Estas muerta

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-Lisa, Lisa, Lisa.- Repetía Jennie una y otra vez, tratando de llamar la atención de su amiga, quien la ignoraba completamente mientras tomaba apuntes para su próximo examen, el cual se llevaría a cabo en una hora y para el cual no estaba preparada en absoluto.

-Lisa, no se encuentra en estos momentos, por favor deja tu mensaje después del tono.- Murmuró Lisa sin levantar la vista de sus apuntes, escribiendo frenéticamente.

-Lalisa, necesito que me escuches, necesito que me ayudes, por favor.- Suplicó la castaña.

-Jennie, sé que parece que se avecina un apocalipsis con cada cosa que has hecho o dicho.- Suspiró Lisa con pesar. -Pero te prometo que no es nada comparado con lo que te haré si no me dejas concentrar. ¿Sabes lo que me hará mi madre si no paso este examen? Sí, me dejará durmiendo en la calle. No me puedo permitir suspender esta materia. Debo graduarme, trabajar y conseguír un empleo patético para pagar mi casa, mi gato y mis cheetos.

Lisa finalmente levantó la mirada para darle más dramatismo a sus palabras, lo que vio no cree que lo olvide nunca realmente.

-Jen, ¿qué diablos le hiciste a tu cabello?.- Jennie suspiró con pesar nuevamente, sus ojos se cristalizaron por las lágrimas y se lanzó hacia atrás en su asiento refunfuñando.

-¿Recuerdas que metí un zorrillo en el auto de Jisoo?.- Dice Jennie tomando un mechón de su cabello y viendo el color que ahora porta, gran parte de éste era naranja, no uniforme, solo disparejo. Como una maldita zanahoria podrida.

-Por supuesto, yo te ayudé. ¿Recuerdas?.- Dice con ironía Lisa. -Jisoo pensó que solo había sido yo y hecho azúcar al aceite de mi moto. ¿Sabes dónde está Betsy? En cuidados intensivos.

Jennie rodó sus ojos. -Te dije que podría pagar una nueva y solo estás lloriqueando por las esquinas, sinceramente ya está vieja y no pega con tu estilo.- Jennie refunfuñó.

Lisa levantó las manos al aire incrédula, luego señaló a Jennie con su dedo. -Tú, pequeño demonio. No tienes sensibilidad. Cuando arregle a Betsy, ella y yo no te llevaremos a ninguno de tus ridículos planes. Y no, no voy a ayudarte con lo que sea que estés metida.

Jennie suspiró derrotada y giró la vista hacia un lado, pensando en qué hacer para convencer a Lisa de ayudarla. Sabía que estaba siendo insensible con respecto al amor de Lisa por esa chatarra vieja, pero ella tenía ideas mejores para su nueva "Betsy", solo que Lisa se hacía la difícil.

Nuevamente observó a Lisa escribiendo incesantemente en sus brazos, en pequeños papeles, en su borrador, en todas las superficies que lograra. Levantó un poco más la vista para poder ver de quién estaba copiándose. ¿Esa no era del cuaderno de Rose? Estaba segura de que sí, toda su clase estaba en la rectoría ya que había armado una pequeña revuelta por ello. Aunque eso no era importante en ese momento.

-Lili...- Jennie volvió a intentarlo, tomando un puñado de la camiseta de Lisa y acercándose hasta posar su barbilla en su brazo, haciendo que sus ojos y mejillas se vieran adorables, ella lo sabía y lo usaría a su favor.

-No esta vez, Kim.- La voz de Lisa tomó un tono de advertencia que Jennie no pasó por alto. Jennie quería llorar en ese mismo momento, si Lisa no la ayudaba, la estúpida de Jisoo se saldría con la suya. Jennie se alejó de Lisa, tomó la sudadera de Lisa del respaldo de su silla y se la puso sin contemplaciones. Aún más refunfuñada, se colocó la cachucha y se acomodó. Estaba a punto de levantarse cuando sintió un fuerte agarre en una de sus mangas lo suficientemente fuerte como para hacerla sentarse de nuevo en su sitio.

-No te atrevas a pensar en robar, pequeña ladrona. ¿Acaso tu mamá no te enseñó que no puedes tomar lo que no es tuyo?.- Dijo Lisa, desplazando sus pertenencias para situarse frente a la silla de Jennie y rodearla con sus piernas.

One Shots - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora