Anthony
La noche no había sido muy larga, pero me costó mucho el simple hecho de tener a Husk conmigo vigilandome, hablando y teniendo algunos acercamientos... Nada tiernos.— Husk... En serio, no entiendo cómo pudiste morir así, oh carajo, a mi realmente me encantaria estar en el cielo... Por Molly. — Le tenía mucha confianza, él sabía absolutamente todo de mi vida y no iba a ocultarle nada ahora. — Ya sabes... Pero por el momento no puedo ir al cielo, tienes mi alma y sinceramente quisiera que la conserves hasta cierto aviso... — Él asintió y se veía diferente, dentro de su aspecto normal no se veía como el borracho amargado que había conocido hace unos años, era... Diferente, sus ojos no eran los mismos y su rostro cambió... — Amm...
— Anthony, escuchame, podrás ir al cielo ni más suelte tu alma... ¿Sí? — Sonrió levemente y se levantó a duras penas. — Ah... ~ Mientras, veré qué hacer... Sinceramente quiero dormir, hace dos noches no duermo por estar tan preocupado de que no pase algo... — Me acarició la mejilla, dejando un tierno beso en mi frente. — Hazte a un lado, dormiré aquí. — Le hice un poco de espacio, por suerte la herida no tenía problemas y podía moverme con facilidad, sin embargo me cortaba levantarme o hacer un poco de fuerza aún. — Dime si no te lastimo... — En serio, iba a morir en ese momento cuando su mejilla chocó mi pecho, abrazó mi cintura con delicadeza y sonrió. — Te amo piernitas... — Y se quedó dormido ni más empecé a acariciar su cabeza.
En toda la hora que él estaba dormido no pude conciliar ni siquiera dos minutos el sueño, estaba realmente preocupado por todo y todos, me hice demasiadas preocupaciones en un instante... En qué pasaría si realmente nunca vuelvo al infierno, si Husk y yo no duramos, temía que si él descubriera que la única manera de mantenerme aquí era perteneciendole a Husk, y lo peor es que... No me disgustaba, él no era nada que ver a Val, con Husk realmente tenía un amor y deseo genuino. No existía "Angel" solo "Anthony" o "Piernitas", en serio, sus apodos eran raros pero tiernos, de vez en cuando me llama " Arañita", en serio, él me volvía loco pero de un buen modo.
— Husk... — Susurré mientras acariciaba sus brazos, tratando de despertarlo. — Pasaron hora y media, debes irte al hotel, no puedes pasar todo el día aquí... — Se movió e hizo un sonido en modo de protesta, se acomodó y colocó sus manos más arriba, cerca de mi pecho, apretandolo. — Uh... Husky...
— Me quedaré... Déjame dormir, hacés ruido. — Hizo un pequeño puchero que me causó un gran sonrojo, jamás lo había visto así, tan cariñoso o tierno, y si ya había sido así entonces no lo recordaba. Pero este momento lo recordaría para siempre, como cuando me mostro nuestro pequeño bar por primera vez... Siempre me hacía sentir como en casa y amaba eso. — Mmh... — Volvió a gruñir y reí.
— Está bien... Está bien... — Del bolsillo de su saco había una carta la cual era un A's de corazones, extrañado la tomé con mis manos, ese no era el abrigo que usó la noche que le ganó a Valentino y siempre doblaba y lavaba la ropa de él... Era la primera vez que notaba esto. — Ah... — Quise despertarlo para buscar una explicación pero olvidé que él y yo aún no éramos nada, ni siquiera simples amantes que revelaban todo lo que sentían... Solo éramos un "casi" algo y eso me estaba matando. — Carajo...
Durmió media hora más hasta que se despertó solo y se levantó con dificultad, seguía cansado, en ningún momento pude conciliar el sueño, lleno de dudas y dolor.
— Mmh... ¿Qué hora es? — Se estiró y sus alas se abrieron, me quedé admirandolas un rato. — ¿Qué tienes ahí Piernitas?
— Una carta, tuya. — Se la di y él se puso algo nervioso, lo sabía pues no sabía cómo reaccionar ante eso, alcé una ceja juzgandolo. — Husky... Sé sincero conmigo... ¿Volviste a hacer tus apuestas otra vez? — Mis ojos se clavaron en los suyos, él verdaderamente no dijo ni una sola palabra solo balbuceos que se tornaban en susurros perdidos. — Husk, respondeme.
— Anthony yo... — Bajó las cejas y sus orejas, poniéndose más nervioso de lo que ya se presentaba.
— Sé sincero conmigo... ¿Volviste a ser un Overlord? — Enseñé la carta y me acerqué más a él, quedando muy cerca suyo.
— Sí...
... Carajo.
ESTÁS LEYENDO
I always win. •Huskerdust|
FanfictionTodas las veces que Ángel intentó escapar de Valentino no fueron posibles, y él sabía eso así que un día le pide a Husk un gran favor que podría costar el alma de ambos...