31. La Fiesta (Parte II)

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LALI:

Domingo 9 de octubre, 21 hs.

Seguimos viajando en el auto con rumbo a quién sabe donde. Según papá vamos a ir a cenar a un restaurante muy lindo, pero aún no llegamos y yo ya estoy comenzando a desesperarme.

  Pa, ¿dónde queda el restaurante? ¿En el Congo Belga? - pregunté ya harta de estar sentada y con la intriga que me carcomía por dentro.

  Ya casi llegamos, no seas impaciente, hija - dijo papá.

  Impaciencia es su segundo nombre - habló mamá, quien creí que estaba dormida. Ambos rieron rieron por el comentario y yo los miré de mala manera.

  Para tu información no tengo segundo nombre, no me pusieron uno - le respondí.

  Volví a fijar mi vista en la ventana para ver...nada, no podía ver absolutamente nada porque todo estaba oscuro afuera. Sin embargo, seguía mirando con la remota idea de que en algún momento iba a observar algo interesante.

  Mi mente volvió a viajar hacia su propio mundo y repasé todo el día de hoy que, sinceramente, había sido el día más aburrido de toda la historia de la humanidad.
Mi familia no había venido a comer la asado de papá como cada domingo porque tenían otros compromisos. Mi hermana había ido a comer a lo de su novio. Papá y mamá decidieron ir al cine. No voy a decir que no me invitaron porque sería mentira, pero me pareció que necesitaban un tiempo para ellos que hace mucho no tenían, así que les dije que no (aunque moría por salir a algún lado). Decidí llamar a mi novio para que hagamos algo, pero estaba en un almuerzo con sus padres, así que preferí no insistir y que disfrutara de ellos como pocas veces podía hacer debido a que ambos siempre estaban ocupados con asuntos de su trabajo. Finalmente, llamé a mi Antonella, pero ella también tenía planes, por lo que no insistí y me quedé sola en casa sin hacer nada interesante ni productivo. Después se me ocurrió que llamar a las chicas por Skype no estaría nada mal. Les mandé un whatsapp para decirles que se conecten pero nunca obtuve respuesta.

  Al parecer, todo el mundo había decidido abandonarme hoy.

  Busqué algunas golosinas, me acomodé en el sillón y programe una tarde de películas que disfrutaría sola. Mientras disfrutaba de mi maravilloso plan de domingo, papá me llamó para comunicarme de esta cena familiar a modo de festejo por mi cumpleaños.

  "Llegaremos por ti en una hora" - me había dicho desde el otro lado de la línea. Yo me mostré de acuerdo con eso y corte la comunicación. Decidí que terminaría de mirar la película y luego iría a ducharme y prepararme.

  Una hora más tarde escuchaba la camioneta estacionar frente a la casa. Sin más tiempo que perder volé hasta la planta alta, trastabillando un poco en mi maratón hacia el baño.

  Sí, me había quedado plácidamente dormida en el sillón.

  Hey, Lali - papá chasqueó sus dedos repetidas veces frente a mi rostro para hacerme volver al mundo real - estas tildada ¿qué te pasa? - negué con un movimiento de cabeza para que entendiera que solo estaba distraída - vamos, ya llegamos - me informó.

  Volví a mirar por la ventana, pero sólo vi oscuridad. Fruncí mi entrecejo y bajé del vehículo. Una brisa cálida golpeó mis facciones y un sonido arrullador llegó a mis oídos. ¿Qué era esto?

  Mi mirada se dirigió directamente hacia mi familia con clara intriga. Ellos sólo me sonrieron. Mi mirada ahora reflejaba cierta desconfianza.

  Hicieron señas con sus manos y eso hice, aunque sin dejar de mirar todo a mi alrededor.

  ¿Dónde estamos? - me atreví a preguntar.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2017 ⏰

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