Jisoo percibió que Lisa había llegado al lugar por una razón simple: cuando ella quería, siempre aparecía. Lisa era como una bola demoledora ruidosa; así había sido siempre y algo en Jisoo lo extrañaba. Aunque las demás chicas y el equipo aún no lo notaban, Jisoo vio a Lisa bajar del auto con un arma de juguete y un gorro que la hacía parecer un zombie. Sí, esa era su Lisa, apoyando a todos los que ama de una manera peculiar. La observó acercarse sigilosamente, caminando como un zombie a lo lejos. Jisoo intentaba mantener una actitud estoica, simplemente porque podía hacerlo, pero con Lisa todo se complicaba.
La actuación de Lisa continuó hasta que Rose se acercó a Jisoo y la vio caminando de manera estúpida, lo que provocó un cambio inmediato en su postura. Buscó su teléfono y Jisoo se preguntaba si el pasillo se había alargado de repente o si Lisa tardaba una eternidad. Sin embargo, una sonrisa se le escapó al escuchar los precisos segundos que Rose cantaba la canción "Final Love Song". Sin pensarlo dos veces, Lisa comenzó a bailar la coreografía como si fuera su creadora, mostrando una destreza que solo Lisa poseía. Por supuesto, Rose no perdió tiempo en unirse a la estrofa y cantarla mientras Lisa seguía bailando.
En cuanto Rose llegó a la nota alta, Lisa se lanzó al suelo haciendo referencia nuevamente a "Oh the Ground", para el fastidio de Jisoo. Era comprensible que molestaría tener a Lisa lanzándose a los pies cada vez que cantaban la canción, ya sea que se escuchara o hiciera un remix de ella. El problema era que Jisoo era la única que parecía verse afectada por ello, Lisa sabía perfectamente cómo molestarla.
Lisa permaneció tendida en el suelo como si estuviera muerta, mientras Rose se reía de sus tonterías y Jisoo, con los brazos cruzados, no podía evitar esbozar una sonrisa.
-¿Crees que lleguemos a tiempo?.- Preguntó Rose entre risas.
-En absoluto, Jennie debe estar por llegar también y con ella se va a enganchar aún más. Seguramente querrá demostrar que se sabe cada paso de 'Spot' y hacernos quedar mal".- Respondió Jisoo, arreglándose el cabello y subiéndose a la pequeña butaca que se encontraba detrás suyo para esperar el siguiente show.
-Si, tienes razón. Este estará bueno.- Rose hace exactamente lo mismo que Jisoo, acomodándose. Ambas miraban a Lisa, quien seguía tumbada en el suelo, ahora mirando su teléfono y negándose a levantarse. Para Lisa, ya había saludado a su manera. A pesar de no ser muy sentimental con los regresos, se conocían desde hace años y sabían a la perfección cómo funcionaba cada una de ellas.
Después de un momento, Rose ve cómo Jennie se acerca por un lado del lugar, y le da un codazo a Jisoo para que preste atención. Antes de que Jennie pueda decir algo, la voz de Zico en la intro de "Spot" interrumpe su voz, sorprendiendo a Jennie, quien mira a su alrededor y forma la misma sonrisa que sus compañeras: divertida, hastiada y llena de amor desenfrenado.
Las otras tres integrantes mueven la cabeza al ritmo de la música, observando el espectáculo que Lisa comienza bailando mientras se acerca a ellas con la coreografía de "Spot". Jisoo realmente quiere rodar los ojos cuando escucha el rap de Jennie en los altavoces, y Lisa hace un gesto de abanico y casi se cae, demostrando lo "caliente" que le parece.
Por supuesto, eso no sería lo mejor. Lo más destacado es cuando invita a Jennie a bailar la coreografía con ella, a pesar de que Jennie pone resistencia. Es increíble ver lo coordinadas que están y cómo fluyen alrededor la una de la otra, cada una con su estilo único. Lisa es encantadora al bailar alrededor de Jennie. Rose sabía en confidencial que Jennie podía bailar con cualquiera en un escenario, pero hay algo especial en bailar con Lisa cuando nadie está juzgando. Lisa logra que cualquiera disfrute bailando con ella. Pero con Jennie era algo sumamente increíble.
Rose se había sumergido en sus pensamientos mientras alentaba a las chicas, hasta que notó cómo Lisa modificaba la coreografía, haciendo girar a Jennie en su lugar y luego envolviéndola y haciéndola inclinarse a un lado, como en un tango; Jennie no podía contener la risa. Jisoo, por su parte, regresó por un instante a esos años en un salón de práctica, recordando una escena similar, por lo que no pudo contenerse y gritó lo que sentía en su interior; algo que Rose no dudó en seguir sin reservas.
-¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!- coreaban emocionadas Jisoo y Rose.
Lisa hizo un intento, pero Jennie rápidamente colocó su mano en su rostro, riendo sin parar. Rose y Jisoo abuchearon de inmediato, como siempre hacían.
-Oh, vamos Lalisa. ¿Moriremos y nunca lo lograrás? Voy a tener que quitarte de mi herencia.- Exclamó Jisoo en tono de broma.
-¡Vamos Unnie!.- Rose grito con pasión, alentando a Jennie a que terminara el show con un beso. Admiraba la resistencia de Lisa para mantener a Jennie perfectamente inclinada en su posición.
Finalmente, Lisa dejó un gran beso en la mejilla de Jennie, ambas riendo. Luego, volvieron a sus posiciones originales, sin soltar la cintura de Jennie. La actuación terminó con un fuerte aplauso de las otras dos chicas.
-¡Oh, vamos! Eso merecía un premio. Pero Jennie le tiene mucho miedo al éxito. Después no podrá dejar de soñar conmigo y que sus hijos tengan el apellido Manobal. Es demasiado para su pequeño cuerpo. Pero un día serás tu la que me bese.- Lisa dijo con arrogancia dandole un guiño con picardía. Su hombro fue golpeado inmediatamente por Jennie.
-Oh, pequeño bebé ingenuo. Lo único que tendre son pesadillas.- Respondió Jennie.
Jisoo bajó de donde estaba sentada para prepararse para correr y así escapar de los brazos de Lisa, quien seguramente intentaría hacerle pagar por no abrazarla desde un principio. El ambiente entre las chicas era alegre y lleno de complicidad, una muestra más de la buena relación que tenían.
Rose se limpiaba una pequeña lágrima rebelde, mientras Lisa se burlaba un poco de su llanto acercándose para abrazarla y mecerla contra sí.
-Eres mi llorona favorita. Tenemos que salir a comer y hablar mal de los hombres y de estas dos.- Bromeó Lisa.
Rose realmente había extrañado a su mejor amiga. -Bueno, eso sí no desapareces antes, tonta.- Respondió con reproche, apartándose de ella. Lisa le dio un pequeño beso en la frente y limpió sus lágrimas, prometiendo quedarse lo suficiente para estar con ella.
Lisa se giró en busca del último integrante que, según ella, faltaba por abrazar. Jisoo le advirtió con la mirada, algo que a Lisa realmente no le importaba mucho, pero se detuvo un momento para observarla.
-¿Imaginas cuando tengamos 50? ¿Finalmente aceptarás que me amas profundamente?.- Preguntó Lisa a Jisoo con una sonrisa.
-Eso nunca. Ya cese mi puesto de abrazos para Jennie, y también tu intento de besarme.- Respondió Jisoo señalando a Lisa con un dedo. Lisa giró en busca de Jennie para molestarla y cumplir con el pedido de Jisoo, pero se encontraba en una llamada. Volvió a mirar a Jisoo, con una expresión divertida en su rostro.
-Ah, no. Mira. Allí está Chae, ella sigue llorando por tenernos a todas en el mismo lugar o algo mejor. Vamos a comer.- Propuso Jisoo, disuadiendo a Lisa de lo que fuera que estuviera planeando.
Ellas se dirigieron a comer, luego se pusieron al día con el trabajo pendiente y acordaron tener una pequeña pijamada en casa de Jisoo. Aunque Jisoo no estaba del todo de acuerdo al principio, era imposible resistirse a las caras de cachorros de las otras tres. Después de todo, Jisoo no era realmente de piedra.
Todas habían compartido sus historias y se habían puesto al día con lo que querían contar. En mitad de la madrugada, Jisoo salió de la habitación que Rose había reclamado como suya en busca de un vaso de agua. Al cruzar el pasillo, se encontró con una escena familiar: Jennie y Lisa conversando sin parar en el sofá, con la luz tenue y cada una sosteniendo un gran vaso de vino.
Jisoo se detuvo un momento para observar a Jennie y Lisa en esa íntima conversación. Se acercó silenciosamente para no interrumpir, escuchando fragmentos de lo que decían. No pudo evitar sonreír al ver la complicidad entre las dos y recordar todos los momentos compartidos juntas.
En la mente de Jisoo surgió un pensamiento que había mantenido durante años, en momentos como este, pensaba que podría escribir un libro donde su intuición siempre acertara. Sonrió y decidió que el vaso de agua no era tan importante en ese instante. Esos momentos nunca los perturbaban, y confiaba en que nunca lo hicieran. Quizás algún día ellas se darían cuenta de lo que ella veía. Decidió no interrumpir y simplemente regresar a la habitación.
