Un tono, dos tonos. La pantalla finalmente muestra a Lisa disfrutando de un aperitivo.
-¡Hola, Sexy!.- Saluda con una sonrisa radiante. Jennie le responde con una sonrisa igual de cálida.
-¿Cómo te fue en las grabaciones hoy, cariño?.- Pregunta Jennie mientras presta atención a lo que sucede en la pantalla.
-Muy bien.- Responde Lisa en tono bajo. Su atención se centra por completo en la pantalla, queriendo saber qué ha ocurrido.
-Oh, ¿ahora vas a negarlo?.- Jennie la provoca con una sonrisa juguetona, viendo cómo Lisa está concentrada en ella, específicamente en su atuendo de colegiala hoy. El que utilizo el día de hoy para las grabaciones.
-¿Acaso no puedo admirar a mi chica? Es realmente hermosa, ¿lo sabías?.- Dice Lisa con una sonrisa, desviando la mirada hacia su cómoda.
-¿Y qué más? ¿Qué te gustaría hacer con ella?.- Pregunta Jennie, aflojando un poco su corbata y ajustando el saco del uniforme.
-Jen... - Lisa le reprocha.
-Oye, mírame.- Pide Jennie, y Lisa obedece de inmediato. Sus ojos reflejan un deseo profundo y sincero.
-A mí también me encantaría que estuvieras aquí y que cumplas esas fantasías que sé que rondan por tu mente.
Lisa aparta su aperitivo con gesto de descontento y se deja caer en la cama, lamentando la ausencia de Jennie a su lado. Mientras se queja de las responsabilidades y demás, Jennie la escucha con cariño, conocedora de que, a pesar de todo, Lisa ama su trabajo tanto como ella. Jennie deja su propio teléfono a un lado y busca algo para comer, una práctica común entre ellas que les permitía mantenerse conectadas incluso cuando estaban ocupadas.
-¿Cuánto falta?.- Pregunta Lisa al ver a Jennie terminar de preparar la comida. Al revisar la pantalla, Jennie suelta una risita seguida de una mueca de disgusto.
-Pronto. Me siento un poco decepcionada, deberías haberme avisado que estabas por cambiarte delante de la camara. Esto es totalmente injusto.- Se queja Jennie mientras saborea unas fresas con chocolate. Lisa, ya en pijama y lista para dormir, no puede contener la risa.
-Cariño, yo vivo en un mundo lleno de injusticias. Estás ahí luciendo adorable y serena en tu lindo uniforme, disfrutando de fresas con chocolate. Tu aroma es delicioso y no hay duda de que sabes aún mejor. Por lo tanto, soy la más perjudicada aquí.- Concluye Lisa, argumentando por qué ella es la más afectada.
-No lo sé, mi amor. Me contaron que tuviste una escena de baile hoy, lo que, según mis cálculos, significa que pasaste horas bailando. Tus músculos deben estar tensos, tonificados y marcados. Creo que necesitan un poco de atención. Por eso, creo que soy la que más sufre aquí al saberlo y no poder hacer nada al respecto.- Replica Jennie, mirando fijamente a Lisa, quien se esconde entre las almohadas y grita.
-¿Por qué siempre que hablamos se convierte en una tortura?.- Pregunta Lisa saliendo a medias de su escondite.
-Considero que es tu culpa por ser una diosa, eres como un pecado andante y yo una simple mortal que sufre los designios del mundo al no poder tocar tan majestuosa obra de arte.- Dice Jennie con coquetería.
-Wow, ¿Dónde firmo? ¿De dónde has sacado eso? ¿Jisoo tiene algo que ver en todo esto? Sería muy turbio considerando que ya estoy mojada por ello.- Responde Lisa con una sonrisa mientras desvía la mirada del rostro de Jennie para fijarse como se desabrocha la corbata, pasa su lengua por sus labios humedecidolos.
-Acabas de jugar muy sucio, querida.- Contesta Jennie con voz ronca, Lisa sabía a la perfección lo que le hacia Jennie que le dijera cuan mojada estaba. Ambas saben que este juego de seducción solo va a ir en aumento, aún siendo solo el comienzo.
