Jennie estaba definitivamente perdida en sus pensamientos, estaba agotada. Deliciosamente agotada por una Lisa que parecía insaciable y con una energía inagotable. Eso de estar jugando a quien logra darle más orgasmos a la otra era una cosa. Claramente ella siempre perdería, no podia competir con la alta resistencia que Lisa había desarrollado, mientras ella estaba en su pequeña bruma de recuperación, Lisa estaba plácidamente viendo los tantos videos que al parecer tenía pendiente en su chat con Rosie.
Mientras ella se sentía que no podía hacer nada más que fallecer en la gloria. Lisa la llevaba a la ducha para refrescarse, siempre se preocupaba por que tomara un vaso de agua y le dama muchos mimos y palabras lindas. Era una dinámica que les gustaba, Lisa le encantaba complacer y mimar.
A veces hablaban y en otras ocasiones no. Cuando Lisa se cansaba de los mimos, simplemente se volteba y buscaba algo con que entretenerse, se podría creer que quería su espacio o algo así. Pero la realidad es que solo quería que le acariciara la espalda hasta adormecerla, que besara la extensión de su cuello y ser la cucharita pequeña. Ella simplemente amaba a esta chica y sus manias. Pero volviendo a sus pensamientos, ella recordaba vividamente la primera vez que estuvieron íntimamente juntas
Atravez del tiempo, Lisa a cambiando y se siente comoda en muchos aspectos, logrando así conseguir todo aquello que le gusta hacer, en particular Lisa podría ser un tanto dominante en la intimidad, algo de lo cual no se quejaría en lo absoluto. Pero también ama ser ella la que lo hace, a veces podría convertirse en una disputa muy interesante. Este pensamiento la lleva directamente a sus recuerdos, a la primera vez juntas.
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Jennie y Lisa tenian un buen tiempo saliendo. Ellas querían dar este nuevo paso en su relación, el problema era que Lisa no se sentía del todo segura al respecto, algo en contraparte de su seguridad habitual. Así que Jennie sugirió que lo tomarán con calma, que experimentaran y con una pícara sonrisa practicarán todo lo que fuera necesario.
Así que un día, simplemente paso.
-¿Lista?.- Pregunta la castaña y la tailandesa asiente lentamente.
-Lista.
El corazón de Jennie salta como loco al escuchar esa afirmación, y por unos segundos no supo por dónde empezar a pesar de que había estudiado minuciosamente el asunto. Luego tuvo tantas cosas en mente que le era imposible ordenar algo en ese instante. Tenía a Lisa casi desnuda frente a ella dispuesta a todo. Ella estaba internamente enloquecida.
La castaña finalmente mueve su cabeza para despejar cualquier pensamiento que interrumpa este momento y con algo de timidez en todo su ser, levanta la mano para posarla en la mejilla derecha de la tailandesa. Su dedo rápidamente dibuja la silueta de sus labios, causando un suspiro entrecortado de la más alta.
-Ven siéntate aquí, Lili.- Solicita Jennie, palpando su regazo.
Lisa va a sentarse haorcadas sobre ella con sumo cuidado, obedeciendo las palabras de su novia. Sus manos se ponían en sus hombros y todo el cuerpo de Lisa ardió en cuanto sintió el toque de las manos de Jennie en sus muslos. Aún sin alzar la toalla que cubría su cuerpo. Jennie no dudo un segundo en acariciar la zona, al igual que el beso prolongado que le dió después.
El beso fue suave, lento y húmedo. Jennie tomo el control total de la situación mientras atrapaba los labios de Lisa entre los suyos, su pecho de inflo de orgullo en cuanto escucho el primer gemido salir de la más alta. Las dos saborearon la menta que permanecía en sus bocas. Comenzaban a perderse, a fundirse lentamente con la otra al momento correcto Jennie comenzó su camino en busca de todos esos puntos en el cuello de su chica que la harían enloquecer, catalogando cada una de ellas a su paso.
