Baile

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La velada resultó verdaderamente hermosa. A pesar de los nervios previos al evento, cada segundo que vivieron valió la pena. Se encontraban en una de las zonas más íntimas de la fiesta, donde reinaba una gran tranquilidad. La suave música de fondo y los murmullos de las personas a su alrededor creaban una atmósfera mágica. El lugar era majestuoso, todo resultaba increíble y, por ello, se sentía un ligero tinte de nostalgia. Para tomar un respiro y reflexionar, se refugió en una de las terrazas del lugar. La situación era irreal, todo lo que había ocurrido en su vida, en sus vidas. Habían luchado y se habían esforzado tanto, que era inevitable mirar atrás y contemplar lo lejos que habían llegado.

Siente una mano deslizarse suavemente en su cintura, pero no se sobresalta. Antes de siquiera ver quién es, reconoce su presencia por su perfume característico. Percibe cómo su mano libre recorre su brazo hasta entrelazar sus dedos, y luego siente sus labios depositar un delicado beso en el dorso de su mano.

Una sonrisa se dibuja en su rostro ante este gesto, un instante notable en una noche llena de momentos destacables. Estaban en el imponente palacio del mismísimo Rey, por lo que cada momento era especial. Sabía que era ella, la encantadora chica que se encontraba detrás suyo.

-Déjame adivinar.- Susurra con complicidad.  -Rosie está tan absorta en todo lo que la rodea y Soo rechazó tu propuesta de bailar antes de que pudieras siquiera hablar con ella, así que soy la única opción que queda.- Una breve caricia en su hombro y una risa suave acompañan sus palabras.

-¿Por quién me tomas, Lalisa Manobal? Eres mi única compañera de baile.- Exclama la castaña indignada, separándose ligeramente para girarla y permitir que se vean cara a cara. Con una mirada suplicante, la invita a bailar.

-¿Me concede este baile, bella dama?.- Dice tomando de nuevo su mano y depositando un beso en el dorso, sin apartar la mirada de ella. Lisa no puede evitar notar lo impresionante que se ve Jennie, como siempre. Sin embargo, esa noche hay algo en ella que la hace lucir única y etérea, algo que podría dejar a cualquiera sin aliento: el brillo en sus ojos y en sus mejillas, su mirada cautivadora.

Lisa observa a Jennie con adoración, apreciando cada detalle de su rostro iluminado por la luz de la luna. Es uno de sus pasatiempos favoritos, simplemente contemplarla y perderse en cada pequeño detalle. Se siente reconfortante tenerla tan cerca, compartiendo ese momento especial juntas en la terraza con la impresionante vista de la ciudad iluminada.

-¿Un centavo por tus pensamientos?.- La voz de Jennie rompe la tranquila noche, y en ese momento, todo lo que Lisa puede pensar es en ella.

Sin decir una palabra, Lisa lleva su mano libre a la mejilla de Jennie y acerca su rostro al suyo, en un gesto suave y significativo que habla más que mil palabras. En silencio, sus ojos hablan de todo lo que siente, de la conexión profunda que comparten, de lo mucho que la ama.

-¿Sabes lo divertido que sería vernos bailar juntas esta noche?.- Pregunta con una sonrisa traviesa, admirando las cejas fruncidas de su acompañante como si fuera un pequeño gatito.

-Es porque solo están celosos de no poder bailar con una chica encantadora como tú.- Susurra con picardía, acercándose un poco más.

-¿No crees que es un poco temprano para estar tan borracha?.- Responde con cariño en su voz, provocando una risa que refresca la atmósfera después de un largo día de trabajo. El pensamiento le revuelve el estómago, sintiendo que incluso eso se percibe de manera distinta esta noche, como si demandara ser experimentado.

-No lo creo, cariño.- Replica en tono jocoso, pero su mirada se detiene en ella, admirando el vestido que se ajusta delicadamente a su figura y que sin duda ella sabe es uno de sus favoritos. Se recuesta lentamente en la estructura de mármol a su lado.

One Shots - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora