a Lord Cregan. Si no se arrodillan ante el rey voy a desterrar a los Stark y poner como casa protectora a una que acepte a mi nieto como el legítimo, pero solo cuando Aegon pueda sentarse en paz en el trono de hierro.--
  
   --Entonces esperaré pacientemente mi venganza.--
  
   --Como un león.--
  
   --Como un león...-- 
    
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  Desde que había sido rescatada, Danna era de las que más había avanzado, entrenaba día tras día, era la primera en despertar y la última en irse a dormir, solía empezar sus prácticas antes de que el sol se deje ver y las finalizaba cuando la luna y las estrellas la observaban. Sus manos estaban lastimadas, los nudillos sangraban pero se levantaba y lo volvía a intentar, no había recibido el regalo de la libertad para quedarse a ver pasar la vida frente a sus ojos. Azir la entrenaba seguido, pero sus prácticas favoritas eran con Alysha, amaba su amabilidad y determinación con ella, era como si viera algo que el resto no, la miraba con un cariño que nadie hizo antes, solo una persona y le dolía el recuerdo. Quería enorgullecer a la princesa de Dorne, sabía todo lo que hizo para liberarla y no le daría motivos para pensar que fue en vano.
 
  --Danna, terminarás lastimada, descansa un  poco.-- Le ordenó la mujer del martillo pero ella negó con la cabeza.
 
  --Estoy bien, puedo un rato más.-- Contestó y bebió agua, estaba agotada. Se levantó para regresar a lo suyo cuando algunos capa dorada aparecieron, sabía que estaban ahí para molestar.
 
  --Danna la prostituta estrella...-- Uno de ellos la miró. --¿Tu no deberías estar de rodillas mamando verga?-- Todos rieron... todos los hombres que lo acompañaban. --Esto no es lo tuyo, Danna, no te engañes. Te daré algunas monedas de oro si me dejas ver una vez mas tu coño pelirrojo.-- Las risas asquerosas de los demás le provocaron asco. --Te daré algunas más si me dejas cogerte.-- Danna lo observó, molesta. --No me hagas ir hasta allí y conseguirlo gratis, preciosa, sabes que puedo hacerlo, no eres tan fuerte.-- La miró de una manera tan lasciva que se sintió abusada con sólo su mirada. --Cuantas veces pasé mi lengua por ese tatuaje...-- Le hizo una seña obscena que la asqueó. --Volveré a tenerte, esa marca en tu cuerpo te recuerda a donde perteneces... puta.-- Le sonrió y al pasar junto a ella le tocó el trasero. Danna se sintió sucia y dejó las prácticas para regresar a su habitación.
 
  No podía escapar de la pesadilla.
 
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  Alysha iba a hacer algo peligroso, realmente peligroso... cumpliría lo que una vez le dijo a Larys, si él volvía a meterse en su camino, iba a dejarlo incapacitado para caminar y lo obligaría a arrastrarse hasta ella por piedad. Al principio no lo había entendido pero, atando cabos sueltos, comprendió que el Gusano Blanco le había informado quien la vendió la noche que casi muere, la noche que Fantasma le salvó la vida.
 
  Quería una opinión sincera y realista acerca de qué tan peligroso podía ser atacar a un miembro de la corte, no a cualquiera, a uno muy peligroso. No le temía, pero no quería una nueva audiencia ante el rey, últimamente estaban en paz y perturbar esa calma era lo último que deseaba, mucho menos cuando estaba a nada de regresar a casa. Quizás era impulsiva y no se medía pero el consejo de sus amigas siempre lo buscaba, aunque luego termine haciendo lo que quiera, porque si bien iba a en busca de un consejo, ya estaba decidida a cobrarse las que Larys le hizo.
 
  No involucraría ni a Baela ni a Jace en esto, últimamente no los hacía parte de sus planes porque no deseaba afectarlos con sus locuras, los cuidaba a su manera, pero existía alguien razonable que podía darle un buen consejo: Azir. Ella era una mujer centrada y sincera, no se dejaba llevar por el impulso y controlaba tanto sus actos como su lengua. Así que Aly caminó hasta su habitación para tener un punto de vista extra de lo que quería hacer.
 
  Se tomó el atrevimiento de entrar ya que nadie le respondía, además de meter la pata en reiteradas ocasiones, era impaciente. Le echó un vistazo a la habitación y no vio a nadie, cuando estaba a punto de retirarse escuchó ruidos en el baño.
 
  --¿Azir?-- Preguntó caminado hacia el sonido. --Necesito hablar contigo.-- Nadie le respondió. Entró al cuarto de baño y encontró a Danna, lastimándose a sí misma, parecía que intentaba borrar su tatuaje o algo así, iba a volver a pasar la lija en su brazo cuando Aly la detuvo. --¿Qué haces?-- Le preguntó asustada.
 
  --No puedo escapar de lo que soy, llevo la marca de las prostitutas-- Señaló su tatuaje. --como un recordatorio de que nací para complacer hombres por un par de monedas.-- Dijo entre lágrimas y la abrazó, la princesa no dijo nada, solo le acariciaba la espalda mientras la consolaba. --Estoy cansada, ¿por qué no puedo ser simplemente Danna?-- Hipó y a Aly se le hizo chiquito el corazón.
 
  --¿Qué sucede?-- Le acunó el rostro, estaba llorando con ella, no podía evitar sentir empatía por su amiga. --Dame su nombre.--
 
  --Los capa dorada...-- Suspiró. Como pudo, porque lloraba demasiado, Danna le contó lo que había sucedido y a Aly comenzó a hervirle la sangre, le había costado mucho hacerle entender que era una mujer de valor como para que un par de tipos vengan a destruir su arduo trabajo.
 
  La dorniense se levantó y estiró su mano. --Ven conmigo, quiero que la próxima vez que un hombre intente hablar de tu valor, hagas lo mismo que yo voy a hacer.-- Dijo con firmeza y Danna asintió.
 
  Alysha esperó pacientemente a que la noche caiga y el sueño se apodere de todos, le pidió a su amiga que identifique a quienes la acosaron en la tarde y, juntas, se encargaron de visitarlos personalmente.
 
  A Danna la atemorizaba caminar entre tantos hombres, aunque estén dormidos, la idea de que despierten y les hagan daño pasaba por su cabeza una y otra vez, pero a diferencia de ella, Aly se veía confiada, claro, era una princesa y nadie podía tocarla, más que nada porque su padre tenía con qué declararles la guerra a todos los que la dañen y, era la prometida de Aemond Targaryen, un príncipe.
 
  Algunas nacen con privilegios, otras con temor a los hombres privilegiados.
 
    Se acercaron a la cama donde descansaba uno de los tipos y Aly le señaló el rostro de aquel para asegurarse que era a quien buscaban, Danna asintió y la princesa actúo. Con una mano le cubrió la boca, ejerciendo presión y con la otra le puso un cuchillo en la garganta. --Despierta, imbécil.-- Le habló al oído, haciendo que se sobresalte y antes de que pueda tomar su espada, le cortó la garganta mientras le sujetaba fuertemente la cabeza contra la almohada. --¿La ves?-- Preguntó mientras lo veía tomarse el cuello. --Te estoy matando por ella pero esto es tu culpa, no debiste siquiera mirarla, es mi chica y a mi chica nadie le hace daño.-- Aly tomó la espada del tipo que estaba junto a su cama y le cortó la cabeza, la sujetó por el cabello y la acomodó sobre el estómago del cuerpo decapitado, así lo encontrarían al siguiente día. Danna, quien observó todo aquello, comenzó a respirar con dificultad, a hiperventilarse, estaba teniendo un ataque, era la primera vez que veía un acto tan brutal de cerca. La princesa se acercó rápidamente e hizo que la mire. --Tranquila,-- La sujetó de las manos y le habló con calma. --respira, toma aire y expúlsalo despacio.-- Lo hizo ella para que la pelirroja le imite. --Escucha lo que te voy a decir y nunca lo olvides, nacer mujer nos condena a vivir en peligro, no estamos a salvo en ninguna etapa de nuestra vida, siquiera muertas. Debes gritar para ser oída, luchar por un poco de respeto y rezar por no ser la siguiente en la lista de víctimas. Si ellos son crueles y despiados, tu debes serlo el doble, solo así podrás sobrevivir en un mundo dominado por hombres. Eras tu o él y yo siempre te voy a elegir a ti.-- La mujer asintió. --Ellos nos ven como un plato de comida del cual saciarse, devoran de nosotras lo que les apetece y nos desechan o, en el mas terrorífico de loa casos, nos desaparecen para evitarse 'problemas', no se los permitas, tu eres mejor que ellos, eres una mujer libre, mi hermana. Entre se presa o cazador, nunca seas la primera. A los hombres les asusta ver a una mujer poderosa, fuerte, independiente, y tu te estás convirtiendo en todo a la vez, por eso hicieron lo que hicieron, comienzan a temerte y no quieren que dejes de ser una mujer débil y moldeada para uso de ellos. Les da miedo que los superes.-- Aly la miraba fijo a los ojos, le transmitía firmeza y convicción pero sobre todo amor. --Mato por ti y sin pensarlo dos veces, muero por ti, no voy a permitirles debilitarte, te daré de mi fuerza si es necesario. No permitiré que nadie te toque y quiero que tu tampoco permitas que te falten el respeto. No te liberé para que sigas siendo presa de los hombres. No dejes que utilicen tu pasado para avergonzarte. Pudiste ser una mujer que jamás conoció el tipo de maldad que nos rodea, pero todo lo que te marcó te trajo aquí y te llevará a ser guerrera, una mujer fuerte, temida, histórica. Vas a escribir tu propia página, las canciones hablarán de ti y tus grandes hazañas, tus logros y tus batallas ganadas. Te prometo que los hombres envidiarán tu fama y nadie volverá a hacerte daño. Serás la mejor guerrera que el mundo haya conocido y en el futuro no habrá otra como tú. Yo veré con orgullo que te convertiste en la mujer mas fuerte y valiente de todas, siempre estaré orgullosa de ti.-- Le sonrió con dulzura.
   
    Danna asintió y la abrazó con fuerza, era la primera vez que alguien prometía cuidarla y lo cumplía. --Gracias.-- Susurró bajito y Aly le sobó la espalda.
   
    Aquella noche, la princesa le concedió el honor de asesinar a sus cinco acosadores restantes.
   
    Danna no volvió a ser la misma después de experimentar el poder de matar con sus propias manos...
   
    Ahora todos los hombres corrían peligro.
   
    Que los dioses protejan a aquellos que alguna vez la dañaron.

 𝘍𝘪𝘳𝘦 𝘖𝘯 𝘍𝘪𝘳𝘦[En edición] ۞ Targaryen - Martell - StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora