9. Mi Amigo Y Mi Amor

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PETER:

7:40 a.m. del día viernes y yo estaba escondido en uno de los rincones del Rockland High School para que los directivos no me vieran y me enviaran al salón, esperando que llegara Lali. Quería verla, darle, aunque sea, un pequeño beso. El último beso que nos habíamos dado había sido el día anterior cuando el profesor de historia nos había mandado a buscar libros para todo el curso a la biblioteca, por haber hablado en medio de la explicación. Obvio que eso más que un castigo, era un premio. Una vez que llegamos a la biblioteca, agarramos los libros y no me aguanté, me acerqué a ella, me sonrió y ahí la besé. Nos besamos, hasta que un par de libros se nos cayeron y nos reímos. Los juntamos y nos dirigimos al salón. Sonreí por eso. Era tan hermosa.

Miré el reloj, habían pasado 5 minutos y ella aún no llegaba. En ese momento escuché que la puerta principal se abría. Asomé mi cabeza y era ella. Se metió en la preceptoría para que le pusieran el llamdo de atención por su llegada tarde y después salió casi corriendo en dirección a nuestro salón. Esperé a que pasara por mi lado y en el momento oportuno la tomé de su mano, la traje hasta el escondite y le tapé la boca para que no gritara. Me miró con los ojos bien abiertos, sorprendida. Le quité la mano con la que estaba cubriendo su boca.

¿Qué haces? - miró hacia un costado, nerviosa - nos pueden ver.

Shh, nadie sabe que estoy acá - dije acercándome a ella para dejar un beso en su comisura - tenía muchas ganas de verte - susurré en su oído y volví a mirarla. Estaba sonriendo. ¿Cómo podía resistirme a esto?

Yo también tenía ganas de verte - me abrazó por el cuello, sonrió y rozó su nariz con la mía. Sólo eso bastó para que la besara. Ella se acopló inmediatamente a ese beso que arrancó lento y dulce, y ahora se volvía un poco más exigente y apasionado. Nos separamos pero quedamos lo suficientemente cerca como para que nuestras respiraciones se mezclaran. Ella jugó con mi pelo, despeinándome un poco, me miró a los ojos y sonrió. Me encantó que hiciera eso. Además, sus ojitos tenían un brillo especial que me hizo sonreír y robarle un pequeño beso.

Bueno, ya tenemos que ir a clases - intentó separarse de mí pero yo la sostuve por su cintura y la acerqué a mi nuevamente.

Un ratito más - hice pucherito.

No, Peter, tenemos que ir al salón - me dijo mientras apoyaba sus manos en mi pecho para alejarme y se reía.

Solo un beso más y te dejo ir - le sonreí.

Mmm... - dudó - a ver... haceme esa sonrisita compradora de recién y puede ser que te de otro beso - me dijo. Sonreí forzosamente - No, Peter - se rió bajito - esa no es - sonreí otra vez - ESA es la sonrisita compradora - me besó dulcemente.

Sos tan linda - murmuré una vez que cortamos ese beso. Ella me regaló una sonrisa. Estábamos por salir del escondite cuando ella se detuvo.

Pará, - dijo - Peter... ¿no te parece que deberíamos preguntarle a los chicos lo del beso que te conté el otro día? - Lali me había contado que había visto a Pablo y Anto chapando en la plaza y ellos aún no habían dicho nada al respecto.

¿Te parece? - elevé mis cejas - Es su intimidad, es algo de ellos - le dije.

¡Pero nosotros somos sus amigos, deberían habernos contado! - dijo.

Shhh, no grites - le dije y me reí bajito - en el recreo les preguntamos, ¿dale? - corrí un mechón de su pelo y lo puse tras su oreja, aproveché para acariciar su pelo y después su cuello, con suavidad. Ella me dio un besito - vos anda al salón que ya te vio la preceptora, yo voy al baño y entro más tarde con la excusa de que estaba en el baño porque me sentía mal.

No Estoy Sola [HISTORIA SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora