Capítulo 10 -|- ¡Por el pentagrama!

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Anthony


Ese día fui temprano al nuevo terreno que compré y al ver aquel cartel brillante que no había sido prendido aún con esas letras que decían "Little's Angel's", mis ojos enseguida se cristalizaron al admirar lo que Husk había hecho con todos. Puse una mano en mi boca y me arrodillé, mis piernas no soportaron, me sentía tan débil al saber que él hizo todo al pie de la letra, la atención que me prestó, era de admirar... Y amar.

— Husk... — A causa de la emoción había olvidado el pequeño gran detalle que era él.

— Sorpresa, piernitas... ¿Te gusta? — Se arrodilló en una pierna y colocó sus manos en mis hombros, en eso lo abrazo con todas las fuerzas. — Tenía miedo de que no te gustara y...

— ¿No gustarme? — Lo miré con los ojos llenos de lágrimas y las mejillas húmedas. — ¡Husky! ¡Por el pentagrama! Te amo. — Lo tomé por el cuello de su camisa y en eso lo traje hacia mi fundiendonos en un beso apasionado que apuesto mi alma y la suya que ambos deseábamos desde el primer momento que tuvimos un contacto amoroso, desde ese instante que nos miramos a los ojos y sonreímos al unísono, todos esos abrazos, el contacto visual, las sonrisas, cada caricia, cada beso en la frente, cada "Te quiero" o los "Te amo", yo estaba al menos un cien por ciento seguro que él y yo deseábamos ese beso.

Él correspondió con gusto y sostuvo mi rostro con una mano suya, la otra tomó una mano mía y la apretó con ternura, cada caricia en serio era como... Estar en el cielo sin la necesidad de ver Ángeles.

— Ah... L-lo siento. — Me separé después de unos minutos y lo solté, me puse de pie súper avergonzado. — En qué estaba pensando carajo... — Cubrí mis ojos y escuché una carcajada, al verlo su sonrisa hizo que mis ojos brillen de amor. — ¡Husk!

— Perdón, perdón... Es que... En serio estaba esperando este momento desde hacía años... — Sus ojos vieron los míos y mis mejillas ardieron por un momento, era imposible la manera en la que yo le gustaba, mi corazón se estaba a punto de salir por mi pecho. — Angel... No quiero que me pidas perdón porque... No creo que el sacarse las ganas sea un error... — Esbozó una pequeña sonrisa antes de volver a besarme con un amor que no había sentido antes.

Yo estaba acostumbrado a las agresiones de Valentino, cada moretón con Husk era una caricia y un beso que curaban mi cuerpo completamente, él era la cura ante el mal tiempo, la mala vida después de la muerte... No quería despertar si este era un sueño pero... Ni más nos separamos escuché unos tiros.

De repente sentí como me desvanecía de inmediato y lo próximo que había visto era pura oscuridad.

I always win. •Huskerdust|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora