Anthony
Maldita sea, Husk estaba cuidandome.
Sé que en otras circunstancias yo estaría totalmente tranquilo y sereno por todo pero el simple hecho de verlo tomar una esponja, mojarla y exprimirla me daba mucho que pensar, acercó con cuidado la esponja de no tocar mi herida con puntos y esto me causó muchísima vergüenza, estaba semi-desnudo y al único que le daba ese tipo de confianza para verme en ese estado era él. No había sido la primera vez que veía mi cuerpo, no, pero... Esta vez fue muy diferente, Husk se veía serio y concentrado, tanto que no podía mal pensar nada pero yo sí.
— ¿Te duele si lo muevo ahí? — Esa pregunta me hizo estremecer por la forma en la que me tocaba, pude delirar un rato en sus palabras. — Anthony, estoy hablandote. — Volteó a mirarme y pude entrar en razón, sacudí la cabeza y asentí varias veces.
— Ah, sí... ¡Digo no! No duele... — Me rasqué la nuca y desvíe la mirada, él tan sólo me miró confundido, alzó los hombros y siguió limpiandome, seguían mis piernas y... Sinceramente me di el gusto de ver eso. Lo hacía tan cuidadoso y con tanta calma que me relajaba demasiado, el ruborizarme era tan normal a este punto, pero más vergüenza me dio cuando se puso en medio de ellas y alzó una de mis piernas así limpiar la parte baja de mi muslo. — Husky...
— ¿Te molesta? — Sus ojos inmediatamente encontraron los míos y negué. — Mmh... Tal vez debas seguir tú. — Me dio la esponja y se retiró de allí donde estaba, cerró la puerta ni más salió.
— Genial... — Dejé la esponja a un lado y solté un suspiro, cuando me di cuenta tenía una erección, maldita sea. — Mierda, mierda, mierda... — No sabía qué hacer pues el único modo que había para calmar aquella calentura era... Masturbandome y estaba en el maldito hospital y Husk estaba afuera, pero sabía que no entraría por nada del mundo. — Mmh... — No podía levantarme así que vi desde la camilla si él estaba esperando o no, no había rastros de orejas o sus brazos así que comencé con ello. El simple hecho de pensar en él tocandome dejó que mi imaginación se deje llevar, y demasiado... Tanto que no pude evitar gemir su nombre. Y esto causó mi perdición. — ¡Husk!~ — Cubrí mi boca de inmediato cuando lo vi entrar con unas hojas en la mano.
— Mmh ¿Terminaste? — Alzó la mirada y tenía una ceja levantada, bajó los papeles y alzó la cabeza, esbozó una pequeña sonrisa de lado mientras sus pasos eran lentos, dejó las hojas en una mesa que estaba para dejar las cosas que él traía para curarme. — Así que en serio gimes mi nombre... — Sus ojos bajaron hasta mi erección descubierta y solo pude verlo con un gran sonrojo, tenía las manos en mi boca, no pude emitir sonido alguno, solo se podía oir mi respiración agitada. — Piernitas... Vas a matarme. — De repente sentí algo húmedo cubrir mi pene, se lo había metido en la boca y me sobre salté, en toda mi puta carrera como actor porno habían hecho eso, siempre era yo el que lo hacía pero... El sentirlo fue genial. Aún evitaba mis gemidos con las manos en mi boca, no quería hacer ruidos tampoco pero de vez en cuando se escapaba uno que otro gemido.
— ¡Mmph! Ah~ H-Husk espera... ~ — Sin más me vine en su boca, no saben la vergüenza que sentí en ese momento pero al parecer él no tenía ningún problema de ello pues se limpió con la lengua y luego tragó todo... Carajo, en serio, no sabía qué mierda hacer. — H-Husk, amm... Yo... ¿P-por qué lo hiciste?
— Es genial verte disfrutar y sentirte seguro conmigo. Si tu gozas... Yo gozo... — Puso una mano en mi mandíbula antes de acercarse a mi así besarme con muchisimas ganas, en serio lo quería conmigo en ese momento, estaba demasiado desesperado por hacerlo con él pero no hoy, no ahora. — Nene...
— En serio quisiera sentarme en tu puta cara, por qué mierda eres así de lindo. — Mordí mi labio inferior y él solo rio.
— Debemos discutir cuando volvamls al hotel... Primero quiero tenerte a salvo... — Me dio un beso en la frente y acarició mis mejillas. — Eres muy lindo Anthony. — Juntó su frente con la mia y luego dio un tierno beso en mis labios. — No tienes fiebre, estás sano, debes tomar unos antibióticos para evitar infecciones por la herida, te las traje. — Fue a buscar unas pastillas y un vaso con agua, me las entregó y acepté, las tragué, bebí el agua, le di el vaso con agua y sonreí.
— Gracias por cuidarme... En serio y amm... Lo de antes... — Soltó una pequeña risa antes de dejarme hablar. — ¡Husk!
— ¡En serio eres muy tierno, Anthony! — Volvió a acercarse y juntó nuestras frentes. — Te quiero demasiado nene.
— Ugh, eres un tonto. — Lo abracé por el cuello, él no pudo hacer mucho más que solo sostener parte de mi cintura. — Mi tonto... — Susurré contra sus labios antes de besarlo.
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I always win. •Huskerdust|
FanfictionTodas las veces que Ángel intentó escapar de Valentino no fueron posibles, y él sabía eso así que un día le pide a Husk un gran favor que podría costar el alma de ambos...