Jisoo, concentrada en su juego, mira a Jennie y le dice con sarcasmo. -¿No tienes algo mejor que hacer?.- Estaba a punto de perder si no lograba quitarse a Jennie de encima.
-Nop, estoy muy cómoda aquí.- Responde Jennie con una sonrisa. Pero la verdad era que llevaba tres días seguidos pegada a Jisoo como un koala con exceso de atención y afecto, lo cual ya estaba resultando agobiante para Jisoo a pesar de adorarla.
-Estoy lista para empaquetarte y enviarte de regreso a tu madre, o en su defecto, a donde sea que esté Lisa.- Dice Jisoo entre risas, rodando los ojos mientras vuelve a concentrarse en su juego. Jennie seguía abrazada a su estómago, llevaban allí dos horas y, aunque para Jisoo no era un problema invertir ese tiempo en su juego, con Jennie era otra historia. A pesar de adorarla, prefería dejarle ese trabajo por completo a Lalisa.
Jennie se quejaba en voz alta por la amenaza de Jisoo. -¿Ya le dijiste a tu novia que necesitas un abrazo?.- Dijo Jisoo de manera muy sugerente.
-¡Jisoounnie! Lo estás haciendo sonar mal, no es así. Solo necesito abrazos reconfortantes, ¿entiendes? Eres muy molesta, pero aún así no voy a soltarte.- Respondió Jennie mientras se abrazaba un poco más al torso de Jisoo, con un marcado puchero en su rostro.
Jisoo ríe ante la respuesta de Jennie y le acaricia la cabeza con cariño.
-Claro, claro, solo queriendo abrazos. Pero debes saber que no soy una experta en abrazos eternos, así que más te vale soltarme en algún momento. Mientras tanto, vamos a disfrutar de este momento de amor y cariño, ¿de acuerdo?.- Responde Jisoo con una sonrisa, a lo que todas las alarmas de Jennie se encienden de un rojo intenso.
Jennie se levanta de un salto al ver la sonrisa maliciosa en el rostro de Jisoo. Se sienta en sus rodillas, pero antes de que pueda siquiera rogar, Jisoo la ataca con cosquillas.
Jennie no puede contener la risa y se retuerce mientras intenta alejarse de las manos de Jisoo. Finalmente logra zafarse y le devuelve el ataque, logrando hacer cosquillas a Jisoo y hacerla reír a carcajadas.
Después de un rato jugando y riendo, ambas se sientan en el suelo recuperando el aliento. Jennie mira a Jisoo con gratitud y cariño en los ojos, agradecida por tener a alguien tan especial a su lado.
-Gracias por soportarme lo suficiente, Soo.- Dice Jennie con una sonrisa cálida.
-No hay de que, pequeña Jendoukie. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase. Pero ya excediste el tiempo límite de prueba, así que largo. Fuera de aquí, estoy segura que por allí hay una Chaee, una Chaeyoung que quiera tu absoluta atención.- Responde Jisoo con seriedad.
Jennie se sorprende por un momento ante la respuesta de Jisoo, pero luego estalla en risas ante su broma. Se levanta del suelo y le da un suave golpe en el hombro a Jisoo, antes de abrazarla con cariño.
-¡Eres una tonta, Soo! Pero gracias por aguantarme de todas formas. Ahora iré a buscar a mi Chaeyoung.- ice Jennie con una sonrisa, sabiendo que es hora de colmar a la rubia de su presencia.
•••
-¡Unnie! ¿Qué te trae por aquí? ¿Quieres comer?.- Es lo primero que menciona Rose en cuanto ve a Jennie. Esta última no responde y simplemente se lanza a la cama, toma los peluches y almohadas de Rose y construye un pequeño fuerte a su alrededor.
-Hola, Rosie Posie, ¿puedes cantarme o contarme historias?.- Piensa un poco más y añade - ¿Podrías hacer ese delicioso kimchi con arroz frito que tanto me gusta?
-Por supuesto, Unnie.- Dice Rose encantada. La diferencia entre Jisoo y Rose es que Rose era como un pastelito adorable, dispuesta a hacer cosas por los demás y hacerlos felices. Por eso, no se dejaba abrumar ni acaparar su tiempo en exceso, solo lo necesario. Jennie lo sabía a la perfección, ya que en Rose podías encontrar un amor absoluto.