Capitulo 17: "verdad"

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Harry notó como Draco de un momento a otro se había puesto tenso, caminó hacia él ignorando los pavos reales que por fin lo habían dejado acercarse.

-¿Pasa algo?- preguntó Harry mirando los ojos del más alto, este le correspondió la mirada y pasó unos segundos en los que no dijo nada.

-No ¿Por qué preguntas?- Respondió el Rubio algo confuso por la pregunta, no podía creer que Harry notara que se había puesto ansioso por sus propios pensamientos.

-No sé, te noté extraño- el omega pensaba si acaso había hecho algo que le molestara a Draco, pero lo que no sabía era que su simple presencia ponía nervioso al alfa.

-Chicos, la mesa está lista- Anunció Narsissa salvando a su hijo de la incómoda conversación que estaban teniendo con Potter.

Ambos chicos fueron hasta el comedor de la Mansión, Harry miraba asombrado, era incluso más lindo que el de Howgarts, tenía candelabros elegantes colgando en puntos estratégicos y una hermosa decoración. La mesa tenía tres puestos, uno en la cabecera y dos juntos a un lado, Harry y Draco se sentarían juntos.

-Mamá, tenemos que hablar- Dijo Draco, el omega sabía que eso pasaría, pero eso no le quitaba lo nervioso que estaba por la desfavorable situación en que él mismo los había metido, él y su tonto plan.

-Dime hijo, si es porque son pareja, no tienes de qué preocuparte, yo estoy feliz- dijo estirando su mano para agarrar la de su hijo mientras que le sonreía al que creía su yerno.

-Eso es lo que te tenemos que decir, no somos pareja- soltó sin piedad Draco, Harry se dedicó a mirar su plato mientras que por debajo de la mesa movía sus piernas para desestresarse. Draco se dio cuenta de lo que hacía el azabache y llevó una de sus manos por debajo de la mesa hasta su pierna, para acariciarla y que Harry se tranquilizara.

-Yo inventé eso señora, pero no fue con mala intención- Admitió culpas Harry -Yo solo quería defender a Draco- se justificó bajando la mirada, esperando el regaño de la madre de Draco.

-entiendo, vaya, me había hecho ilusiones ya- Admitió con una sonrisa dulce Narsissa, Harry y Draco la miraron sorprendidos, esperaban un regaño o algo así por mentir y armar tanto alboroto -¿Por qué me miran así? no los voy a regañar, confio en que tuvieron una buena razón para hacerlo, una que tendrán que contarme, pero no ahora, mejor comamos tranquilos- Dijo y llamó a uno de los elfos la cual apareció con el caractistico sonido "pop" que hacían e hizo aparecer un montón de comida en la mesa, Harry moría de hambre, pero espero a que Draco comenzara a comer para él hacer lo mismo, no quería ser mal educado.

Durante la comida lo pasaron bien, hablaron de como iba la escuela, le contarón que habían hecho un trabajo excelente juntos en posiones y Harry alabó las habilidades de Draco para enseñar, se reían de anecdotas de años pasados que ahora que eran amigos podían disfrutar y no sentir rabia. Pero Narsissa no solo los escuchaba atenta, si no que los miraba, veía como su hijo de vez en cuando le servía ciertas comidas a Potter, veía como el omega miraba y le sonreía a Draco y por su puesto que las caricias bajo la mesa no habían pasado para nada desapercibidas.

-Harry cariño, por qué no te quedaras a dormir, es muy tarde para que regresen a la escuela- le ofreció la señora Black, Harry miró a Draco y este asintió, sabía que quien lo invitaba era la madre, pero igual quería tener la aprobación del hijo también.

-Me encantaría, gracias- le contestó, Narsissa aplaudió contenta y llamó a uno de los elfos.

-Por favor prepara la habitación de invitados que está cerca de las nuestras- le pidió la mujer al elfo y este obedeció, Harry estaba feliz de poder estar más tiempo con ellos, había algo hogareño en estar con ellos, aunque nunca hubiera estado en esa casa, el simple hecho de estar con Draco lo hacía sentir que era correcto estar ahí.

Era de esperarse [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora