CONFESIONES INESPERADAS.

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Según Azul.

Amanecí con una resaca infernal y una migraña de los mil demonios.

-María- dije despertándola de cama- Es tarde- exclamé viendo la hora del móvil.

-Me siento como mierda- respondió en un suspiro.

-Robert, despierta- dije volteando a verlo.

Al ver que no se levantaban comencé a gritar.

-¡JODER, LEVANTENSE, LLEGAREMOS TARDE!- agitándolos a ambos.

Me miraron como si fuera una agua fiestas, pero, las responsabilidades son las responsabilidades, y yo solía ser muy recta en ese sentido, aún sintiéndome como porquería.

Tomé una ducha fría. ya saben, para activarme.

María me presto algo de ropa; se vestía distinta a mí, más descubiertita, más...llamativa.

Y así salimos del edificio de Mary. Corrimos como adolescentes desesperados, y nos despedimos al entrar.

Apenas y llegue a la segunda hora.

Ya en clases, trate de prestar la mayor atención posible, pero resultaba imposible; el dolor de cabeza se hizo presente.

Gracias a los ángeles que me cuidan, salí viva de allí.

Mis 10min de descanso me los pase vomitando en el baño.

Otra clase resiste, me repetía mentalmente.

***

Pasaron las 3 peores horas de mi vida.

Fui al comedor, Robert y María, me llamaron con una sonrisa, para que tomara el almuerzo a su lado.

Empezamos a comer mientras reíamos escandalosamente en la mesa, despertamos miradas, pero, no me importo.

Por primera vez mis inseguridades cesaron.

SEGÚN ETHAN:

Desperté en ropa interior, hacia un calor horroroso.

Observe mi celular y ví un montón de mensajes, de chicas que ni conocía.

El único mensaje que esperaba era el de ella. La chica con los ojos mas hermosos, podía ver su belleza a través de ellos, y de pensar que estudiábamos en la misma universidad me enloquecía.

Camine a la cocina y tome lo que encontré, desee salir rápidamente de casa.

Me encontraba ya en la entrada, puntual como siempre.

-Ethan ¿hoy si saldremos?- me preguntaba la rubia.

-No, disculpa, estoy ocupado- dije sin importancia.

Mis días se basaban últimamente en esto, me invitaban a salir y yo las rechazaba constantemente.

No pueden ser como ella.

Entre a clases y recibí halagos de todos, sentándome adelante sin prisa.

***

Hora de almuerzo.

Camine a paso lento entrando al comedor.

Sopa de verduras, fue lo que sirvieron hoy.

Ya con el almuerzo en mis manos, me dirigí a mí mesa. Me senté con mis compañeros y amigos, igual de populares que yo.

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