Tarde

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-Lalisa, Lalisa. ¡Hey! - Jennie se inclinó hacia el rostro dormido de Lisa, que se acurrucaba entre su sábana y su almohada.

-Mm... - Murmuró Lisa entre sueños.

-Lili. - Jennie empezó a apretarle las mejillas.

-¿Qué? - Preguntó Lisa, exasperada por ser despertada bruscamente. Tomó la mano de Jennie, le dió un pequeño beso y la guardó bajo su almohada para que la dejara en paz.

-Necesito preguntarte algo muy importante.- Susurró Jennie como si fuera un secreto.

-Me estoy arrepintiendo de dejarte entrar a mi habitación.- Lisa se volteó dándole la espalda a Jennie, quien la miraba con ceño fruncido.

-Descarada, tú eres la que se coló en mi departamento y en mi habitación con la extraña idea de continuar con ese K-drama que dejamos hace como 4 años - Refunfuñó Jennie, quedando de espaldas en la cama mirando al techo.

Al no recibir respuesta de Lisa, Jennie decidió intentar despertarla propinándole cosquillas bajo la sábana, buscando captar su atención. Era un asunto importante. Sin embargo, Jennie se perdió un poco en sus propios pensamientos y dejó que sus manos recorrieran el brazo de Lisa, sus costados y contornearan su espalda, sin darse cuenta de que Lisa se dio la vuelta completamente y disfrutaba de las caricias. Jennie levantó la camiseta de Lisa y con su uña dejó pequeñas marcas rojas.

Lisa se quejó en voz baja mientras Jennie continuaba con sus caricias. -Jen, deja de hacer eso.- Dijo. Jennie se detuvo y propuso: -Lo haré si me respondes algo.- Lisa, girándose hacia Jennie y quedando a centímetros de ella, respondió con humor. -Mi cerebro está al 2%, ¿Qué podría ser razonable de mí en este momento?

Jennie se quedó suspendida, observando cómo el cabello de Lisa caía sobre su rostro y ocultaba partes de él, incluyendo sus ojos aún cerrados. Pero para lo que realmente quería Jennie, necesitaba que Lisa fuese tan honesta como sus ojos siempre lo eran.

-Yo solo...- Comenzó Jennie en un tono de voz inseguro, lo que activó las alarmas de Lisa de inmediato. Jennie era tan frágil en muchos aspectos que solo queria abrazarla contra tu pecho y decirle que todo estaría bien.

-Hey, ¿Qué sucede?.- Pregunta Lisa, abriendo sus ojos con pesar y pasando la yema de su dedo por la mejilla abultada. Jennie no le devuelve la mirada, concentrada en las tiras de su sudadera rosa.

-Yo... Si fueras tú quien se casara conmigo, ¿no te escaparías un día antes?.- Jennie finalmente deja salir ese pensamiento tardío de su cabeza, algo que la ha estado atormentando por días.

Lisa guarda silencio por un momento, tratando de entender de dónde proviene tal pregunta y por qué en ese instante hay una fuerte incertidumbre en Jennie al respecto.

-Seguramente me cagaría en los pantalones. Pero como me gustaría llevar vestido, entonces. No podría ser posible, así que no, es un no definitivamente.- Responde Lisa con una sonrisa a la extraña pregunta de Jennie. Aunque no calmó las ansias de Jennie, algo en ella cambió.

-Realmente no respondiste la pregunta, Lalisa.- Murmura Jennie acercándose un poco más, buscando refugio en el pecho de Lisa, quien la abraza con gusto, dejando caricias en su cabello y brazo.

-Yo creo que sí. Tiene mucha lógica.- Responde Lisa adormecida una vez más. -Pero él no se cagará en sus pantalones. Ese tonto te esperará ansioso en el altar, boba. Te ama mucho como para huir de esa manera. Le espera una vida maravillosa a tu lado. Y estaré allí en un asiento en primera fila para verlo.- Añade Lisa con ternura.

-Creo que ese es el problema, que no eres tú quien estara a mi lado en ese altar.- Jennie susurra con pesar, sintiendo cómo la respiración de Lisa le indica que se ha quedado dormida. Una lágrima escapa de sus ojos, pero la limpia rápidamente. La verdad era que Jennie quería que Lisa respondiera con toda la franqueza del mundo. Tal vez así encontraría la respuesta a su lamento interno, a sus dudas desde que empezó a planificar la boda.

Lisa había estado presente en cada paso, bromeando que era su alma gemela. Jennie se dio cuenta de repente, mientras la veía entre las flores eligiendo su ramo, de lo que Lisa significaba para ella. Ella había comenzado a inevitablemente crear una lista de como se sentía con Lisa, hasta en las pequeñas peleas absurdas y las sonrisas faciles. Y en ese momento, se dio cuenta de que tal vez era demasiado tarde para todo.

One Shots - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora