¿Eres un ángel?

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-Cariño, solo te van a sacar las muelas del juicio, no es para tanto.- Intentó tranquilizar la tailandesa a su esposa, quien yacía impaciente en una de las camas del hospital, esperando ansiosamente a que el médico la llamara.

-¿Pero qué pasa si... si accidentalmente cortan mis encías? O peor aún, ¿qué sucede si de alguna manera cortan mis dientitos? Lisa, ¡imagínate mis dientes!.- Exclamó la castaña dramáticamente, llevándose la mano a la frente en un gesto exagerado.

Ante la reacción de Jennie, Lisa rodó los ojos y le dirigió una mirada que decía claramente "estás siendo una pequeña bebé dramática", gesto familiar entre ambas.

-Lisa, en serio, podrían dejarme desfigurada literalmente, ¿y si...?.- Sus palabras fueron interrumpidas por unos labios suaves presionándose contra los suyos, mientras la mujer dueña de esos labios acariciaba su mejilla con ternura. La castaña estuvo a punto de profundizar el beso cuando una tos leve detrás de ellas interrumpió el momento.

-Sra. Kim, el doctor está listo para la cirugía, puede acompañarme por favor.- Dijo una enfermera alta, evitando hacer contacto visual y mostrando cierta incomodidad por interrumpir a las dos mujeres.

Jennie se incorporó lentamente de la cama, dirigió una mirada a Lisa y comenzó a caminar hacia la enfermera, alejándose de la habitación.

-Si no salgo viva de ahí, llama a Jisoo y dile que es una perra.- Dijo Jennie con una sonrisa traviesa. Lisa rió desconcertada, sintiendo que se estaba perdiendo algo.

-Jen, debes regresar para conta..- Las palabra de Lisa fueron interrumpidas.

-¡Oh! Dile a mi madre que el gnomo de jardín que tanto adora, con el sombrero rojo, no fue robado, sino que lamentablemente lo atropellé accidentalmente después de la cena de Navidad del año pasado... y podría haberlo arrojado al río.

-Oh, querida... solo vete, te amo.

-Yo también te amo, cariño.- espondió la castaña con una sonrisa antes de desaparecer tras la esquina.

Lisa se quedó sola y una risita escapó de sus labios. Su esposa realmente nunca cambiaría, siempre sería tan dramática como una niña.

-Así que ahí es donde ha estado ese maldito gnomo todo este tiempo...

•••

Jennie abrió los ojos y se encontró con una luz cegadora en lo que parecía ser una habitación de hospital.

"¿Qué diablos..." pensó Jennie mientras intentaba incorporarse, solo para descubrir que dos brazos fuertes la mantenían acostada en la cama.

-Señora Kim, por favor intente no moverse. Todavía está bajo anestesia, le quedará alrededor de una hora más.- Dijo la enfermera.

-¿Anestesia?

-Sí, anestesia, es para el dolor, le sacaron las muelas del juicio, ¿recuerda?.- La enfermera estaba tratando de hacer entrar en razón a la castaña.

-Mmh.

Eso es todo lo que consiguió, antes de que Jennie gruñiera y volviera a mirar hacia el techo blanco.

Pasaron 5 minutos.

La castaña volvió a mirar a la enfermera, para luego mirar hacia atrás e inhalar con fuerza.

-Oh, mi dios, un ángel.

La enfermera no pudo evitar reír, mirando a la mujer tratando de explicar lo que veía a sus espaldas.

-Déjame sacarte esas gasas de la boca, el sangrado ya debería haberse detenido.

Cuando Jennie finalmente pudo hablar, la enfermera se encontró con la vista más adorable de todas. Una castaña completamente confundida, con las mejillas hinchadas y unos ojos adorables que la miraban fijamente en la misma dirección detrás de ella.

One Shots - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora